17 de Mayo
SAN PASCUAL BAILÓN,(*)
Confesor
SAN PASCUAL BAILÓN,(*)
Confesor
Quien conserva su vida, la perderá, y quien perdiere
su vida por amor mío, la volverá a hallar.
(Mateo, 10, 39).
su vida por amor mío, la volverá a hallar.
(Mateo, 10, 39).
Nació San Pascual de padres piadosos,
pero tan pobres, que no pudieron enviarlo a la escuela. Encargado de cuidar
los rebaños, tomaba consigo un libro, y rogaba a las personas que encontraba le
enseñasen sus letras por amor a Dios. Por este medio, en poco tiempo llegó a
leer y se perfeccionó así en el conocimiento de la religión. Después de haber
consultado a Dios, creyóse llamado al estado religioso; y como estaba resuelto,
decía, a morir pobre como había nacido, entró en un convento franciscano, donde
quiso, por humildad, ser admitido en calidad de hermano lego. La Santísima
Virgen, por quien tenía tierna devoción, obtúvole varias señaladas gracias,
pero, fue célebre sobre todo por su amor al Santísimo Sacramento. Murió en
Villarreal, cerca de Valencia, el 17 de mayo de 1592, alrededor de los 52 años
de edad.
I. Amamos naturalmente la vida y tememos
la muerte; así, nada ahorramos por conservar la salud del cuerpo: nos dejamos
sangrar, cortar los miembros, ayunamos, tomamos medicinas amargas. ¿No serías
un gran santo si hicieses por el cielo una parte siquiera de lo que haces por
la tierra? Pero, ¡ay!, uno hace todo por el cuerpo y nada por el alma; hacemos
todo por conservar una vida que nos es común con los animales, y nada por vivir
eternamente. Cada día declinamos, cada día nos morimos, y nos creemos
eternos. (San Jerónimo).
II. Debes moderar ese deseo que tienes de
vivir mucho tiempo. Por corta que sea tu vida, bastante larga será si la
quieres emplear bien. Cuanto más se prolongue tu vida tanto más terrible será
la cuenta que debas dar a Dios. Y no te quieras persuadir de que al envejecer
te harás más virtuoso: el agotamiento de tus fuerzas, las enfermedades y los
hábitos más inveterados, te harán más difícil que nunca la práctica de la
virtud.
III. Si amas la vida y la salud, ama la
virtud y la santidad. La sobriedad, el ayuno, la templanza, mucho más sano te
habrán de conservar que las prescripciones y regímenes de los médicos. Reprime
tus pasiones: la intemperancia y los excesos han hecho morir a una infinidad de
personas; el ayuno y la austeridad han hecho vivir a los antiguos anacoretas
hasta una extrema vejez, sin enfermedades y sin incomodidad. En fin, las enfermedades
son a menudo el castigo de tus pecados al mismo tiempo que un remedio para las
llagas de tu alma. Dios las envía para curarte, pero lo hace según su
juicio, sin consultar al enfermo. (San Agustín).
La mortificación
Orad por las vírgenes.
Orad por las vírgenes.
ORACIÓN
Oh Dios, que habéis adornado al
bienaventurado Pascual, vuestro confesor, con un amor ardiente por los
misterios adorables de vuestro cuerpo y de vuestra sangre, concedednos el vigor
espiritual que él bebía en este banquete divino. Por J. C. N. S. Amén.
- * Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)