viernes, 15 de marzo de 2013

SANTA LUISA DE MARILLAC, Viuda


15 de marzo
SANTA LUISA DE MARILLAC,
(*) 
Viuda
Es necesario que este cuerpo corruptible
sea revestido de incorruptibilidad,
y que este cuerpo mortal sea revestido
de inmortalidad.
(1 Corintios, 15,53).

   Santa Luisa de Marillac nació en 1591. Se casó con Antonio Le Gras, y vivió dichosa con él hasta 1625, año en que quedó viuda. Fue entonces el brazo derecho de San Vicente de Paul en el establecimiento de las Hijas de la Caridad, que fundó con él. Era una mujer de gran inteligencia, de ánimo templadísimo y de admirable resistencia, a pesar de su delicada salud. Murió en el año 1660.  

  MEDITACIÓN
SOBRE LA RESURRECCIÓN
 
DE LOS MUERTOS

   I. Todos resucitaremos: es una verdad muy consoladora para las almas santas. Sí, este cuerpo ahora en el oprobio, en el dolor y la pobreza, este cuerpo, será un día glorioso, inmortal, sutil, impasible y semejante a los espíritus. ¡Con qué júbilo las almas de los santos volverán a los cuerpos que fueron sus compañeros de trabajo e instrumentos de su victoria! Ánimo, cuerpo mío; resucitaremos, y tu gloria será proporcional a los sufrimientos que hayas soportado por Jesucristo. Yo veré a Dios, mi Salvador, en mi carne. (Job).

   II. Los malos resucitarán, pero, ¡ay! ¡qué horror sentirán al retomar sus cuerpos que han sido la causa de su condenación! ¿Nada menos que tú, dirán esos míseros, nada menos que tú, que eres podredumbre, has perdido a un alma inmortal? ¡Qué! ¡por estos ojos, estas manos, este corazón, esta boca, esta lengua, este cuerpo he perdido mi alma! Piénsalo a menudo: "Un día, me encontraré con este mismo cuerpo en el valle de Josafat; ¿en qué estado será?"

   III. Los bienaventurados irán, en cuerpo y alma, al cielo después de la resurrección de los muertos, y los condenados descenderán al infierno con sus cuerpos semejantes a tizones ardientes. Está en tus manos hacer glorioso a tu cuerpo o hacerlo maldito para siempre. Amemos los júbilos que deben durar eternamente; temamos los tormentos eternos reservados para los que se condenan. (San Gregorio).

La esperanza
Orad por los afligidos.

ORACIÓN
   Escuchadnos, Señor, Dios Salvador nuestro, y haced que, así como nos alegramos con la fiesta de Santa Luisa, así también obtengamos provecho alcanzando sentimientos de piedad y devoción.   Por J. C. N. S.


  • * Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)

VIERNES IV SEMANA CUARESMA



PRIMERA LECTURA
Lo condenaremos a muerte ignominiosa
Lectura del libro de la Sabiduría 2, 1a. 12-22
Se dijeron los impíos, razonando equivocadamente:
«Acechemos al justo, que nos resulta incómodo:
se opone a nuestras acciones,
nos echa en cara nuestros pecados,
nos reprende nuestra educación errada;
declara que conoce a Dios
y se da el nombre de hijo del Señor;
es un reproche para nuestras ideas
y sólo verlo da grima;
lleva una vida distinta de los demás,
y su conducta es diferente;
nos considera de mala ley
y se aparta de nuestras sendas como si fueran impuras;
declara dichoso el fin de los justos
y se gloría de tener por padre a Dios.
Veamos si sus palabras son verdaderas,
comprobando el desenlace de su vida.
Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará
y lo librará del poder de sus enemigos;
lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura,
para comprobar su moderación
y apreciar su paciencia;
lo condenaremos a muerte ignominiosa,
pues dice que hay quien se ocupa de él.»
Así discurren, y se engañan,
porque los ciega su maldad;
no conocen los secretos de Dios,
no esperan el premio de la virtud
ni valoran el galardón de una vida intachable.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 33, 17-18. 19-20. 21 y 23   (R.: 19a)
R. El Señor está cerca de los atribulados.

El Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias. R.
El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo librará el Señor. R.
Él cuida de todos sus huesos,
y ni uno solo se quebrará.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él. R.

Versículo antes del evangelio Mt 4, 4b
No sólo de pan vive el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

EVANGELIO
Intentaban agarrarlo, pero todavía no había llegado su hora
+ Lectura del santo evangelio según san Juan   7, 1-2. 10. 25-30
En aquel tiempo, recorría Jesús la Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las tiendas.
Después que sus parientes se marcharon a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.
Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron:
– «¿No es éste el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que éste es el Mesías? Pero éste sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene.»
Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó:
– «A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz; a ése vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él, y él me ha enviado.»
Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.

Palabra del Señor.