viernes, 17 de enero de 2025

SAN ANTONIO, Abad



17 de enero
SAN ANTONIO,
*
Abad
Si quieres ser perfecto, anda y vende cuanto tienes,
y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro
en el cielo: ven después, y sígueme.
(Mateo, 11, 21).

   San Antonio, al oír estas palabras del Evangelio, se las aplicó como si hubieran sido dichas especialmente para él. Distribuyó sus bienes entre los pobres y se retiró al desierto. El demonio, para seducirlo, empleó toda la pompa de las grandezas, todo el brillo del oro y todos los atractivos de la voluptuosidad; pero su humildad lo libró de sus asechanzas, el temor al infierno extinguió los ardores impuros que encendía en su corazón, y la invocación a Jesús le dio la victoria sobre todos sus enemigos. Murió en el año 356.

MARTES DE LA SEGUNDA SEMANA

PRIMERA LECTURA
La esperanza que se nos ha ofrecido es para nosotros como ancla segura y firme

Lectura de la carta a los Hebreos 6, 10-20

Hermanos: Dios no es tan injusto como para olvidarse de vuestro trabajo y del amor que le habéis demostrado sirviendo a los santos ahora igual que antes.
Deseamos que cada uno de vosotros demuestre el mismo empeño hasta el final, para que se cumpla vuestra esperanza; y no seáis indolentes, sino imitad a los que, con fe y perseverancia, consiguen lo prometido.
Cuando Dios hizo la promesa a Abrahán, no teniendo a nadie mayor por quien jurar, juró por sí mismo, diciendo: «Te llenaré de bendiciones y te multiplicaré abundantemente».
Abrahán, perseverando, alcanzó lo prometido.
Los hombres juran por alguien que sea mayor y, con la garantía del juramento, queda zanjada toda discusión.
De la misma manera, queriendo Dios demostrar a los beneficiarios de la promesa la inmutabilidad de su designio, se comprometió con juramento, para que por dos cosas inmutables, en las que es imposible que Dios mienta, cobremos ánimos y fuerza los que buscamos refugio en él, agarrándonos a la esperanza que se nos ha ofrecido.
La cual es para nosotros como ancla del alma, segura y firme, que penetra más allá de la cortina, donde entró por nosotros como precursor Jesús, Sumo Sacerdote para siempre, según el rito de Melquisedec.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 110, 1-2. 4-5. 9 y 10c

V/. El Señor recuerda siempre su alianza.
R/. El Señor recuerda siempre su alianza.
V/. Doy gracias al Señor de todo corazón, en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman. R/.
V/. El Señor ha hecho maravillas memorables, es piadoso y clemente: él da alimento a sus fieles, recordando siempre su alianza. R/.
V/. Envió la redención a su pueblo, ratificó para siempre su alianza: su nombre es sagrado y temible; la alabanza del Señor dura por siempre. R/.


EVANGELIO
El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado

+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos 2, 23-28

Un sábado atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas.
Los fariseos le dijeron: Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido? El les respondió: ¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.
Y añadió: El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del Hombre es señor también del sábado.

Palabra del Señor

VIERNES DE LA PRIMERA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
Empeñémonos en entrar en aquel descanso
Lectura de la carta a los Hebreos, 4, 1-5. 11
Hermanos: Temamos, no sea que, estando aún en vigor la promesa de entrar en su descanso, alguno de vosotros crea que ha perdido la oportunidad.
También nosotros hemos recibido la buena noticia, igual que ellos; pero el mensaje que oyeron de nada les sirvió, porque no se adhirieron por la fe a los que lo habían escuchado.
En efecto, entramos en el descanso los creyentes, de acuerdo con lo dicho: «He jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso», y eso que sus obras estaban terminadas desde la creación del mundo.
Acerca del día séptimo se dijo: «Y descansó Dios el día séptimo de todo el trabajo que había hecho».
En nuestro pasaje añade: «No entrarán en mi descanso».
Empeñémonos, por tanto, en entrar en aquel descanso, para que nadie caiga, siguiendo aquel ejemplo de desobediencia.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 77, 3 y 4bc. 6c-7. 8
V/. No olvidéis las acciones de Dios.
R/. No olvidéis las acciones de Dios.

V/. Lo que oímos y aprendimos, lo que nuestros padres nos contaron, lo contaremos a la futura generación; las alabanzas del Señor, y su poder. R/.

V/. Que surjan y lo cuenten a sus hijos, para que pongan en Dios su confianza y no olviden las acciones de Dios, sino que guarden sus mandamientos. R/.

V/. Para que no imiten a sus padres, generación rebelde y pertinaz; generación de corazón inconstante, de espíritu infiel a Dios. R/.




EVANGELIO
El Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados

+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 2, 1-12

Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa.
Acudieron tantos, que no quedaba sitio ni a la puerta.
El les proponía la Palabra.
Llegaron cuatro llevando un paralítico, y como no podían meterlo por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico.
Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: Hijo, tus pecados quedan perdonados.
Unos letrados, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: ¿Por qué habla éste así? Blasfema.
¿Quién puede perdonar pecados fuera de Dios? Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: ¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico «tus pecados quedan perdonados» o decirle «levántate, coge la camilla y echa a andar» ? Pues, para que veáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados... entonces le dijo al paralítico: Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa.
Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos.
Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios diciendo: Nunca hemos visto una cosa igual.

Palabra del Señor.