lunes, 17 de febrero de 2025

SIETE SANTOS FUNDADORES DE LA ORDEN DE LOS SERVITAS, Confesores

 17 de febrero



SIETE SANTOS FUNDADORES DE LA ORDEN DE LOS SERVITAS,
 Confesores

   Se honran hoy a siete nobles florentinos, que enriquecieron a la Iglesia en 1233 con una nueva familia religiosa. El nombre de "Siervos de María" lo recibieron providencialmente de unos niños. Ilustres por su nacimiento estos Santos fundadores, lo fueron sobre todo por la benéfica influencia de su Orden en Francia, en Italia y en Polonia.
   Dejándolo todo, se retiraron al Monte Senario, próximo a Florencia, y allí expiaron con sus penitencias los pecados de los hombres, vistiendo un hábito que la Santísima Virgen les indicó. Su principal ocupación consistió en meditar la Pasión de Jesús y los dolores de María al pie de la Cruz.
 
 ORACIÓN
   Oh Señor Jesucristo que para honrar la memoria de los dolores de tu santísima Madre, por medio de estos siete santos Padres fecundaste a tu Iglesia con la nueva familia de Siervos de María: concédenos propicio asociarnos de tal modo a sus dolores, que disfrutemos también de sus goces. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.  Amén.

LUNES DE LA SEXTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Caín atacó a su hermano Abel y lo mató

Lectura del libro del Génesis 4, 1-15. 25

El hombre se llegó a Eva: ella concibió, dio a luz a Caín, y dijo: 
—He adquirido un hombre con la ayuda del Señor.
Después dio a luz a Abel, el hermano. Abel era pastor de ovejas, y Caín trabajaba en el campo.
Pasado un tiempo, Caín ofreció al Señor dones de los frutos del campo, y Abel ofreció las primicias y la grasa de sus ovejas.
El Señor se fijó en Abel y en su ofrenda, y no se fijó en Caín ni en su ofrenda; por lo cual Caín se enfureció y andaba abatido.
El Señor dijo a Caín: 
— ¿Por qué te enfureces y andas abatido?
Cierto, si obraras bien, estarías animado; pero si no obras bien, el pecado acecha a la puerta; y aunque viene por ti, tú puedes dominarlo.
Caín dijo a su hermano Abel: 
—Vamos al campo.
Y cuando estaban en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató.
El Señor dijo a Caín: 
— ¿Dónde está Abel, tu hermano?
Respondió Caín: 
—No sé; ¿soy yo el guardián de mi hermano?
El Señor le replicó: 
— ¿Qué has hecho? La sangre de tu hermano me está gritando desde la tierra.
Por eso te maldice esa tierra que ha abierto sus fauces para recibir de tus manos la sangre de tu hermano.
Aunque trabajes la tierra, no volverá a darte su fecundidad.
Andarás errante y perdido por el mundo.
Caín contestó al Señor: 
—Mi culpa es demasiado grande para soportarla. Hoy me destierras de aquí; tendré que ocultarme de ti, andando errante y perdido por el mundo; el que tropiece conmigo, me matará.
El Señor le dijo: 
—El que mate a Caín lo pagará siete veces.
Y el Señor puso una señal a Caín para que, si alguien tropezase con él, no lo matara.
Adán se llegó otra vez a su mujer, que concibió, dio a luz un hijo y lo llamó Set, pues dijo: 
—El Señor me ha dado un descendiente a cambio de Abel, asesinado por Caín.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 49, 1 y 8. 16bc-17. 20-21
V/. Ofrece al Señor un sacrificio de alabanza.
R/. Ofrece al Señor un sacrificio de alabanza.
V/. El Dios de los dioses, el Señor, habla: convoca la tierra de Oriente a Occidente.
No te reprocho tus sacrificios, pues siempre están tus holocaustos ante mí. R/.
V/. ¿Por qué recitas mis preceptos, tú que detestas mi enseñanza, y te echas a la espalda mis mandatos? . R/.
V/. Te sientas a hablar contra tu hermano, deshonras al hijo de tu madre: esto haces, ¿y me voy a callar? , ¿crees que soy como tú? Te acusare, te lo echaré en cara. R/.


EVANGELIO
¿Por qué esta generación reclama un signo?

+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 8, 11-13

En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo.
Jesús dio un profundo suspiro y dijo: ¿Por qué esta generación reclama un signo? Os aseguro que no se le dará un signo a esta generación.
Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.

Palabra del Señor