viernes, 3 de enero de 2014

EL SANTO NOMBRE DE JESÚS

3 de enero
  EL SANTO NOMBRE DE JESÚS (*)  
   "Le darás el nombre de Jesús, porque Él va a salvar a su pueblo" (Mat. I, 21). El occidente celebra la fiesta del nombre de Jesús, el domingo que separa la Circuncisión de la Epifanía; en los años en que dicho domingo no existe, la fiesta pasa al 2 de enero. Así como en el crucifijo material honramos toda la Pasión de Cristo resumida en un símbolo, de igual manera el nombre de Jesús nos recuerda todo lo que está simbolizado en él (Cf. Filip. II, 9-10). "Hablando de él, nos sentimos iluminados; pensando en él, recibimos el alimento de nuestras almas; invocándole, encontramos la paz!, como dice San Bernardo de Claraval, uno de los hombres que han hablado más sentida y profundamente del nombre de Jesús.
 
   El Concilio de Lyon prescribió en 1274 una devoción especial al nombre de Jesús, y el beato Gregorio X comisionó especialmente a la Orden de los Predicadores para propagarla. Pero quienes más hicieron por difundirla, a pesar de la gran oposición que encontraron, fueron los minoritas: San Bernardino de Sena y San Juan Capistrano, quienes popularizaron el uso del monograma JHS, simple abreviación del nombre de Jesús (Ihesus). El hecho de que la Compañía de Jesús adoptara ese monograma como parte de su divisa, contribuyó a su mayor difusión. La Santa Sede concedió a los Franciscanos, en 1530, la celebración de la fiesta del Santo Nombre de Jesús y el uso se fue extendiendo paulatinamente,. En 1721 se convirtió enfiesta universal de la Iglesia de occidente; pero pocos años después, la comisión encargada de la reforma del Breviario recomendó al Papa Benedicto XV la suprimiera del calendario general. La fiesta actual es una especie de repetición de la Circuncisión; las lecciones del terder nocturno de maitines están tomadas del sermón de San Bernardo sobre este misterio.

   Es interesante notar que el Nombre de Jesús figura en el calendario del Book of Common Prayer, el 7 de agosto, es decir, en la fecha que escogieron algunos obispos ingleses y escoceses, cuando adoptaron la fiesta, a fin de la Edad Media. Por otra parte, la traducción del bello himno de Vísperas Jesu dulcis memoria, hecha por el P. Edward Caswall, ha contribuido a que los protestantes conozcan, probablemente mejor que los católicos, ese poema anónimo frecuentemente atribuido, por error, a San Bernardo. Las Letanías del Santo Nombre de Jesús, que en realidad son más bien un comentario de los atributos del Salvador que de su Nombre, provienen tal vez de San Bernardino y San Capistrano. Monseñor Challoner las llama simplemente, Letanías de Nuestro Señor Jesucristo en la edición original de Jardín del alma.

 *  Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

SAN PEDRO BALSAM, Mártir

3 de enero 
MARTIRIO DE SAN PEDRO BALSAM
SAN PEDRO BALSAM,(*)
Mártir
(311 P.C.)  
   De acuerdo con la relación de sus "actas", Pedro Balsam nació en el territorio de Eleuterópolis, en Palestina, y fue hecho prisionero en Aulana, durante la persecución de Maximino. En el interrogatorio, Severo, gobernador de la Provincia, comenzó por preguntarle su nombre. Él respondió: "El nombre de mi familia es Balsam, pero mi nombre de bautismo es Pedro".
   Severo: ¿De qué familia eres y en dónde naciste?
   Pedro: Soy Cristiano
   Severo: ¿Cuál es tu oficio?
   Pedro: ¿Qué ocupación u oficio más noble puedo tener que el ser cristiano?
   Severo: ¿Conoces los edictos imperiales?
   Pedro: Conozco la ley de Dios, Soberano del universo.
   Severo: Muy pronto sabrás que existe un edicto del más clemente de los emperadores, en el que ordena que todos aquellos que no sacrifiquen a los dioses sean condenados a muerte.
   Pedro: También es necesario hacerte conocer una ley, donde el Rey Eterno manda que perezcan todos aquellos que ofrecen sacrificios al demonio. Y entre esas dos leyes, ?a cuál me aconsejas obedecer? ¿Debo morir decapitado, o escoger la condenación eterna del gran Rey y verdadero Dios?
   Severo: Puesto que me pides consejo, mi opinión es que debes obedecer al edicto del emperador y sacrificar a los dioses.
   Pedro: Jamás me convencerás de ofrecer sacrificios a ídolos de madera y de piedra, pues tus dioses no son otra cosa.
   Severo: Te recuerdo que tengo poder para vengar esas afrentas, condenándote a muerte.
  Pedro: Mi intención no es ofenderte; no he hecho más que repetir lo que está escrito en la ley divina.
   Severo: Ten compasión de ti mismo y sacrifica a los dioses.
   Pedro: Para no sentir compasión de mí mismo, debo abstenerme de sacrificar a los dioses.
   Severo: Quiero mostrarme benigno contigo y por lo tanto, voy a darte tiempo para que reflexiones y salves tu vida.
   Pedro: Será inútil la demora, pues no cambiaré de opinión; haz pronto lo que estás obligado a hacer y concluye la obra que el demonio, tu padre, ha comenzado, porque yo no haré jamás lo que Jesucristo me prohíbe.
   Al oír esto, Severo ordenó a los verdugos que descoyuntaran a Pedro en el potro. Cuando se hallaba en la tortura, el gobernador le preguntó irónicamente: "Y bien, Pedro, ahora que has probado el potro, ¿estás dispuesto a sacrificar?" Pedro contestó: -Desgárrame con tus garfios y no me hables de sacrificar a tus demonios. Ya te he dicho que sólo ofreceré sacrificios a Dios; por Él sufro. Ante tal respuesta, el gobernador mandó a los verdugos que intensificaran la tortura; pero lejos de quejarse, el mártir entonó alegremente los versos del real profeta: "Una cosa he pedido al Señor y sólo esa buscaré: habitar en su morada todos los días de mi vida. Tomaré el cáliz de salvación e invocaré el nombre del Señor". Los espectadores, al ver correr en abundancia la sangre del mártir, le gritaban: "Obedece al emperador; sacrifica a los dioses y líbrate así de la tortura". Pedro replicó: "¿A esto llamáis tortura? Yo no siento ningún dolor; en cambio, si no fuera fiel a mi Señor, sería condenado a tormentos que no pueden imaginarse". También el juez intervino: "Sacrifica, Pedro Balsam, o tendrás que arrepentirte de no haberlo hecho".
   Pedro: No sacrificaré, ni me arrepentiré de no hacerlo.
   Severo: Mira que estoy a punto de dictar mi sentencia.
   Pedro: Tal es mi mayor deseo.
   Entonces Severo pronunció su sentencia: "Damos la orden de que Pedro Balsam sea crucificado, por haberse negado a obedecer el decreto de nuestros invencibles emperadores y por haber defendido tercamente la ley de un crucificado". Así terminó su triunfal carrera este glorioso mártir, en Aulana, el 11 de enero. El Martirologio Romano celebra su memoria el 3 de enero.
   Es indudable que a Pedro Balsam se le puede identificar con el mártir Pedro Abse lamo, el cual, según Eusebio (De Martiribus Palest., x, 2-3) fue quemado en Cesarea. Por ésta y otras razones, las opiniones sobre la veracidad del relato que transcribimos en el artículo, difieren mucho. Ruinart y el mismo Bardenhewer (Geschichte der altkirchl. Literatur, vol. 11, p. 640) consideran estas actas como auténticas. P. Allard (Hist. del persécutions, vol. v, p. 126) y H. Leclercq (Les Martyrs, vol. 11, p. 323) piensan que se trata de una compilación poco exacta; más lógicamente el P. Delehaye (Légendes Hagiographiques, p. 114) opina que dichas actas constituyen una especie de novela histórica fundada en hechos reales. Ver también Harnack, Chronol. Altchiristl. Lit., vol. 11, p. 474.


 * Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS, Memoria libre

PRIMERA LECTURA
Todo el que permanece en él no peca

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 2, 29-3, 6

Queridos hermanos:
Si sabéis que él es justo, reconoced que todo el que obra la justicia ha nacido de el.
Mirad que amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!
El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.
Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Todo el que tiene esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.
Todo el que comete pecado quebranta también la ley, pues el pecado es quebrantamiento de la ley.
Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados, y en él no hay pecado.
Todo el que permanece en él no peca. Todo el que peca no le ha visto ni conocido.
Palabra de Dios.


Salmo responsorial Sal 97, 1-2ab. 3cd-4. 5-6 (R/.: 3cd)
R. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R/.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. R/.
Tañed la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con clarines y al son de trompetas, aclamad al Rey y Señor. R/.


Aleluya Jn 1 ,14. 12b
La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros.
A cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios.


EVANGELIO
Éste es el Cordero de Dios

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 29-34

Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
—«Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel.»
Y Juan dio testimonio diciendo:
—«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me c dijo:
"Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo."
Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.»
Palabra del Señor.