lunes, 20 de octubre de 2025

SAN CAPRASIO, Mártir

20 de octubre
SAN CAPRASIO,(*)
Mártir
(¿Siglo III?)
 



A
   Según la leyenda de Agen, San Caprasio fue el primer obispo de dicha ciudad. Cuando su grey se dispersó durante la persecución, el santo siguió administrando los sacramentos en los sitios en que los fieles se hallaban escondidos. Oculto en la colina de San Vicente, San Caprasio presenció el martirio de Santa Fe (6 de octubre) y, viendo las maravillas que Dios obraba por medio de su sierva, descendió al sitio en que yacía el cadáver de la mártir y se enfrentó al prefecto Daciano. Cuando éste le preguntó quién era, Caprasio sólo dijo que un obispo cristiano. Daciano, impresionado por la juventud y apostura del santo, le prometió el favor imperial si abjuraba de la fe. Caprasio replicó que quería solamente vivir con Aquél a quien adoraba y que únicamente ambicionaba las riquezas imperecederas. El prefecto mandó a los verdugos que le torturasen; pero viendo que la constancia de Caprasio impresionaba mucho a los circunstantes, dio orden de conducirle a la prisión. Al día siguiente le condenó a muerte. En el camino al sitio de la ejecución Caprasio encontró a su madre, quien le exhortó a permanecer firme en la fe. Primo, Feliciano y Alberta, hermanos de Santa Fe, se unieron al mártir, y el gobernador no consiguió que se apartasen de él; entonces los condujo al templo de Diana para darles una última oportunidad de adorar a los dioses; como se rehusasen a ello, fueron decapitados con Caprasio. A la ejecución siguió una matanza general, ya que muchos cristianos se convirtieron al ver la constancia de los mártires y fueron apedreados por sus compatriotas o decapitados por los guardias.
   Esta narración es puramente ficticia. Sin embargo, en el siglo VI había en Agen una iglesia consagrada a San Caprasio, quien fue sin duda un personaje histórico. Aunque en Agen se celebraba la fiesta de Alberta, Primo y Feliciano, lo más probable es que no hayan existido. No hay que confundir a Primo y Feliciano con sus homónimos romanos, cuya fiesta se celebra el 9 de junio. El Martirologio Romano consagra un largo párrafo a San Caprasio, pero no dice que haya sido obispo, ni menciona a sus compañeros.

   En Acta Sanctorum, oct., vol. VIII, hay dos o tres textos diferentes de las actas, que funden en una sola las leyendas de San Caprasio y Santa Fe. Mons. Duchesne, Fastes Episcopaux, vol. II, pp. 144-146, opina que la fusión de las dos leyendas data del siglo IX. Cf. Saltet, Etude critique sur la Passion de Ste Foy et de St Caprais (1899).

LUNES DE LA VIGÉSIMA NOVENA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Está escrito también por nosotros a quienes se computará si creemos en él
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 4, 20-25
Hermanos: Ante la promesa de Dios, Abrahán no fue incrédulo, sino que se hizo fuerte en la fe por la gloria dada a Dios al persuadirse de que Dios es capaz de hacer lo que promete, por lo cual le fue computado como justicia.
Y no sólo por él está escrito: «le fue computado» , sino también por nosotros a quienes se computará si creemos en el que resucitó de entre los muertos, nuestro Señor Jesús, que fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Lc 1, 69-70. 71-72. 73-75.
V/. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo.
R/. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo.

V/. Nos ha suscitado una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo; según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. R/.

V/. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su alianza. R/.

V/. Y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. R/.


EVANGELIO
Lo que has acumulado, ¿de quién será?

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 12, 13-21

En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: Maestro dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.
El le contestó: Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros ? Y dijo a la gente: Mirad: guardaos de toda clase de codicia.
Pues aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.
Y les propuso una parábola: Un hombre rico tuvo una gran cosecha.
Y empezó a echar cálculos: ¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha.
Y se dijo: Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha.
Y entonces me diré a mi mismo: «Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años: túmbate, come, bebe y date buena vida».
Pero Dios le dijo: «Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?» Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.


Palabra del Señor.