viernes, 3 de enero de 2025

EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS

3 de enero
  EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS,(*)  
   "Le darás el nombre de Jesús, porque Él va a salvar a su pueblo" (Mat. I, 21). El occidente celebra la fiesta del nombre de Jesús, el domingo que separa la Circuncisión de la Epifanía; en los años en que dicho domingo no existe, la fiesta pasa al 2 de enero. Así como en el crucifijo material honramos toda la Pasión de Cristo resumida en un símbolo, de igual manera el nombre de Jesús nos recuerda todo lo que está simbolizado en él (Cf. Filip. II, 9-10). "Hablando de él, nos sentimos iluminados; pensando en él, recibimos el alimento de nuestras almas; invocándole, encontramos la paz", como dice San Bernardo de Claraval, uno de los hombres que han hablado más sentida y profundamente del nombre de Jesús.
 
   El Concilio de Lyons prescribió en 1274 una devoción especial al nombre de Jesús, y el beato Gregorio X comisionó especialmente a la Orden de los Predicadores para propagarla. Pero quienes más hicieron por difundirla, a pesar de la gran oposición que encontraron, fueron los minoritas: San Bernardino de Siena y San Juan Capistrano, quienes popularizaron el uso del monograma JHS, simple abreviación del nombre de Jesús (Ihesus). El hecho de que la Compañía de Jesús adoptara ese monograma como parte de su divisa, contribuyó a su mayor difusión. La Santa Sede concedió a los Franciscanos, en 1530, la celebración de la fiesta del Santo Nombre de Jesús y el uso se fue extendiendo paulatinamente. En 1721 se convirtió en fiesta universal de la Iglesia de occidente; pero pocos años después, la comisión encargada de la reforma del Breviario recomendó al Papa Benedicto XV la suprimiera del calendario general. La fiesta actual es una especie de repetición de la Circuncisión; las lecciones del tercer nocturno de maitines están tomadas del sermón de San Bernardo sobre este misterio.

   Es interesante notar que el Nombre de Jesús figura en el calendario del Book of Common Prayer, el 7 de agosto, es decir, en la fecha que escogieron algunos obispos ingleses y escoceses, cuando adoptaron la fiesta, a fin de la Edad Media. Por otra parte, la traducción del bello himno de Vísperas Jesu dulcis memoria, hecha por el P. Edward Caswall, ha contribuido a que los protestantes conozcan, probablemente mejor que los católicos, ese poema anónimo frecuentemente atribuido, por error, a San Bernardo. Las Letanías del Santo Nombre de Jesús, que en realidad son más bien un comentario de los atributos del Salvador que de su Nombre, provienen tal vez de San Bernardino y San Capistrano. Monseñor Challoner las llama simplemente, Letanías de Nuestro Señor Jesucristo en la edición original de Jardín del alma.

 * Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

SANTA GENOVEVA, Virgen



3 de enero
SANTA GENOVEVA,

Virgen

Estad apercibidos, porque a la hora que menos
penséis ha de venir el Hijo del hombre.
(Mateo, 24, 44).

   Santa Genoveva comenzó a servir al Señor a la edad de 7 años; consagróse por entero a Jesucristo haciendo voto de castidad, próxima a cumplir los 15. Cuando Atila estaba cerca de París con su ejército, esta santa aseguró que no entraría en la ciudad, e impidió que los habitantes la dejasen. Se cumplió su profecía. Obraba milagros; a menudo, no comía sino dos veces a la semana. Murió llena de méritos, hacia el año 500.   

  MEDITACIÓN SOBRE
LA MUERTE
   

   I. Morirás; nada es más cierto, es el orden dispuesto por Dios: hasta ahora todos los hombres han obedecido a su decreto. ¿Lo crees? ¿Piensas en ello? ¿Comprendes el significado de estas palabras: yo moriré? Significan que dejarás a tus parientes, a tus amigos, a tus bienes; tu cuerpo será enterrado, tus ojos no verán más, tu lengua no hablará más. ¿Por qué, pues, apegarme tan fuertemente a estos bienes que debo abandonar? ¿Por qué mimar tanto a este cuerpo destinado a convertirse en pasto de gusanos? Yo moriré...: medita estas palabras.

   II. Ignoro el tiempo y el lugar de mi muerte. No puedo prometerme ni siquiera un momento de vida. ¿Cuántos que ni siquiera piensan en la muerte morirán hoy? Si Dios me arrebatase en el estado en que estoy, ¿a qué sería reducido? ¿A dónde iría? ¿Quién me asegura que tendré, en lo porvenir, tiempo para hacer penitencia? ¡Ah! Puesto que no sé ni en qué tiempo ni en qué lugar la muerte me habrá de sorprender, es preciso que la espere en todo tiempo y en todo lugar.

   III. ¿En qué estado moriré; en gracia de Dios o en pecado? No lo puedo saber. Ignoro si la muerte será para mi un tránsito de la tierra a la gloria del cielo o, en cambio, a los suplicios del infierno. ¿Podemos pensar en serio en esta verdad y no sobrecogernos de terror? Es menester que, en adelante, asegure mi salvación y que viva, este año y todos los días de mi vida, como si debiese morir cada día. Haz ahora lo que, en la hora de la muerte, quisieras haber hecho.

El pensamiento de la muerte
Orad por los agonizantes.

ORACIÓN
      Escuchadnos, oh Dios que sois nuestra salvación, a fin de que la fiesta de vuestra santa virgen Genoveva alegre nuestra alma y la enriquezca con los sentimientos de una tierna devoción. Por J. C. N. S. Amén
  
  •  Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. 

3 enero. FERIA DEL TIEMPO DE NAVIDAD o SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS, memoria libre


PRIMERA LECTURA
Todo el que permanece en él no peca
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 2, 29-3, 6
Queridos hermanos:
Si sabéis que él es justo, reconoced que todo el que obra la justicia ha nacido de el.
Mirad que amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!
El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.
Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Todo el que tiene esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.
Todo el que comete pecado quebranta también la ley, pues el pecado es quebrantamiento de la ley.
Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados, y en él no hay pecado.
Todo el que permanece en él no peca. Todo el que peca no le ha visto ni conocido.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 97, 1-2ab. 3cd-4. 5-6 (R/.: 3cd)
R. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R/.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. R/.
Tañed la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con clarines y al son de trompetas, aclamad al Rey y Señor. R/.

Aleluya Jn 1 ,14. 12b
La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros.
A cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios.

EVANGELIO
Éste es el Cordero de Dios
+Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 29-34
Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
—«Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel.»
Y Juan dio testimonio diciendo:
—«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo:
"Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo."
Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.»
Palabra del Señor.