y habiendo entrado el Ángel a donde estaba
        María, le dijo: 
Dios te salve, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres. (Lucas, 1, 28).  | 
    
Considera al Arcángel Gabriel entrando a donde estaba María, para anunciarle que la Santísima Trinidad la ha elegido para ser Madre de Dios. Su humildad y su pudor alármanse ante esta noticia; pero es tranquilizada asegurándosele que será madre sin dejar de ser virgen. "Hágase en mí según tu palabra", exclama; y, al instante, con la sangre purísima de la Virgen Inmaculada, el Espíritu Santo forma el cuerpo adorable de Jesús.
MEDITACIÓN
SOBRE LA ANUNCIACIÓN
SOBRE LA ANUNCIACIÓN
   I. Hoy, María es hecha 
Madre de Dios; su
      humildad y su pureza le han valido este inefable honor . ¡Qué 
alegría me da, oh divina María, veros elevada
      a tan alto rango de gloria! Mas, puesto que sois Madre de 
Jesucristo, también lo sois de los cristianos.
      ¡Ah, cuán consolador es este pensamiento! Sois todopoderosa para 
socorrerme, porque sois la Madre de Dios; poseéis un corazón henchido de
 amor por mí, porque sois mi Madre. También yo, si quiero, mediante la 
fe y la caridad puedo poseer a Jesús en
      mi corazón. Si sólo María ha engendrado a Cristo según la carne,
      todos los cristianos pueden engendrarle en sus corazones por la fe
      (San Ambrosio). 
   II. Desde hoy, Jesús es nuestro hermano;
      el amor que nos tiene lo hace semejante a nosotros, a fin de hacernos
      semejantes a Él. Viene a la tierra para que vayamos al cielo. ¡Os adoro,
      Verbo encarnado en el seno virginal de María! ¡Quien me diera el poder
      de haceros una merced tan preciosa como Vos me hicisteis! Oh Hermano
      amabilísimo, os ofrezco todas mis acciones, todo mi ser.
   III. María es nuestra Madre, Jesús
      nuestro Hermano: ¿somos dignos hijos de María, dignos hermanos de
      Jesucristo? María es totalmente pura, humilde y obediente: ¿posees tu
      esas virtudes? Jesús en todo busca la gloria de su Padre y la salvación
      de las almas: ¿estás animado tú del mismo celo? ¿No tendría motivo
      Jesús para quejarse, y decir a su Madre: Los hijos de mi Madre han
      combatido contra mí? (Cantar de los Cantares).
La devoción a la Santísima Virgen 
Orad por las asociaciones marianas.
      
      
  
Orad por las asociaciones marianas.
   Oh Dios, que habéis querido que vuestro Verbo se
encarnase en el seno de la bienaventurada Virgen María en el momento en el que
al anunciarle el Ángel este misterio, Ella pronunció su fiat, conceded que
nuestras plegarias, mientras honramos a la que firmemente creemos que
verdaderamente es Madre de Dios, obtengan el auxilio de su intercesión junto a
Vos. Por J. C. N. S. Amén
