1 de septiembre
SAN GIL, Abad
Quien se ensalza será humillado
y quien se humilla será ensalzado.
(Lucas, 14, 11).
y quien se humilla será ensalzado.
(Lucas, 14, 11).
San Gil abandonó Grecia, su patria, para
sustraerse a los honores que le atraían sus virtudes y sus milagros, y fue a la
Provenza a pedir un asilo a su humildad. Perseguido, allí también, por la
veneración de los pueblos, resolvió retirarse a un desierto. "Puesto que
los hombres se obstinan, dijo, en rodearme de respeto, iré a vivir entre las
fieras". Encontró en una roca una cierva que le proporcionó leche.
Habiéndolo herido los cazadores del rey por tirar sus flechas sobre ella, no
dejó el santo le pusieran nada sobre su llaga a fin de sufrir y merecer más. El
rey le hizo edificar un monasterio donde murió santamente en el año 712.