domingo, 9 de junio de 2024

SAN EFRÉN, Diácono y Doctor de la Iglesia


San Efrén de Siria, Diácono
Efrén: "fructífero" (que da mucho fruto)
Fiesta: 9 de junio
(306-373) 
Diácono, Doctor de la Iglesiaescritor eclesiástico. Llamado "el arpa del Espíritu Santo".
Biografía
Adaptado de la Vida de los Santos de Butler por SCTJM

San Efrén alcanzó gran fama como maestro, orador, poeta, comentarista y defensor de la fe. Es el único de los Padres sirios a quien se honra como Doctor de la Iglesia Universal, desde 1920.  En Siria, tanto los católicos como los separados de la Iglesia lo llaman "Arpa del Espíritu Santo" y todos han enriquecido sus liturgias respectivas con sus homilías y sus himnos.  A pesar de que no era un hombre de mucho estudio formal, estaba empapado en las Sagradas Escrituras y tenía gran conocimiento de los misterios de la fe.

San Basilio le describe como "un interlocutor que conoce todo lo que es verdad" ; San Jerónimo, al recopilar los nombres de los grandes escritores cristianos, le menciona con estos términos:  "Efrén, diácono de la iglesia de Edessa, escribió muchas obras en sirio y llegó a tener tanta fama, que en algunas iglesias se leen en público sus escritos, después de las Sagradas Escrituras.  Yo leí en la lengua griega un libro suyo sobre el Espíritu Santo; a pesar de que sólo era una traducción, reconocí en la obra el genio sublime del hombre".  (Edessa, hoy llamada Urfa o Sanliurfa, está en Turquía)
San Efrén narra que en un sueño vio que de su lengua nacía una mata de uvas, la cual se extendía por muchas regiones, llevando a todas sus racimos. Este sueño llegó a ser profético por la gran propagación de sus obras.  
A San Efrén debemos, en gran parte, la introducción de los cánticos sagrados en los oficios y servicios públicos de la Iglesia, como una importante característica del culto y un medio de instrucción. 

BEATA ANA MARÍA TAIGÏ, Esposa y Madre

9 de Junio
BEATA ANA MARÍA TAIGÏ
 (*) 
Esposa y Madre
CUERPO INCORRUPTO DE LA SANTA, TAL COMO SE PUEDE VER EN LA IGLESIA DE S. CRISOGONO, EN ROMA


   Un día cualquiera de julio de 1837. Un trágico clamor se esparce por toda la ciudad: ¡el cólera ha hecho su aparición en Roma! El pánico cunde y la gente abandona sus hogares evitando todo contacto con los contaminados. En el nuevo cementerio de Campo Verano una muchedumbre se halla en oración ante una tumba aún reciente: piden al Señor que, por intercesión de la allí sepultada, les libre del azote que ha caído sobre ellos. En la pequeña cruz que preside la tumba unos débiles trazos de pintura, aún no del todo seca, componen un nombre: Ana María Taigï, y dos fechas: 1769-1837.

   ¿Qué influencia puede tener esta mujer para que ahora todos acudan a implorar su ayuda? Su historia es la más corriente y la más extraordinaria a la vez que se pueda imaginar. Su vida, la vida de una simple mujer.

   Nacida en Siena el 29 de mayo de 1769, su existencia transcurre durante uno de los períodos más críticos para la Iglesia y Europa. La corte de Luis XV, hundida en la lucha de intrigas y voluptuosidades, prepara activamente su ruina al tiempo que la de la cristiandad. La Enciclopedia adquiere resonante brillo. Voltaire reina e inunda el mundo con su filosofía pagana. Todo está minado: la Iglesia, la moral, la realeza. En Roma Clemente XIV va a suprimir la Compañía de Jesús a ruegos de los Borbones. Las naciones más católicas, como España, Polonia, Austria e Italia, se ven arrastradas por el torbellino que producen les acontecimientos. La masonería impera por doquier.

SANTOS PRIMO y FELICIANO, Mártires



9 de Junio
SANTOS PRIMO y FELICIANO,
Mártires


 Temed al que, después de haberos quitado la vida,
tiene el poder de arrojaros al infierno.
(Lucas, 12, 5).

   San Primo y San Feliciano eran hermanos y se animaban mutuamente a la práctica de las virtudes cristianas. Fueron encarcelados por orden de Diocleciano y Maximiano; pero un ángel les abrió la puerta de la mazmorra. Apresados poco después nuevamente, fueron llevados ante el pretor. Éste los separó, esperando vencer así más fácilmente su constancia. Probó primeramente a Feliciano, pero sin éxito. En seguida, llamando a Primo, le dijo: "Imita la prudencia de tu hermano: ha obedecido a los emperadores, y ahora está colmado de honores. Un ángel, -respondió Feliciano-, me ha hecho saber lo que le ha sucedido a mi hermano. ¡Ojalá sea yo digno de participar de su martirio!" Irritado, el pretor los condenó a los dos a ser arrojados a los leones; pero éstos, olvidando su ferocidad natural, vinieron a hacerles fiestas. Finalmente los hizo decapitar; y estos dos hermanos, a quienes los tormentos no habían podido separar, fueron a gozar de la misma gloria en el cielo, alrededor del año 297.

MEDITACIÓN SOBRE TRES CLASES DE TEMOR 
  
   I. El temor de Dios es el principio de la sabiduría. Teme a Dios, porque es omnipotente, ve todo y es soberanamente justo. Te juzgará con justicia; y habrá de castigarte inapelablemente si incurriste en pecado. Temes a los hombres, no te atreverías a cometer un crimen en su presencia. ¡Cuán ciego eres! ¿No ves que a Dios es a quien ha de temerse? El temor es la base de la salvación. (Tertuliano).

   II. Teme el infierno y no digas que este temor conviene a los grandes pecadores, puesto que Jesucristo te lo propone como medio de excitarte a la virtud, y los santos, estimulados por él, han avanzado rápidamente, en el camino de la salvación. El temor del infierno es el que los desapegó del mundo y los condujo a la soledad. ¡Oh infierno, si a menudo se pensase en ti, cuán rápido poblaríase el paraíso! Después de todo, por santo que seas al presente, puedes caer en el pecado. Teme siempre hasta que estés en el cielo.

   III. Teme el pecado, puesto que él te hace enemigo de Dios y víctima del infierno. Los santos habrían más bien elegido la pérdida de sus bienes, de la vida y hasta el infierno, si ello fuera posible, antes que el pecado. Es que aun el menor pecado es un mal más grande que los más espantosos entre todos los tormentos, puesto que esa falta leve ofende a un Dios infinito. ¿Posees estos sentimientos? Vuelve tu temor para el lado de Dios; todo temor que no tiene a Dios por objeto es temor malo.(San Bernardo).

La fidelidad a Dios
Orad
 por la conversión
de los pecadores.

ORACIÓN

   Señor, dignaos concedernos la gracia de celebrar siempre la fiesta de vuestros santos mártires Primo y Feliciano, de tal manera que sus sufragios nos aseguren los efectos de vuestra protección. Por J. C. N. S. Amén

SAN COLUMBANO, Abad

9 de Junio
SAN COLUMBA o COLUMKILL,

Abad
   San Columba, (Columbano o Columkill), es el mayor y más popular de los santos irlandeses después de san Patricio, nacido en Gallan, en el condado de Donegal, quizá de familia de príncipes; entró siendo muy niño aún en el monasterio de Clonard, se ordenó de sacerdote y al parecer después vivió quince años más en su isla natal, predicando y fundando numerosos monasterios, entre ellos los de Derry y Durrow.

   Hacia el 563, ya famoso por su piedad y su saber, marchó a evangelizar a los pictos paganos de Escocia, dice su primer biógrafo, "era un peregrino de Cristo". En unión de doce discípulos recorrió las tierras escocesas y fundó el gran monasterio de Iona, en la isla del mismo nombre, el centro más importante de la historia cristiana de aquellas regiones.

   Desde Iona -que servirá también como panteón de los reyes escoceses- su influencia se extendió por toda la Caledonia: ponía paz entre los enemigos, enseñaba a arar las tierras, llevaba consigo la civilización y la fe, y durante treinta y tantos años fue el gran apóstol de los pictos.

   Se habla de él como alguien «cuyo rostro irradiaba dicha interior», alegre, bondadoso y caritativo, y el pueblo le atribuía dotes de profeta y taumaturgo, contándose que le bastó hacer el signo de la cruz para ahuyentar del lago Ness a un monstruo acuático, cuyos posibles descendientes todavía atraen el turismo hacia aquella zona.

   San Columba murió en Iona rodeado de sus monjes, tras haber merecido por sus conquistas espirituales el sobrenombre de «soldado de la Isla».