martes, 11 de noviembre de 2025

SAN MARTÍN DE TOURS, Obispo y Confesor



11 de noviembre
SAN MARTÍN DE TOURS, 
Obispo y Confesor 

 Velad y orad
a fin de no caer en la tentación.
Que si bien el espíritu está pronto,
la carne es flaca.
(Mateo, 26, 41).

   San Martín, hijo de un oficial pagano en Panonia, deslumbróse en Pavía con los esplendores del culto cristiano. Catecúmeno a los diez años, siguió no obstante la voluntad de su padre y de su príncipe, y sirvió en el ejército romano. Un día, durante un rudo invierno, dio una parte de su manto a un pobre, y Nuestro Señor se le apareció la noche siguiente vestido con ella. Martín recibió entonces el bautismo, fue incluido entre los acólitos por San Hilario de Poitiers, fundó Ligugé, primer monasterio de las Galias, obró numerosos milagros y llegó a ser obispo de Tours a pesar de sus lágrimas. Fue entonces cuando fundó el monasterio de Marmoutier con 80 religiosos. Por todas partes prodigó su caridad, su abnegación, sus oraciones y su enseñanza, y murió lleno de días y de méritos hacia el año 400.

MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA
DE SAN MARTÍN DE TOURS

   I. San Martín de Tours tenía tan grande respeto por Dios, que no quería sentarse en las iglesias. A los que lo instaban a que lo hiciera, respondía que había que temblar en presencia de su Juez. ¿Con qué respeto y con qué modestia te mantienes tú en las iglesias? Jesucristo está allí en el adorable Sacramento del Altar; está en el tabernáculo para escuchar tus plegarias, para escuchar tus pedidos y no para ser espectador de tus inmodestias o de tus impiedades.

   II. El medio ordinario de que se servía San Martín de Tours para lograr éxito en sus empresas era dirigirse a Dios, implorar su ayuda mediante la oración, el ayuno y otras austeridades. ¿Quieres tú tener éxito en todos tus proyectos? Recomiéndalos a Dios, haz algunas obras de piedad, ora, ayuna, da limosnas: es el medio para tocar el corazón de Dios y obligarlo a escuchar tus pedidos. Ensaya este secreto y no fíes tanto en tu prudencia.

   III. San Martín de Tours, llegado a la hora de la muerte, oraba con tanto ardor como si estuviera gozando de plena salud; estaba acostado en tierra sobre ceniza y cubierto de un cilicio. Es preciso, decía, que un soldado muera con las armas en la mano. Con todo, el demonio se acercó para tentarlo, pero en vano; concluyamos de aquí que es menester combatir toda nuestra vida y hasta en la hora de la muerte. La penitencia y la oración son las armas que nos darán la victoria; sirvámonos de ellas hasta nuestros últimos momentos, porque solamente la perseverancia obtiene la corona. Todas las virtudes luchan por la recompensa, sólo la perseverancia es coronada. (Pedro de Blois).

La caridad 
Orad por los pobres.

ORACIÓN
   Oh Dios, que veis nuestra impotencia para mantenernos en el bien, haced, en vuestra bondad, que la intercesión del bienaventurado Martín, vuestro confesor y pontífice, nos fortifique contra las tentaciones que nos asedian. Por J. C. N. S. Amén.

MARTES DE LA TRIGÉSIMA SEGUNDA SEMANA


PRIMERA LECTURA
La gente insensata pensaba que morían, pero ellos están en paz
Lectura del libro de la Sabiduría 2, 23-3, 9
Dios creó al hombre incorruptible, le hizo imagen de su misma naturaleza.
Por envidia del diablo entró la muerte en el mundo, y la experimentan los que le pertenecen.
En cambio, la vida de los justos está en manos de Dios y no los tocará el tormento.
La gente insensata pensaba que morían, consideraba su tránsito como una desgracia, su partida de entre nosotros como una destrucción; pero ellos están en paz.
La gente pensaba que eran castigados; pero ellos esperaban seguros la inmortalidad.
Sufrieron un poco; recibirán grandes favores, porque Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí: los probó como oro en crisol, los recibió como sacrificio de holocausto.
El día de la cuenta resplandecerán ellos como chispas que prenden por un cañaveral.
Gobernarán naciones, someterán pueblos, y su Señor reinará eternamente.
Los que en él confían conocerán la verdad y los fieles permanecerán con él en el amor, porque sus elegidos encontrarán gracia y misericordia.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 16-17. 18-19
V/. Bendigo al Señor en todo momento.
R/. Bendigo al Señor en todo momento.

V/. Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

V/. Los ojos del Señor miran a los justos, sus oídos escuchan sus gritos; pero el Señor se enfrenta con los malhechores para borrar de la tierra su memoria. R/.

V/. Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias; el Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. R/.


EVANGELIO
Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 17, 7-10

En aquel tiempo, dijo el Señor: Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: «Enseguida, ven y ponte a la mesa? » ¿No le diréis: «Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo; y después comerás y beberás tú ? » ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: «Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer».


Palabra del Señor.