viernes, 24 de mayo de 2024

MARÍA AUXILIADORA




24 de Mayo
MARÍA AUXILIADORA

MARIA SANTÍSIMA,
NUESTRA AUXILIADORA

   Cuando San Juan se llegó a Éfeso, y desde allí regía la Iglesia de Asia, fundada por él, María Santísima, en memoria del testamento de Cristo siguió al discípulo predilecto, al hijo   predilecto.
   De todas partes la gente venía a María. Los paganos, atraídos por la fama de su sabiduría y virtudes y no hay duda de que muchos de éstos, o por la eficacia persuasiva de sus palabras, o sólo por aquélla luz divina que iluminaba toda su persona, se convirtiesen a la fe de Cristo. Los creyentes, para venerar a la Madre del Salvador, al ver, a María se hacían la ilusión de ver a Jesús; en las facciones de la Madre resplandecía la belleza del Hijo. Muchas jóvenes partieron de la casa de María con el propósito de consagrar a Dios su virginidad; los vacilantes se confirmaron en la fe; los débiles cobraron ánimo, prontos a medirse con los perseguidores y sufrir el martirio; los perezosos se animaron a una santa actividad; los tibios se sintieron enfervorizados; todos se separaron de Ella mejorados. Porque -aseguran los santos padres- bastaba fijar los ojos en el rostro de María para sentir en el corazón deseos del bien, propósitos de virtud, llama de caridad.
   María Santísima recibe entre sus brazos a esta Iglesia recién nacida, la alimenta, la calienta con su afecto, la defiende de sus enemigos y la lleva a aquélla plenitud de vida, a aquel desarrollo de fuerzas que la harán la Reina de los pueblos. Así actúa la Auxiliadora en el plan de Dios.


SANTOS DONACIANO y ROGACIANO, Mártires

24 de Mayo
SANTOS DONACIANO
y ROGACIANO,
Mártires




 No hay más que un Dios, Padre de todos,
  que está sobre todos, que obra por todos, que está en todos.
(Efesios, 4, 6).
 
   Eran dos hermanos: Donaciano, el menor, convirtió a la fe a su hermano mayor. El tirano los hizo encarcelar, y como los amenazase con hacerlos morir: Los tormentos que Dios te prepara en el infierno, dijo Donaciano, son infinitamente más crueles que aquellos con que nos amenazas. Rogaciano, instado a que adorase a los ídolos: No me atrevo, dijo, a adorar lo que está por debajo de mí; estos ídolos no son sino metal, sin vida y sin alma. Los dos fueron decapitados en Nantes, hacia el año 300.
 
MEDITACIÓN
 DIOS ES NUESTRO PADRE
 

   I. Dios es nuestro Padre; tiene más amor por nosotros que nuestros mismos padres, pues estos se contentan a menudo con procurarnos los bienes de la tierra, y Dios nos quiere poner en posesión de los bienes del cielo. Es un Padre omnipotente, nos puede hacer bien; es infinitamente bueno, quiere hacérnoslo. ¿Qué confianza tenemos en su bondad? ¡Ah! Padre mío, he pecado contra ti, no soy digno de ser llamado hijo tuyo.


    II. Si Dios es el Padre de todos los hombres, todos los hombres son hermanos, y cada uno debe tener para con su prójimo una caridad verdaderamente fraternal. Los reyes y los súbditos, los pobres y los ricos son hijos de un mismo Padre, y herederos de un mismo reino. A nadie desprecies, pues, ama a todos los hombres como a hermanos tuyos. Aquellos que te parecen despreciables acaso tengan una parte mejor que tú en la herencia del Padre celestial.


   III. En todas tus necesidades, acuérdate de que Dios es tu Padre, ten confianza en Él: Él puede y quiere aliviar tus miserias. Si te ha dado bienes en abundancia, sabe que es para que hagas partícipes de ellos a los pobres, que son tus hermanos. Acuérdate que este Padre está en el cielo, y que no es aquí en la tierra donde quiere darte su herencia. En tus aflicciones reconoce la mano de tu Padre. Que castigue Dios cuanto quiera, Él es nuestro Padre; si nos aflige y nos abate, es todavía nuestro Padre. (San Agustín).


La caridad Orad por acrecentamiento de la caridad. 
 
ORACIÓN

   Haced, Os lo suplicamos, oh Dios omnipotente, que la intercesión de vuestros mártires Santos Donaciano y Rogaciano, cuyo nacimiento al cielo celebramos, nos libre de todos los males que nos amenazan. Por J. C. N. S. Amén.

 Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)

VIERNES DE LA SÉPTIMA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA
Mirad que el juez está ya a la puerta
Lectura de la carta del Apóstol Santiago 5, 9-12.
No os quejéis, hermanos, unos de otros, para no ser condenados.
Mirad que el juez está ya a la puerta.
Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.
Llamamos dichosos a los que tuvieron constancia.
Habéis oído ponderar la paciencia de Job y conocéis el fin que le otorgó el Señor.
Porque el Señor es compasivo y misericordioso.
Pero ante todo, hermanos míos, no juréis ni por el cielo ni por la tierra, ni pronunciéis ningún otro juramento; vuestro sí sea un sí y vuestro no un no para no exponeros a ser juzgados.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 102, 1-2. 3-4. 8-9. 11-12
V/. El Señor es compasivo y misericordioso.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.

V/. Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R/.

V/. El perdona todas tus culpas, y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura. R/.

V/. El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia; no está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo. R/.

V/. Como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles; como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.


EVANGELIO
Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre

+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 10, 1-12

En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino, y según costumbre les enseñaba.
Se acercaron unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a prueba: ¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer? El les replicó: ¿Qué os ha mandado Moisés? Contestaron: Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.
Jesús les dijo: Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto.
Al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer.
Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.
De modo que ya no son dos, sino una sola carne.
Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
El les dijo: Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera.
Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.

Palabra del Señor.