martes, 30 de julio de 2024

SANTOS ABDÓN y SENÉN, Mártires



30 de julio
SANTOS ABDÓN
 y SENÉN,*
Mártires




Todo lo tengo por pérdida en cotejo del
sublime conocimiento de mi Señor Jesucristo,
por quien he sacrificado todo.
(Filipenses, 3, 8).

   Abdón y Senén, nobles persas, fueron acusados ante el emperador Decio de haber socorrido a los mártires, y de haber enterrado sus santos restos. Se los apremió a que renegaran de Cristo, se les recordó la nobleza de su cuna, pero respondieron que su mayor título de nobleza era ser servidores de Dios. Fueron desgarrados a latigazos, les echaron encima a dos leones y cuatro osos, pero estas bestias feroces se echaron a sus pies. Finalmente, el emperador los hizo decapitar, en Roma, hacia el año 250.

SAN PEDRO CRISÓLOGO, Obispo y Doctor

30 de julio
SAN PEDRO CRISÓLOGO,(*)
Obispo y Doctor

Nosotros somos coadjutores de Dios;
vosotros sois el campo que Dios cultiva;
el edificio de Dios.
(1 Corintios, 3, 9).




San Pedro, apodado Crisólogo (de palabra de oro), nacido en Imola y arzobispo de Ravena, en aquel entonces residencia imperial, cultivó con valor infatigable la porción de la herencia del Señor que el soberano pontífice Sixto III, por orden del Apóstol San Pedro, que se le apareció, había confiado a su celo. Trató de extirpar en ella los vicios, los abusos y los restos de idolatría, y de hacer florecer la fe y las virtudes cristianas. Predicó con tanto ardor que muchas veces llegó hasta perder la voz. Él fue quien, hablando contra los desórdenes de las fiestas populares, pronunció esta frase que se ha hecho célebre: El que se divierte con Satanás no podrá gozarse con Cristo. Murió hacia el año 450.

MARTES DE LA DECIMOSÉPTIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Recuerda, Señor, y no rompas tu alianza con nosotros

Lectura del Profeta Jeremías 14, 17-22

Mis ojos se deshacen en lágrimas, día y noche no cesan: por la terrible desgracia de la Doncella de mi pueblo, una herida de fuertes dolores.
Salgo al campo: muertos a espada; entro en la ciudad: desfallecidos de hambre; tanto el profeta como el sacerdote vagan sin sentido por el país.
¿Por qué has rechazado del todo a Judá ? ¿Tiene asco tu garganta de Sión ? ¿Por qué nos has herido sin remedio? Se espera la paz, y no hay bienestar, al tiempo de la cura sucede la turbación.
Señor, reconocemos nuestra impiedad, la culpa de nuestros padres, porque pecamos contra ti.
No nos rechaces, por tu nombre, no desprestigies tu trono glorioso; recuerda y no rompas tu alianza con nosotros.
¿Existe entre los ídolos de los gentiles quien dé la lluvia? ¿Soltarán los cielos aguas torrenciales ? ¿No eres, Señor Dios nuestro, nuestra esperanza, porque tú lo hiciste todo?

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 78, 8. 9. 11 y 13
V/. Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.
R/. Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.


V/. No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres; que tu compasión nos alcance pronto, pues estamos agotados. R/.


V/. Socórrenos, Dios salvador nuestro, por el honor de tu nombre; líbranos y perdona nuestros pecados, a causa de tu nombre. R/.


V/. Llegue a tu presencia el gemido del cautivo: con tu brazo poderoso salva a los condenados a muerte.
Mientras, nosotros, pueblo tuyo, ovejas de tu rebaño, te daremos gracias siempre, contaremos tus alabanzas de generación en generación. R/.



EVANGELIO
Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 36-43

En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa.
Los discípulos se le acercaron a decirle: Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.
El les contestó: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles.
Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su Reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre.
El que tenga oídos, que oiga.

Palabra del Señor.