martes, 24 de octubre de 2017

SAN ANTONIO MARÍA CLARET, obispo, memoria obligatoria

PRIMERA LECTURA 
Verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios
Lectura del libro de Isaías 52, 7-10
¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la Buena Nueva, que pregona la victoria, que dice a Sión: «Tu Dios es rey»!
Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara a cara al Señor, que vuelve a Sión.
Romped a cantar a coro, ruinas de Jerusalén, que el Señor consuela a su pueblo, rescata a Jerusalén; el Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 10 (R.: 3)
R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su nombre. R.
Proclamad día tras día su victoria. Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones. R.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor, aclamad la gloria y el poder del Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor. R.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente.» R.

EVANGELIO
 Os haré pescadores de hombres
 +Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 14-20

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:
-«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo:
-«Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Palabra del Señor.

MARTES DE LA VIGÉSIMA NOVENA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Por el pecado de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte.
¡Cuánto más ahora vivirán y reinarán!
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 5, 12. 15b. 17-19. 20b-21
Hermanos: Lo mismo que por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron.
Si por la culpa de uno murieron todos, mucho más, gracias a un solo hombre, Jesucristo, la benevolencia y el don de Dios desbordaron sobre todos.
Por el pecado de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte.
¡Cuánto más ahora, por un solo hombre, Jesucristo, vivirán y reinarán todos los que han recibido un derroche de gracia y el don de la salvación! Por tanto, si el pecado de uno trajo la condena a todos, también la justicia de uno traerá la salvación y la vida.
Si por la desobediencia de uno todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán en justos.
Si creció el pecado, más desbordante fue la gracia.
Y así como reinó el pecado causando la muerte, así también, por Jesucristo nuestro Señor, reinará la gracia causando la salvación y la vida eterna.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 39, 7-8a. 8b-9. 10. 17
V/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

V/. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído;no pides sacrificio expiatorio, entonces yo digo: «Aquí estoy». R/.

V/. —Como está escrito en mi libro— «para hacer tu voluntad».
Dios mío, lo quiero, y lo llevo en mis entrañas. R/.

V/. He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios: Señor, tú lo sabes. R/.

V/. Alégrense y gocen contigo, todos los que te buscan; digan siempre: «Grande es el Señor, los que desean tu salvación». R/.

EVANGELIO
Dichosos los criados a quienes el Señor, al llegar, los encuentre en vela

+Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 12, 35-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas: Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle, apenas venga y llame.
Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela: os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y si llega entrada la noche o de madrugada, y los encuentra así, dichosos ellos.

Palabra del Señor.