martes, 5 de junio de 2012

MARTES DE LA NOVENA SEMANA T.O.




PRIMERA LECTURA
Esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva
Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pedro 3, 12-15a. 17-18
Queridos hermanos:
Esperad y apresurad la venida del Señor, cuando desaparecerán los cielos consumidos por el fuego y se derretirán los elementos.
Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en que habite la justicia.
Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos  acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él, inmaculados e irreprochables.
Considerad que la paciencia de nuestro Señor es nuestra salvación. Así, pues, vosotros, queridos hermanos, estáis prevenidos; tened cuidado de que no os arrastre el error de esos hombres sin principios y perdáis pie.
Creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, a quien sea la gloria ahora y hasta el día eterno. Amén.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 89, 2. 3-4. 10. 14 y 16
R.  Señor, tú has sido nuestro refugio
      de generación en generación.
Antes que naciesen los montes,
o fuera engendrado el orbe de la tierra,
desde siempre y por siempre tú eres Dios. R.
Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: Retornad, hijos de Adán.
Mil años en tu presencia
son un ayer que pasó,
una vela nocturna. R.
Aunque uno viva setenta años,
y el más robusto hasta ochenta,
la mayor parte son fatiga inútil,
porque pasan aprisa y vuelan. R.
Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo;
que tus siervos vean tu acción
y sus hijos, tu gloria. R.

EVANGELIO
Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios, a Dios
+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos 12, 13-17
En aquel tiempo, mandaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para cazarlo con una pregunta.
Se acercaron y le dijeron:
–Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa de nadie; porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios sinceramente. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?
Jesús, viendo su hipocresía, les replicó:
–¿Por qué intentáis cogerme? Traedme un denario, que lo vea.
Se lo trajeron.
Y él les preguntó:
–¿De quién es esta cara y esta inscripción?
Le contestaron:
–Del César.
Les replicó:
–Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios a Dios.
Se quedaron admirados.

Palabra del Señor.