lunes, 8 de abril de 2024

SAN PERPETUO, Obispo y Confesor

8 de abril
SAN PERPETUO,(*)
Obispo y Confesor

Como un cuerpo sin espíritu está muerto, así
también la fe sin las obras está muerta.
(Santiago, 2, 26).


   Este santo estaba devorado de celo por la casa de Dios. Siendo obispo de Tours, hizo agrandar y embellecer la basílica de San Martín. Empleaba la mayor parte de sus entradas en exornar iglesias y alimentar pobres que son templos vivos del Espíritu Santo. Hizo testamento a favor de las iglesias y de los pobres de su diócesis; pero el regalo más hermoso que hizo a la iglesia de Tours fue el ejemplo de sus virtudes durante su vida, y sus reliquias después de su muerte.  

LA ANUNCIACIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA y ENCARNACIÓN DEL VERBO

25 de marzo

LA ANUNCIACIÓN
DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
y
ENCARNACIÓN DEL VERBO

y habiendo entrado el Ángel a donde estaba María, le dijo:
Dios te salve, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres.
(Lucas, 1, 28).


  
Considera al Arcángel Gabriel entrando a donde estaba María, para anunciarle que la Santísima Trinidad la ha elegido para ser Madre de Dios. Su humildad y su pudor alármanse ante esta noticia; pero es tranquilizada asegurándosele que será madre sin dejar de ser virgen. "Hágase en mí según tu palabra", exclama; y, al instante, con la sangre purísima de la Virgen Inmaculada, el Espíritu Santo forma el cuerpo adorable de Jesús. 

LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR. Solemnidad




PRIMERA LECTURA
Mirad: la virgen está encinta
Lectura del libro de Isaías 7, 10-14; 8, 10
En aquel tiempo, el Señor habló a Acaz:
–«Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.»
Respondió Acaz:
–«No la pido, no quiero tentar al Señor.»
Entonces dijo Dios:
–«Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal:
Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios–con–nosotros".»
Palabra de Dios.

Salmo Responsorial Sal 39, 7-8a. 8b-9. 10. 11(R.: 8a y 9a)
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy.» R.

«–Como está escrito en mi libro–
para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R.

He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R.


No me he guardado en el pecho tu defensa,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea. R.


SEGUNDA LECTURA
Está escrito en el libro: «Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad»
Lectura de la carta a los Hebreos 10, 4-10
Hermanos:
Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados.
Por eso, cuando Cristo entró en el mundo dijo: «Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad." »
Primero dice: «No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias», que se ofrecen según la Ley. Después añade: «Aquí estoy yo para hacer tu voluntad.»
Niega lo primero, para afirmar lo segundo.
Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.
Palabra de Dios.

Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 1, 14ab
La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria.

EVANGELIO
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas   1, 26-38
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
–«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú eres entre las mujeres.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo:
–«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel:
–«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó:
–«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo, que va a nacer se llamará Hijo de Dios.
Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó:
–«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.
Palabra del Señor.