El mundo pasa con su concupiscencia.
Mas el que hace la voluntad de Dios
permanece eternamente. (1 Juan, 2,17).
Mas el que hace la voluntad de Dios
permanece eternamente. (1 Juan, 2,17).
San Juan Clímaco subió al cielo por la escala que nos presenta, pues todo lo que enseña en su
hermoso libro titulado Escala Espiritual, él mismo lo
practicó. Dejó el mundo y se hizo monje a la edad de 16 años. Su vida
desde entonces fue una
mortificación continua. Empleaba su tiempo en llorar sus
pecados, en conversar con Dios, o bien en componer libros destinados a
instruir y edificar al prójimo. Fue nombrado abad del Monte Sinaí, y
murió
a la edad de 80 años apenas transcurrida la primera mitad del
siglo VII.