miércoles, 1 de agosto de 2012

SAN ALFONSO Mª DE LIGORIO Obispo, Confesor y Doctor



1 de agosto 
SAN ALFONSO Mª DE LIGORIO 
Obispo, Confesor y Doctor


El celo por tu casa me devora.
(Juan, 2, 17).
   
   San Alfonso María de Ligorio, nacido en Nápoles en 1696, dejó el foro por el sacerdocio. Obró un gran número de conversiones y fundó la Congregación del Redentor. Toda su vida estuvo consagrada a ganar almas para Jesucristo, a inspirar a los fieles una tierna devoción a la Pasión del Salvador, a la Santa Eucaristía y a la Virgen Madre de Dios. Empleó los momentos que le dejaba la predicación de la palabra de Dios en la composición de gran número de obras de teología y piedad, que lo hicieron elevar al rango de los Doctores de la Iglesia, por disposición de Pío IX. Murió en 1787.

  MEDITACIÓN
SOBRE LAS CUALIDADES
DEL VERDADERO CELO

   I. Todos debemos estar animados de un ardiente celo por la gloria de Dios y la salvación de las almas. Quien ama a Dios no puede ver con indiferencia que se ataque su honor. Si ve a su prójimo internado por mal camino, hace todo por volverlo al bien; y, si no lo logra, gime y reza por él. ¿Así haces tú? Si no tienes celo, deduce que careces de amor. El celo es la señal de que Dios ha descendido a un alma. (San Bernardo).
   II. No basta que nuestro celo sea ardiente; es menester, para que dé fruto, que sea tierno y compasivo. Los pecadores, decía San Alfonso, son ovejas descarriadas que Jesucristo iba buscando por entre las zarzas del camino y que volvía a traer al redil llevándolas sobre sus hombros para ahorrarles las fatigas del retorno. Es el modelo que se propuso en toda su conducta; de ese modo, ¡a cuántas ovejas descarriadas recondujo al ovil del divino Pastor! Mira si en las advertencias que haces a tus hermanos y en todas las buenas obras que realizas, no entra tu amor propio en gran medida en vez del amor de Dios y del prójimo. Que sea la caridad la que inflame tu celo.
   III. En fin, nuestro celo debe ser constante. San Alfonso, al fundar su Congregación del Redentor, hizo voto de no perder nunca el tiempo. Quería que Dios no hallase en su vida ni una sola hora que no estuviese consagrada a su gloria y a la salvación de las almas. ¿Qué intereses persigues tú? ¿Son los tuyos o los de Jesucristo? ¿Cuánto tiempo dedicas a ellos? No te olvides de la suerte reservada para el servidor que enterró su talento. Fue acusado, no de haberlo perdido, sino de haberlo dejado improductivo. No te canses de ganar almas para Jesucristo, pues tú mismo fuiste ganado por Jesucristo. (San Agustín).
El celo
Orad por
 el éxito de las misiones

ORACIÓN   
   Oh Dios, que habéis inflamado de celo apostólico al bienaventurado Alfonso María, vuestro confesor pontífice, y os servisteis de su ministerio para dar una nueva familia a la Iglesia, haced, os lo suplicamos, que instruidos por sus saludables consejos y fortificados con sus ejemplos, podamos llegar a Vos dichosamente. Por J. C. N. S. Amén.

MIÉRCOLES DE LA DECIMOSÉPTIMA SEMANA




PRIMERA LECTURA
¿Por qué se ha vuelto crónica mi llaga? Si vuelves, estarás en mi presencia
Lectura del Profeta Jeremías 15, 10. 16-21
¡Ay de mí, madre mía,
que me engendraste hombre de pleitos y contiendas
para todo el país!
Ni he prestado ni me han prestado,
y todos me maldicen.
Cuando encontraba palabras tuyas,
las devoraba;
tus palabras eran mi gozo
y la alegría de mi corazón,
porque tu nombre fue pronunciado sobre mí,
Señor Dios de los Ejércitos.
No me senté a disfrutar con los que se divertían;
forzado por tu mano me senté solitario,
porque me llenaste de ira.
¿Por qué se ha vuelto crónica mi llaga,
y mi herida, enconada e incurable?
Te me has vuelto arroyo engañoso,
de aguas inconstantes.
Entonces respondió el Señor:
–Si vuelves, te haré volver a mi,
estarás en mi presencia;
si separas lo precioso de la escoria,
serás mi boca.
Que ellos se conviertan a ti,
no te conviertas tú a ellos.
Frente a este pueblo te pondré
como muralla de bronce inexpugnable:
lucharán contra ti y no te podrán,
porque yo estoy contigo para librarte y salvarte,
–oráculo del Señor–.
Te libraré de manos de los perversos,
te rescataré del puño de los opresores.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 58, 2-3. 4-5a. 10- 11. 17. 18
R.  Dios es mi refugio en el peligro.
Líbrame de mi enemigo, Dios mío,
protégeme de mis agresores;
líbrame de los malhechores,
sálvame de los hombres sanguinarios. R.
Mira que me están acechando
y me acosan los poderosos.
Sin que yo haya pecado ni faltado, Señor,
sin culpa mía, avanzan para acometerme. R.
Estoy velando contigo, fuerza mía,
porque tú, oh Dios, eres mi alcázar;
que tu favor se adelante, oh Dios,
y me haga ver la derrota del enemigo. R.
Yo cantaré tu fuerza,
por la mañana aclamaré tu misericordia:
porque has sido mi alcázar
y mi refugio en el peligro. R.
Y tañeré en tu honor, fuerza mía,
porque tú, oh Dios, eres mi alcázar. R.

EVANGELIO
Vende todo lo que tiene y compra el campo
+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 44-45
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
–El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un comerciante en perlas finas, que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.
Palabra del Señor.