jueves, 5 de junio de 2025

SAN BONIFACIO o WINFRIDO, Obispo y Confesor



5 de Junio
SAN BONIFACIO
 o WINFRIDO,
Obispo y Confesor


  Quien ama al padre o la madre más que a mí, no es digno
 de mí, quien ama a su hijo o a su hija más que
a mí, no es digno de mí.
(Mateo, 10, 37).

   El padre de San Bonifacio, habiéndose opuesto a dejar entrar a su hijo en religión, cayó enfermo, y no se sanó hasta que le hubo permitido seguir su vocación. Partió el santo de Inglaterra y fue a predicar el Evangelio a Alemania, cuyo apóstol ha sido. Recorrió Frisia, Baviera, Turingia, Hese y Sajonia: por todas partes convirtió a gran número de paganos y edificó iglesias sobre las ruinas de los templos de los ídolos. Gregorio III lo hizo arzobispo y primado de toda Alemania. Cultivó esta naciente Iglesia y la regó con sus sudores durante más de treinta años; después de lo cual, habiendo elegido a su sucesor con permiso del Sumo Pontífice, fue a recibir en Frisia la corona del martirio, el 5 de junio del año 754.

MEDITACIÓN ACERCA DEL AMOR DE DIOS
SOBRE TODAS LAS COSAS
 
   
   I. Hay que amar a Dios; es una verdad que la razón nos enseña, es un precepto que Dios nos impone. Él nos ha amado desde toda la eternidad, no cesa de colmarnos de beneficios; ¿cómo respondemos nosotros a su amor? ¿Por qué, Señor, ordenarme que os ame? ¿No era ya bastante permitírmelo? Sin embargo, lo hacéis objeto de un mandamiento expreso. Vos me atraéis con la promesa de recompensas eternas, me hacéis fuerza mediante la amenaza del infierno, y yo, ¡yo no os amo todavía!

   II. Si, por lo menos, amases tú a Jesucristo como amas a tus padres, a tus amigos, a tus riquezas y placeres, no darías tanto motivo de queja contra ti. Pero es que todo haces tratándose de tus padres y tus amigos; tienes iniciativas, sufres todo para conservar tus riquezas, ¡Y nada haces por Jesús! Reflexiona en esta verdad, y te avergonzarás por tu poca fe, y del poco amor que tienes para Dios y para Jesucristo. Prestos estamos a sufrir por los hombres lo que no queremos sufrir por Dios.(Tertuliano).

   III. No basta amar a Dios, no basta amarlo tanto como a los amigos y a los bienes, es preciso amarlo sobre todas las cosas; estar prontos a sacrificar las más dulces inclinaciones para agradarle, y antes que desobedecerle. Es menester, además, no amar nada sino por amor a Él; no deben amarse las riquezas, la salud, sino porque podemos servirnos de ellas para la gloria de Dios. ¿Tenemos estas disposiciones? Si no las tenemos, en vano será que pretendamos amar a Dios, nuestros actos desmienten a nuestras palabras. Muy poco os ama, oh Dios mío, quien con Vos ama algo que no ama por Vos. (San Agustín).

El amor de Dios
Orad
 por vuestros padres.

ORACIÓN
   Omnipotente Dios, mirad nuestra flaqueza, ved cómo el peso de nuestras obras nos abruma, y fortificadnos por la gloriosa intercesión del bienaventurado Bonifacio, vuestro pontífice mártir. Por J.C.N.S.

JUEVES DE LA SÉPTIMA SEMANA DE PASCUA

 PRIMERA LECTURA

Tienes que dar testimonio en Roma
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 22, 30; 23, 6-1 1
En aquellos días, queriendo el tribuno poner en claro de qué acusaban a Pablo los judíos, mandó desatarlo, ordenó que se reunieran los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno, bajó a Pablo y lo presentó ante ellos.
Pablo sabía que una parte del Sanedrín eran fariseos y otra saduceos y gritó:
—«Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo, y me juzgan porque espero la resurrección de los muertos.»
Apenas dijo esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos, y la asamblea quedó dividida. (Los saduceos sostienen que no hay resurrección, ni ángeles, ni espíritus, mientras que los fariseos admiten todo esto.)
Se armó un griterío, y algunos escribas del partido fariseo se pusieron en pie, porfiando:
—«No encontramos ningún delito en este hombre; ¿y si le ha hablado un espíritu o un ángel?»
El altercado arreciaba, y el tribuno, temiendo que hicieran pedazos a Pablo, mandó bajar a la guarnición para sacarlo de allí y llevárselo al cuartel.
La noche siguiente, el Señor se le presentó y le dijo:
—«¡Ánimo! Lo mismo que has dado testimonio a favor mío en Jerusalén tienes que darlo en Roma.»
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 15, 1-2 y 5. 7-8. 9-10. 11 (R/.: 1)
R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.» El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. R/.

Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. R/.

Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.

Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. R/.


Aleluya Jn 17, 21
Que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, para que el mundo crea que tú me has enviado —dice el Señor—.

EVANGELIO
Que sean completamente uno
 +Lectura del santo evangelio según san Juan 17, 20-26
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró,
diciendo:
—«Padre santo, no sólo por ellos ruego,
sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos,
para que todos sean uno, como tú, Padre, en mi, y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí.
Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo.
Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos.»
Palabra del Señor.