16 de abril
SANTA Mª BERNARDA SOUBIROUS
Virgen


Bernardita, como era cariñosamente llamada, era una niña piadosa que asistía a misa los domingos, pero no podía comulgar porque aún no había hecho la primera comunión. A sus catorce años la enfermedad y el trabajo le habían impedido ir a la escuela, por lo que no sabía leer ni escribir. En noviembre de 1857, los Soubirous habían permitido a Bernardita ir a Bartrès, un pueblecito cerca de Lourdes, a servir como criada en la casa de su antigua nodriza, María Lagüs. Sin embargo, el deseo de Bernardita de hacer la primera comunión hizo que regresara a Lourdes pocas semanas antes de comenzar las apariciones.
Las Apariciones.
El jueves 11 de febrero de 1858,
Bernardita había ido con su hermana y una amiga a la Gruta de Massabielle, al
borde del río Gave, para recoger algo de leña. Cuando se estaba descalzando
para meterse al agua y cruzar al torrente, oyó un ruido como de una ráfaga de
viento, y levantando la cabeza hacia la gruta, vio a una Señora vestida de
blanco, que llevaba un velo también de color blanco, una faja azul en la
cintura y una rosa amarilla en cada pie. Bernardita hizo la señal de la cruz y
rezó el rosario con la Señora. Al terminar de rezar, la Señora desapareció.
El domingo 14 de febrero Bernardita se sintió interiormente movida a volver a la Gruta, a pesar de la prohibición de sus padres. Pero su madre le dio permiso para volver, debido a sus insistentes ruegos. Cuando había rezado la primera decena del rosario, la Señora apareció nuevamente, y Bernardita roció el sitio con agua bendita como se le había sugerido. La Señora sonrió inclinando la cabeza. Al terminar el rosario, la Señora desapareció.
El domingo 14 de febrero Bernardita se sintió interiormente movida a volver a la Gruta, a pesar de la prohibición de sus padres. Pero su madre le dio permiso para volver, debido a sus insistentes ruegos. Cuando había rezado la primera decena del rosario, la Señora apareció nuevamente, y Bernardita roció el sitio con agua bendita como se le había sugerido. La Señora sonrió inclinando la cabeza. Al terminar el rosario, la Señora desapareció.