sábado, 2 de noviembre de 2024

CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS



2 de noviembre
CONMEMORACIÓN
DE LOS

FIELES DIFUNTOS

Bienaventurados los muertos
que mueren en el Señor.
(Apocalipsis, 14, 13).

   Un santo ermitaño se cruzó en el camino con un monje de Cluny y le rogó dijese a San Odilón, abad de ese monasterio, que los demonios se quejaban por el número de almas que sus oraciones y la de sus religiosos libraban del purgatorio. En cuanto lo supo el santo abad ordenó a toda su Orden que consagrara el segundo día de noviembre para orar por la liberación de las almas del purgatorio. Esto fue en el año 998. Esta costumbre, adoptada en seguida por otros monjes y por la diócesis de Lieja en 1008, se extendió gradualmente en todo el Occidente.

 MEDITACIÓN SOBRE LAS ALMAS
DEL PURGATORIO

   I. Las almas del purgatorio sufren la pena de daño, porque están privadas de la vista de Dios. ¡Qué cruel es esta separación! La naturaleza y la gracia los impulsan violentamente hacia Dios, pero no pueden llegar hasta Él. Lo que les causa más pena es ver que su dicha es aplazada porque, en la tierra, gozaron de algunos leves placeres que les estaban  prohibidos. Ten piedad de estas almas y, con tus mortificaciones, trabaja por retirarlas de esta triste morada.

   II. Estas almas son atormentadas por el mismo fuego que atormenta a los condenados, su pena es la misma; la única diferencia está en que los condenados sufrirán toda la eternidad y las almas del purgatorio solamente un tiempo. Puedes abreviar este tiempo con tus oraciones, ayunos y limosnas. ¿Negarás esta caridad a tus padres, a tus hermanos cristianos que te la piden? Oye su queja: ¡Tened piedad de mí, tened piedad de mí, por lo menos vosotros que fuisteis mis amigos!

   III. Estas santas almas, sin embargo, tienen consuelos en medio de sus suplicios, porque están resignadas a la voluntad de Dios que en ellas se cumple para purificarlas, y porque ven, por un lado, el infierno que evitaron, y por el otro, el cielo que las espera. Cristianos, aprended de ellas cómo hay que sufrir, y pasad lo más que podáis vuestro purgatorio en esta vida; sufrid con la misma fortaleza y la misma esperanza que las almas del purgatorio. Señor, purificadme en esta vida, a fin de que después de esta vida escape de las llamas del purgatorio. (San Agustín).

La devoción
a las almas del purgatorio

Orad por su liberación.

ORACIÓN
   Oh Dios, Creador y Redentor de todos los hombres, conceded a las almas de vuestros servidores y servidoras, la remisión de todos sus pecados, a fin de que obtengan por nuestras humildísimas oraciones el perdón que ellas siempre han deseado. Vos que vivís y reináis en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

2 noviembre. CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS

PRIMERA LECTURA
Es bueno esperar en silencio la salvación del Señor
Lectura del libro de las Lamentaciones 3, 17-26

Me han arrancado la paz, y ni me acuerdo de la dicha; me digo: «Se me acabaron las fuerzas y mi esperanza en el Señor.»
Fíjate en mi aflicción y en mi amargura, en la hiel que me envenena; no hago mas que pensar en ello, y estoy abatido.
Pero hay algo que traigo a la memoria y me da esperanza:
que la misericordia del Señor no termina y no se acaba su compasión; antes bien, se renuevan cada mañana: ¡que grande es tu fidelidad!
El Señor es mi lote, me digo, y espero en el.
El Señor es bueno para los que en el esperan y lo buscan; es bueno esperar en silencio la salvación del Señor. 
Palabra de Dios.

Sal 129, 1-2. 3-4. 5-6. 7. 8 (R.: 1; o bien: cf. 5)
R. Desde lo hondo a ti grito, Señor.

O bien:
Espero en el Señor, espero en su palabra.


Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi suplica. R.


Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quien podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto. R.


Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. R.


Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora; porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa. R.


Y el redimirá a Israel de todos sus delitos. R.
 
SEGUNDA LECTURA
Andemos en una vida nueva
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 6, 3-9

Hermanos:
Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte.
Por el bautismo fuimos sepultados con el en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva.
Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya.
Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo, quedando destruida nuestra personalidad de pecadores, y nosotros libres de la esclavitud al pecado; porque el que muere ha quedado absuelto del pecado.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con el; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre el.
Palabra de Dios.

EVANGELIO
En la casa de mi Padre hay muchas estancias
+ Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 1-6

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.»
Tomás le dice:
—«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Jesús le responde:
—«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí.»
Palabra del Señor.