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10 de febrero
Pedid y se os dará,. buscad y
hallaréis,.
llamad y se os abrirá.(Lucas 11, 9).
llamad y se os abrirá.(Lucas 11, 9).
Santa Escolástica iba cada año a visitar a su
ilustre hermano San Benito. Éste, no tolerando que una mujer entrase en su
monasterio, la recibía en una casa cercana al Monte Cassino. En su última
visita, rogó a su hermano prolongase hasta el día siguiente su piadosa
conversación. Habiéndole respondido el santo que no podía pasar la noche fuera
de su claustro, apoyó Escolástica su cabeza en la mesa, prorrumpiendo en
lágrimas, y de inmediato Dios envió una violenta tempestad, para impedir a
Benito el regreso a su monasterio. Tres días después, vio el santo el alma de su
hermana subir al cielo en forma de paloma.
I. ¡Oh, cuán hermosa es la fraternidad fundada
sobre el amor de Dios más aun que sobre la comunidad de la sangre! ¡Cuán bueno,
cuán agradable es habitar en común, cuando la amistad está sellada con la misma
fe, las mismas esperanzas y el mismo amor! ¡Cuán dulces son las conversaciones
que tienen como tema a Dios! Hagamos reinar entre los nuestros esta amistad
santa, tan provechosa para el alma. Que las alegrías del cielo, y no las
vanidades de la tierra, sean la materia de nuestras conversaciones, y
contribuiremos a hacernos unos a otros, mutuamente, dichosos en este mundo y en
el otro.
II. San Benito se queja a su hermana de
impedirle el regreso a su monasterio. "Que Dios te perdone, le dice; ¿qué has
hecho, hermana mía?" "Te pedí una gracia, le responde ella, y me la rehusaste;
me dirigí a Dios y Él me ha escuchado". Por buenos que sean nuestros parientes,
Dios es mucho mejor aun. Cuando vuestra madre os olvidare, nos dice Él mismo, Yo
no os olvidaré. Pedid y recibiréis, nos dice Jesucristo. Todo lo que pidiereis a
mi Padre en mi nombre, Él os lo concederá. Reanimemos, pues, nuestra confianza;
si nada obtenemos, es porque nos falta confianza.
III. Dios no sólo oye las oraciones de los que
lo aman, sino aun los deseos de sus corazones. Santa Escolástica ni una palabra
pronuncia; esconde su cara entre las manos para llorar; y, cuando levanta su
frente, ha sido ya escuchado su deseo. Si queremos que nuestros anhelos sean
acogidos por Dios, no tengamos, como nuestra santa, sino deseos puros. Si desea
ella tener consigo a su hermano por más tiempo, es para hablar con él de las
cosas del cielo. Oh Señor, poned en nuestros labios oraciones dignas de un
cristiano, y dad a nuestros corazones deseos que podáis satisfacer.
La caridad en nuestras
relaciones con el prójimo Orad por vuestra familia.
ORACIÓN
Oh Dios, que para mostrar la
inocencia de Escolástica, vuestra virgen, hicisteis subir su alma al cielo en
forma de paloma, concedednos por sus méritos y oraciones que vivamos una vida
tan pura, que merezcamos llegar a las alegrías eternas. Por J. C. N. S.
Amén.
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