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miércoles, 18 de enero de 2012
OEA: OTRO ATAQUE A LA LIBERTAD RELIGIOSA
Santa Margarita de Hungría,Virgen
Fuente: Dominicos.org
Margarita de Hungría, Santa Virgen Dominica, 18 de enero
Margarita de Hungría, Santa Virgen Dominica, 18 de enero
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Virgen
Martirologio Romano:
En Buda, ciudad de Hungría, santa Margarita, virgen, hija del rey Bela IV,
a la cual sus padres dedicaron a Dios para obtener la liberación de los
tártaros y, niña aún, entró en el monasterio de monjas de la Orden de
Predicadores e hizo profesión a los doce años y se entregó totalmente a Dios,
dedicándose a imitar generosamente a Cristo crucificado (1270).
Fecha de canonización: 19 de noviembre de 1943 por el Papa Pío XII.
Los reyes Bela IV y su mujer María de Lascaris,
padres de Margarita, antes de nacer su hija en 1242, la habían ofrecido a
Dios por la liberación de Hungría de los tártaros, prometiendo dedicar a su
divino servicio en un monasterio a la primera hija que les naciera. El rey
Bela, confiando en el Señor, juntó el mayor ejercito que le fue posible y, al
frente de él, salió contra aquellos enemigos, muy superiores en número y
envalentonados con anteriores victorias. Al primer encuentro, los dejó
vencidos y huyendo a su tierra. La calma volvió a sus dominios.
Poco tiempo después nació una niña a la que pusieron el nombre de Margarita. Con dolor, pero movidos por el amor de Dios, sus padres cumplen la promesa y confían su hija de cuatro años a las dominicas del monasterio de Veszprem, recientemente fundado. La niña, a medida que crece, va adquiriendo los hábitos de la contemplación. En 1254, a sus doce años, Margarita hace profesión solemne en manos de Fray Humberto de Romanis, Maestro de la Orden, que volvía del capítulo general celebrado en Buda, ciudad principal de aquel reino. Los reyes, sus padres, contentos de ver a su hija tan feliz en el monasterio, edificaron para ella otro convento en una isla formada por el gran río Danubio y lo dotaron como convenía. Veinte años tenía Margarita cuando, con otras insignes religiosas que la acompañaron, se trasladó al nuevo convento, implantando una vida de rígida observancia. Al rey su padre, que la amaba tiernamente, le suplicaba que favoreciese a las iglesias, que amparase a viudas y a huérfanos, que hiciese limosnas a los pobres y los defendiese. Y así lo hacía el buen rey. Como esta caridad, asimismo era grande su pureza. Por costumbres cortesanas, la pretendieron por esposa el Duque de Polonia, y los reyes de Bohemia y de Sicilia, haciéndole ver que obtendría la dispensa de los votos y que su enlace con dichos príncipes sería como un pacto de paz y de alianza entre los reinos. De negarse, sobrevendrían discordias y guerras. Ella se negó rotundamente: Se había consagrado al Señor como esposa y con nueva consagración y bendición se había velado en manos del Arzobispo de Estrogenia un día de Pascua del Espíritu Santo. Murió el 18 de enero de 1270 estando presentes muchos religiosos de la Orden. Recibió los sacramentos y rezando el salmo In te, Domine, speravi, al llegar al versículo In manus tuas, su alma voló al cielo a la edad de 30 años. Pío XII la invocaba en su canonización el 19 de noviembre de 1943 como mediadora de la tranquilidad y de la paz fundadas en la justicia y la caridad de Cristo, no sólo para su patria, sino para el mundo entero. |
LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO EN ROMA
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Nada temáis a los que matan el cuerpo y
no pueden matar el alma: temed antes al que
puede arrojar alma y cuerpo en el infierno.(Jesucristo en San Mateo, 10,28).
no pueden matar el alma: temed antes al que
puede arrojar alma y cuerpo en el infierno.(Jesucristo en San Mateo, 10,28).
Era antigua costumbre en la Iglesia de
Occidente festejar el aniversario de la consagración del obispo. Era pues de
esperar que se conmemorase de algún modo, desde los primeros tiempos, la
entronización de San Pedro como obispo de Roma. Tal es el motivo de la
solemnidad de este día, que encontramos mencionada en los libros litúrgicos
desde fines del siglo VI.
MEDITACIÓN
SOBRE EL BUEN Y EL MAL TEMOR
I. No debes temer a los hombres, porque
no tienen poder alguno sobre tu alma. No pueden causarte en el cuerpo sino
dolores cortos y leves; y, no obstante, los temes más que a Dios. Nada
quisieras decir, ni hacer, que pudiese disgustar a un hombre poderoso; no te
atreverías a ejecutar algo inconveniente en presencia de un hombre honrado, y,
sin embargo, todos los días ofendes a Dios con tus palabras, con tus
pensamientos, con tus acciones. ¿Dónde está tu juicio? ¿Dónde tu fe?
II Temes los sufrimientos, las enfermedades, la pobreza, la
tristeza, y todos los males de esta vida. ¿Qué mal pueden causarte estas
aflicciones? Ellas te desapegan de las creaturas; rompen las cadenas de tu alma
al mortificar tu cuerpo; te acercan a tu patria celestial al hacerte sentir las
tristezas del exilio. ¡Ah! ¡no son estos sufrimientos, sino los de la otra vida
los que hay que temer!
III. ¡Temes la deshonra, la calumnia, las humillaciones y,
muy a menudo, para conservar una honra imaginaria ante los hombres, ofendes a
Dios! Desdichado, ¿no sabes que la verdadera honra se basa en la virtud? ¿Qué te
importa lo que los hombres piensen de ti, siempre que te estime Dios y te
premie? ¡Extraña ceguera! Témense las leyes humanas y se desprecia el
Evangelio como si las órdenes de Jesucristo no valiesen lo que valen los
decretos de los príncipes. (San Jerónimo).
Orad por el Papa
ORACIÓN
Oh Dios, que acordasteis
a vuestro bienaventurado Apóstol Pedro el poder de atar y desatar, concedednos,
por su intercesión, ser libertados de las cadenas de nuestras culpas. Por N. S.
J. C. Amén.
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MIÉRCOLES DE LA SEGUNDA SEMANA
PRIMERA LECTURA
Venció David al filisteo
con la honda y una piedra
Lectura del primer libro de Samuel 17, 32-33. 37. 40-51
En
aquellos días, Saúl mandó llamar a David, y éste le dijo:
–Majestad,
no os desaniméis. Este servidor tuyo irá a luchar con ese filisteo.
Pero
Saúl le contestó:
–No
podrás acercarte a ese filisteo para luchar con él, porque eres un muchacho, y
él es un guerrero desde mozo.
David
replicó:
–El
Señor, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, me
librará de las manos de ese filisteo.
Entonces.
Saúl le dijo:
–Anda
con Dios.
Agarró
la cavada, escogió cinco cantos de arroyo, se los echó al zurrón, empuñó la
honda y se acercó al filisteo.
Este,
precedido de su escudero, iba avanzando, acercándose a David lo miró de arriba
abajo y lo despreció, porque era un muchacho de buen color y guapo, y le gritó:
–¿Soy
yo un perro, para que vengas a mí con un palo?
Luego
maldijo a David, invocando a sus dioses, y le dijo:
–Ven
acá, y echaré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.
Pero
David le contestó:
–Tú
vienes hacia mí armado de espada, lanza y jabalina,– yo voy hacia ti en nombre
del Señor de los Ejércitos, Dios de las huestes de Israel, a las que has
desafiado. Hoy te entregará el Señor en mis manos, te venceré, te arrancaré la
cabeza de los hombros y echaré tu cadáver y los cadáveres del campamento
filisteo a las aves del cielo y las fieras de la tierra; y todo el mundo
reconocerá que hay un Dios en Israel; y todos los aquí reunidos reconocerán que
el Señor da la victoria sin necesidad de espadas ni lanzas, porque ésta es una
guerra del Señor y él os entregará en nuestro poder.
Cuando
el filisteo se puso en marcha y se acercaba en dirección a David, éste salió de
la formación y corrió velozmente en dirección al filisteo; echó mano al zurrón,
sacó una piedra, disparó la honda y le pegó al filisteo en la frente: la piedra
se le clavó en la frente, y cayó de bruces en tierra.
Así
venció David al filisteo, con la honda y una piedra; lo mató de un golpe, sin
empuñar espada.
David corrió
y se paró junto al filisteo, le agarró la espada, la desenvainó y lo remató,
cortándole la cabeza.
Palabra de
Dios.
Salmo responsorial Sal 143, 1. 2. 9-10
R.
Bendito el Señor, mí Roca.
Bendito el
Señor, mi Roca,
que adiestra
mis manos para el combate,
mis dedos
para la pelea. R.
Mi
bienhechor, mi alcázar,
baluarte
donde me pongo a salvo,
mi escudo y
mi refugio,
que me
somete los pueblos. R.
Dios mío, te
cantaré un cántico nuevo,
tocaré para
ti el arpa de diez cuerdas:
para ti, que
das la victoria a los reyes
y salvas a
David tu siervo.
Defiéndeme
de la espada cruel. R.
EVANGELIO
¿Está permitido en sábado
salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?
+ Lectura
del santo Evangelio según San Marcos 3, 1-6
En
aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga y habla allí un hombre con
parálisis en un brazo.
Estaban
al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo.
Jesús
le dijo al que tenía la parálisis:
–Levántate
y ponte ahí en medio.
Y
a ellos les preguntó:
–¿Qué
está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un
hombre o dejarlo morir?
Se
quedaron callados.
Echando
en torno una mirada de ira y dolido de su obstinación, le dijo al hombre:
–Extiende
el brazo.
Lo
extendió y quedó restablecido.
En
cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los
herodianos el modo de acabar con él.
Palabra del
Señor.
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