3 de enero
SANTA GENOVEVA,
Virgen
SANTA GENOVEVA,
Virgen
Estad apercibidos, porque a la hora que
menos
penséis ha de venir el Hijo del hombre.
(Mateo, 24, 44).
penséis ha de venir el Hijo del hombre.
(Mateo, 24, 44).
Santa Genoveva comenzó a servir al Señor a la edad de 7 años; consagróse por
entero a Jesucristo haciendo voto de castidad, próxima a cumplir los 15. Cuando
Atila estaba cerca de París con su ejército, esta santa aseguró que no entraría
en la ciudad, e impidió que los habitantes la dejasen. Se cumplió su profecía.
Obraba milagros; a menudo, no comía sino dos veces a la semana. Murió llena de
méritos, hacia el año 500.
MEDITACIÓN SOBRE
LA MUERTE
LA MUERTE
I. Morirás; nada es más cierto, es el
orden dispuesto por Dios: hasta ahora todos los hombres han obedecido a su
decreto. ¿Lo crees? ¿Piensas en ello? ¿Comprendes el significado de estas
palabras: yo moriré? Significan que dejarás a tus
parientes, a tus amigos, a tus bienes; tu cuerpo será enterrado, tus ojos no
verán más, tu lengua no hablará más. ¿Por qué, pues, apegarme tan fuertemente a
estos bienes que debo abandonar? ¿Por qué mimar tanto a este cuerpo destinado a
convertirse en pasto de gusanos? Yo moriré...: medita estas palabras.
II. Ignoro el tiempo y el lugar de mi
muerte. No puedo prometerme ni siquiera un momento de vida. ¿Cuántos que ni
siquiera piensan en la muerte morirán hoy? Si Dios me arrebatase en el estado
en que estoy, ¿a qué sería reducido? ¿A dónde iría? ¿Quién me asegura que
tendré, en lo porvenir, tiempo para hacer penitencia? ¡Ah! Puesto que no sé ni
en qué tiempo ni en qué lugar la muerte me habrá de sorprender, es preciso que
la espere en todo tiempo y en todo lugar.
III. ¿En qué estado moriré; en gracia de
Dios o en pecado? No lo puedo saber. Ignoro si la muerte será para mi un
tránsito de la tierra a la gloria del cielo o, en cambio, a los suplicios del
infierno. ¿Podemos pensar en serio en esta verdad y no sobrecogernos de terror?
Es menester que, en adelante, asegure mi salvación y que viva, este año y todos
los días de mi vida, como si debiese morir cada día. Haz ahora lo que, en la
hora de la muerte, quisieras haber hecho.
El pensamiento de la muerte
Orad por los agonizantes.
Orad por los agonizantes.
ORACIÓN
Escuchadnos, oh Dios que sois
nuestra salvación, a fin de que la fiesta de vuestra santa virgen Genoveva
alegre nuestra alma y la enriquezca con los sentimientos de una tierna
devoción. Por J. C. N. S. Amén
- Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J.