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14 de febrero
Yo soy la luz del mundo: quien me sigue,
no anda en tinieblas sino que tendrá
la luz de la vida.(Juan, 8, 12).
no anda en tinieblas sino que tendrá
la luz de la vida.(Juan, 8, 12).
San Valentín, en su prisión, rogaba a Jesús que iluminase a los gentiles con los rayos de su divina luz. Asterio, lugarteniente del prefecto de Roma, oyó su plegaria, y le prometió creer que Jesús es la luz del mundo, si devolvía la vista a su hija. Púsose el santo en oración, y restituyó la vista a la ciega con lo que, Asterio, con toda su familia, se convirtió. Algunos días después, Valentín fue azotado y, finalmente, se le cortó la cabeza.
I. La gracia de Dios se parece a la luz,
en que, aquélla como ésta, se da a todos. A nadie la rehúsa Dios, y es
suficiente para salvarnos si la queremos aprovechar. ¡Cuánto reconocimiento
debemos a Dios, especialmente nosotros los cristianos, que hemos sido colmados
de gracias! ¿Cuántas has recibido? ¿No han sido inútiles? Aprovecha las que Dios
te acuerda; trabaja mientras te alumbra la luz. Agradece a Dios por sus
mercedes, no sea que ciegues la fuente con tu ingratitud.
II. Tu inteligencia a menudo es iluminada por
medio de estas gracias, que San Agustín llama rayos de la luz eterna. ¡Qué de
veces Dios te ha hecho conocer claramente la vanidad del mundo y la solidez de
los bienes del cielo! Alimenta esta luz celestial meditando con frecuencia las
grandes verdades que la fe nos enseña.
III. Sería inútil esta luz si, después de haber
iluminado la inteligencia, no excitase la voluntad a la práctica de las virtudes
difíciles. Lo propio de la gracia es hacer obrar, enfervorizar el corazón del
que la recibe, y disminuir las dificultades que suscita la virtud. ¿No es verdad
que a veces te sientes atraído por Dios tan dulcemente que el sacrificio de ti
mismo te parece fácil? Aprovecha los preciosos momentos de la gracia; son
semejantes a una semillita que encierra un gran árbol: la eternidad depende de
ese momento. (San Bernardo).
El deseo de los sufrimientos
Orad por la conversión de los pecadores.
ORACIÓN
Haced, os suplicamos, Dios
omnipotente, que celebrando el nacimiento al cielo de vuestro bienaventurado
mártir Valentín, obtengamos por sus oraciones ser librados de todos los males
que nos amenazan. Por J. C. N. S. Amén.
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