sábado, 9 de noviembre de 2024

DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DEL SANTÍSIMO SALVADOR



9 de noviembre
DEDICACIÓN
DE LA BASÍLICA
DEL
SANTÍSIMO SALVADOR

Jesús dijo a los que vendían palomas [en el templo]:
Quitad eso de aquí, y no queráis hacer de la casa
de mi
 Padre una casa de tráfico.
(Juan, 2, 16).

   Constantino el Grande, después de su victoria sobre Majencio, se declaró protector de los cristianos e hizo edificar un gran número de iglesias. La más célebre es la Basílica del Santísimo Salvador, edificada sobre el emplazamiento del antiguo palacio de Letrán. Hizo levantar, en ella, para que sirviese de baptisterio, una capilla dedicada a San Juan Bautista. La gran devoción que se tenía a esta capilla hizo perder a la iglesia, insensiblemente, su primer nombre, y no se la conoció después sino con el nombre de San Juan de Letrán. Allí fue donde residieron los Papas hasta Gregorio IX, muerto en 1241, y esta iglesia ha conservado siempre la preeminencia sobre todos los santuarios de la cristiandad. La fiesta de hoy ha sido establecida en memoria de su consagración.

MEDITACIÓN
SOBRE LA MANERA DE HONRAR
A DIOS EN LAS IGLESIAS

   I. Visita las iglesias lo más frecuentemente que puedas; la iglesia es la casa de Dios, allí es donde sobre todo quiere ser honrado, allí donde gusta derramar sus gracias sobre los que lo invocan. Concurre a ellas a pedir los consejos y los consuelos de que tengas necesidad; que los templos sean tu asilo en tus tentaciones. Si entras en ellos con fe y humildad, no saldrás sino fortificado y consolado. Pero, ¡oh desgracia! Se corre a las diversiones y las iglesias están desiertas. Preferimos los lugares de diversión a los templos donde Dios reside: descuidamos los altares y honramos los teatros. (Salviano).

   II. No hagas de la casa de Dios una casa de tráfico. Los hombres trafican en las iglesias cuando, en lugar de orar a Dios, piensan en los negocios del mundo. El demonio trafica en ellas, y ventajosamente para él, cuando persuade a los cristianos a que profanen el lugar santo con sus malos pensamientos y sus continuas distracciones. Estás en la iglesia para rezar a Dios: hazlo con humildad y devoción.

   III. Todo género de comercio no está prohibido en los templos. Trafica allí con Dios; dale los bienes de la tierra y Él te dará los del cielo; dale tu corazón, pidiéndole que lo llene de su santo amor. Lanza tus suspiros al cielo, y el Espíritu Santo te enviará santas inspiraciones; derrama lágrimas y Dios derramará sus gracias sobre ti; pídele perdón por tus faltas y te las perdonará. Cuando te veo suspirar ante Dios, no dudo que el Espíritu Santo te envía sus inspiraciones, cuando te veo llorar, sé que Dios te perdona. (San Cipriano).

La modestia en la iglesia 
Orad por los sacerdotes.

ORACIÓN
   Oh Dios, que todos los años renováis para nosotros el día en que este santo templo fue consagrado y nos dais salud para asistir a vuestros santos misterios, escuchad las plegarias, de vuestro templo, y, a todos los que vienen a él a implorar vuestros favores, concededles el gozo de ver cumplidos sus votos. Por J. C. N. S. Amén

9 de noviembre LA DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE LETRÁN Fiesta

PRIMERA LECTURA
Vi que manaba agua del lado derecho del templo,
y habrá vida dondequiera que llegue la corriente

Lectura de la profecía de Ezequiel 47, 1-2. 8-9. 12

En aquellos días, el ángel me hizo volver a la entrada del templo.
Del zaguán del templo manaba agua hacia levante -el templo miraba a levante-. El agua iba bajando por el lado derecho del templo, al mediodía del altar.
Me sacó por la puerta septentrional y me llevó a la puerta exterior que mira a levante. El agua iba corriendo por el lado derecho.
Me dijo:
-«Estas aguas fluyen hacia la comarca levantina, bajarán hasta la estepa, desembocarán en el mar de las aguas salobres, y lo sanearán. Todos los seres vivos que bullan allí donde desemboque la corriente, tendrán vida; y habrá peces en abundancia. Al desembocar allí estas aguas, quedará saneado el mar y habrá vida dondequiera que llegue la corriente.
A la vera del río, en sus dos riberas, crecerán toda clase de frutales; no se marchitarán sus hojas ni sus frutos se acabarán; darán cosecha nueva cada luna, porque los riegan aguas que manan del santuario; su fruto será comestible y sus hojas medicinales.»
Palabra de Dios.

o bien:

Sois templo de Dios
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 3, 9c-11. 16-17

Hermanos:
Sois edificio de Dios. Conforme al don que Dios me ha dado, yo, como hábil arquitecto, coloqué el cimiento, otro levanta el edificio. Mire cada uno cómo construye.
Nadie puede poner otro cimiento fuera del ya puesto, que es Jesucristo.
¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 45, 2-3. 5-6. 8-9 (R.: 5)

R. El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada.


Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, poderoso defensor en el peligro. Por eso no tememos aunque tiemble la tierra, y los montes se desplomen en el mar. R.


El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada. Teniendo a Dios en medio, no vacila; Dios la socorre al despuntar la aurora. R.


El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob. Venid a ver las obras del Señor, las maravillas que hace en la tierra: pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe. R.

Aleluya 2 Cro 7, 16
Elijo y consagro este templo -dice el Señor- para que esté en él mi nombre eternamente.

EVANGELIO
Hablaba del templo de su cuerpo

 +Lectura del santo evangelio según san Juan 2, 13-22

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:
-«Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.»
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
-«¿Qué signos nos muestras para obrar así?»
Jesús contestó:
-«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.»
Los judíos replicaron:
-«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Palabra del Señor.