lunes, 13 de mayo de 2024

"EL MENSAJE DE FÁTIMA. HABLA LUCIA"


LAS APARICIONES DEL ÁNGEL DE LA PAZ 

Primera Aparición del Ángel 

No recuerdo exactamente los datos, puesto que en aquel tiempo no sabía nada de años, ni de meses, ni tampoco de los días de la semana. Me parece que debe haber sido en la primavera de 1916 que nos apareció el Ángel por primera vez en nuestro “Loca de Cabeco".
Como ya he escrito en el relato sobre Jacinta, subimos con el ganado al cerro arriba en busca de abrigo, y después de haber tomado nuestro bocadillo y dicho nuestras oraciones, vimos a cierta distancia, sobre la cúspide de los árboles, dirigiéndose hacia el saliente, una luz más blanca que la nieve, distinguiéndose la forma de un joven transparente y más brillante que el cristal traspasado por los rayos del sol. Al acercarse más pudimos discernir y distinguir los rasgos. Estábamos sorprendidos y asombrados.
Al llegar junto a nosotros dijo:
–No temáis. Soy el Ángel de la Paz. ¡Orad conmigo!
Y arrodillado en tierra inclinó la frente hasta el suelo, e imitamos llevados por un movimiento sobrenatural y repetimos las palabras que le oímos decir:
Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.
Después de repetir esto tres veces se levantó y dijo:
–Orad así. Los Corazones de Jesús y de María están atentos a la voz de vuestras súplicas.
Y desapareció. 

LOS VIDENTES










LOS VIDENTES
FRANCISCO

  Nació en Aljustrel, Fátima, el 11 de junio de 1908. Fue bautizado el 20 del mismo mes. 
   Enfermó de neumonía en diciembre de 1918. Y falleció en Aljustrel a las 22 horas del 4 de abril de 1919.
   Fue enterrado en el cementerio de Fátima y después trasladado a la basílica, el 13 de marzo de 1952.
   Su gran preocupación era la de "consolar a Nuestro Señor". El espíritu de amor y reparación para con Dios ofendido fueron notables en su vida tan corta. Pasaba horas "pensando en Dios". Fue un contemplativo.

JACINTA
   Nació en Aljustrel el 11 de marzo de 1910 y fue bautizada el 19 de ese mismo mes.
  
Víctima de una neumonía, enfermó en diciembre de 1918. Estuvo internada en el hospital de Vila Nova de Ourém, y luego en Lisboa, en el hospital de doña Estefanía, donde murió a las 22:30 del 20 de febrero de 1920.
   El cuerpo fue llevado al cementerio de Vila Nova de Ourém; el 12 de septiembre de 1935 fue trasladado al cementerio de Fátima y el 1º de mayo de 1951, finalmente a la basílica del Santuario.
   Su vida se caracterizó por el espíritu de sacrificio, el amor al Corazón de María, al Santo Padre y a los pecadores.
   Llevada por la preocupación por la salvación de los pecadores y el desagravio al Inmaculado Corazón de María, de todo ofrecía un sacrificio a Dios, como le recomendara el Ángel, diciendo siempre la oración que Nuestra Señora les había enseñado: "Oh Jesús, es por vuestro amor, por la conversión de los pecadores ( y añadía por el Santo Padre) y como reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María".

LUCÍA(*)
   "A los treinta días del mes de marzo de mil novecientos siete, bauticé a un individuo de sexo femenino, a quien di el nombre de Lucía, nacida en Aljustrel... a las siete de la tarde del veintidos de marzo corriente...".Así reza el acta de bautismo. Sus padres eran Antonio dos Santos y María Rosa, residentes en Aljustrel, lugarejo perteneciente a la Parroquia de Fátima.
   Siendo la última de siete hermanos, cinco mujeres y un varón, tuvo una infancia de mimos y privilegios, en la cual no le faltaron disgustos y desgracias familiares, bien superadas por aquélla mujer ejemplar que era su madre. A los seis años hace su Primera Comunión. Inmediatamente, porque así lo exigían las necesidades de la casa, comienza su vida de pastora.
   En las Apariciones de la Santísima Virgen, Lucía ocupa un lugar primordial, ya que es la única que habla con Ella y la que recibe un mensaje especial para ser comunicado en el futuro. Con sus primos, vive y sufre a causa de las Apariciones, pero es la única que habría de quedar en este mundo para cumplir su misión.
   Pasadas las Apariciones, la situación de Lucía, era naturalmente la de una "vidente", con todos los riesgos que ello comporta. Había que hacer algo con ella. Y una de las primeras preocupaciones del recién nombrado primer obispo de la diócesis restaurada de Leiria, fue atender a su educación, y retraerla de los peligros que podría sufrir. El 17 de junio de 1921, por la mañana, entra como educanda en el Colegio que las Hermanas de Santa Dorotea tienen todavía en el Vilar, hoy ya unido a Oporto. Recojamos un retrato fisonómico de la época, que responde a fotografías conocidas perfectamente: "Cabeza alta y ancha. Ojos castaños, grandes y vivos. Cejas poco densas. Nariz chata, boca ancha, labios gruesos. Barbilla redonda. Cara algo más que lo natural. Cabellos rubios y finos. De estatura, baja, pero alta para su edad (entonces: 13 años y seis meses). Facciones bastas, pero rostro simpático. Aire de gravedad y de inocencia. Viva, inteligente, pero modesta y sin pretensiones. Manos gruesas,  de trabajo, de tamaño regular.
   La jovencita entra en el Colegio de Oporto con catorce años y tres meses. Allí recibe una educación moral y religiosa excelente. La educación cultural es más deficiente, puesto que apenas pasa de la instrucción primaria. Y, desde luego, la preparación de labores femeninas es muy buena. Pero la pequeña Lucía, con su gran talento, memoria y su tesón y seriedad de conducta, habría de sacar de todo ello una formación que podríamos llamar suficientemente completa.
   Ya antes de entrar en el Colegio, había tenido algunos vagos deseos de consagrarse a Dios en la Vida Religiosa. Pero, en el Colegio, la intensa vida de piedad que se cultivaba, la hizo reflexionar. La primera idea fue para las carmelitas... pero el ejemplo y el agradecimiento hacia sus formadoras, la decidió a escoger el Instituto de Santa Dorotea. En ese tiempo (1921 - 1925), las Doroteas portuguesas tenían el noviciado en Tuy. Allí
se dirigió la ya joven Lucía (18 años), el día 24 de octubre de 1925; aunque, para cumplir algunos meses de postulantado, marchara inmediatamente a la Casa que las Doroteas tenían en Pontevedra, en la Travesía de Isabel II. Allí estuvo desde el día 25 de octubre de 1925 hasta el 20 de julio de 1926, en el que se llega al Noviciado de Tuy para completar su postulantado. Comienza su noviciado con la vestición del hábito, el día 2 de octubre de 1926. Allí pasa los dos años del novicado, para profesar el 3 de octubre de 1928. Continúa en la misma casa, aunque ya con las profesas, hasta su profesión perpetua, el día 3 de octubre de 1934. Pocos días después, marcha destinada a la casa 
de Pontevedra, en donde permanece, hasta que de nuevo, en mayo de 1937, vuelve a Tuy. De aquí no habría ya de salir, hasta que, a fines de mayo de 1946, se le ordena volver a Portugal. Después de estar unos días visitando y reconociendo los lugares de las Apariciones, en la Cova de Iria y en Aljustrel, es destinada a la casa de Sardao, en Vila Nova de Gaia, cerca de Oporto. 
   
  
Finalmente, renovando antiguos deseos de retiro y soledad, alcanza del Papa Pío XII, la gracia de la transferencia a las Carmelitas. Allí entra el 25 de marzo de 1948. Actualmente, allí continúa su vida de oración y penitencia.
FOTOGRAFÍA TOMADA EN LAS BODAS DE ORO DE SU PROFESIÓN COMO CARMELITA
  



  • (*) "Introducción a las Memorias de la Hermana Lucía", Dr Joaquín María Alonso, cmf. 


LA GRAN PROMESA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


LA GRAN PROMESA DE LA APARICIÓN INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA EN PONTEVEDRA




La Providencia Divina todavía no había terminado la obra encargada a los pastorcitos. La Virgen dijo a Lucía que “con el fin de prevenir la guerra, vendré para pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora en los primeros Sábados de mes”. Lo pidió a Lucía en 1925, 1926 y 1929. Estando en Pontevedra, el 10 de diciembre de 1925 se le apareció la Virgen a Lucía con el Niño Jesús a su lado, subida en una nube de luz. La Virgen puso su mano en el hombro de Lucía, mientras en la otra sostenía su Corazón rodeado de espinas. Al mismo tiempo, el Niño Jesús dijo: “Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre. Está cercado de las espinas que los hombres ingratos le clavan a cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para sacárselas.”
Después dijo Nuestra Señora a Lucía:
“Mira, hija mía, mi corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que durante cinco meses en el primer sábado se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación.”
El 15 de febrero de 1926, el Niño Jesús se apareció de nuevo a Lucía, preguntándole si había difundido la devoción a su Santísima Madre. Lucía le contó de las dificultades que partían de su confesor y de su superiora. El Señor respondió:
“Es verdad que tu Superiora sola no puede hacer nada; pero con mi gracia lo puede todo.”
Lucía le habló de la confesión para los primeros sábados y preguntó si valía hacerla en los ocho días. Jesús contestó: “Sí; todavía con más tiempo, con tal que me reciban en estado de gracia y tengan intención de desagraviar al Inmaculado Corazón de María.”
En junio de 1929 la Virgen pidió en una aparición la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, prometiendo que de este modo se prevenía la difusión de sus errores y se adelantaba su conversión. Pero sólo el 20 de diciembre de 1940 Lucía recibió permiso para escribir al Santo Padre Pío XII pidiéndole esta consagración.
Lucía describe esta aparición de la siguiente manera:
“De repente toda la Capilla (en las Doroteas de Tuy) se alumbró de una luz sobrenatural, y una Cruz de luz apareció sobre el altar, llegando hasta el techo. En la claridad de la parte superior se podía ver la cara de un hombre y su cuerpo hasta la cintura. En el pecho había una paloma de luz, y clavado en la Cruz había un cuerpo de otro hombre. Por encima de la cintura, suspendidos en el aire, podía ver un cáliz y una gran Hostia, en la cual caían gotas de sangre del rostro de Jesús crucificado y de la llaga de su costado. Estas gotas, escurriendo en la Hostia, caían en el cáliz. Debajo del brazo derecho de la Cruz estaba Nuestra Señora de Fátima, con su Corazón Inmaculado en su mano izquierda, sin espada ni rosas, pero con una corona de espinas y llamas. Debajo del brazo izquierdo de la Cruz, grandes letras, como si fuesen de agua cristalina, que corrían sobre el Altar formando estas palabras: “Gracia y misericordia”.
Entendí que era el misterio de la Santísima Trinidad que se me enseñó, y yo recibí luces acerca de este misterio, que no se me permite revelar.
La Virgen me dijo:
“Ha venido el momento en que Dios pide al Santo Padre que en unión con todos los Obispos del mundo haga la consagración de Rusia a mi Corazón, prometiendo salvarla por este medio.”
Pío XII cumplió en parte este deseo de la Virgen consagrando el mundo con mención especial de Rusia, el 31 de octubre de 1942, al Inmaculado Corazón de María y haciendo la consagración especial sólo de Rusia el 7 de julio de 1952, con estas palabras:
“Como hace algunos años consagramos todo el género humano al Corazón Inmaculado de la Virgen, Madre de Dios, así ahora, de un modo especialísimo, dedicamos y consagramos todos los pueblos de Rusia al mismo Inmaculado Corazón.”
Decimos “en parte” puesto que no fue en unión con todos los obispos del mundo.
Tampoco las consagraciones de Pablo VI (1965) y de Juan Pablo II (1982) fueron completas.
En cambio, la que hizo Juan Pablo II (1984) en Roma ante la imagen de Fátima fue, según Lucía, conforme a los deseos de la Virgen.
El 13 de mayo de 1981, festividad de la Virgen de Fátima, el papa sufrió un atentado en Roma. Desde entonces la imagen de la Virgen de Fátima tiene en su corona la bala que al Papa le fue extraída del vientre.
El 13 de junio de 1994 el Papa, reunido en Roma con los Cardenales de todo el mundo, dijo:
“A mí se me ha dado comprender, de modo especial el mensaje de la Virgen de Fátima; la primera vez el 13 de mayo de 1981 en el momento del atentado a la vida del Papa, y después de nuevo hacia el final de la década de los ochenta con ocasión del hundimiento del comunismo en los países del bloque soviético. Pienso que se trata de una experiencia bastante transparente para todos.”

Fuente: "El Mensaje de Fátima. Habla Lucía". Ediciones "Sol de Fátima"

HECHOS SOBRESALIENTES



HECHOS SOBRESALIENTES



Primavera, verano y otoño de 1916
Apariciones del Ángel.
Los días 13 de cada mes, desde mayo a octubre de 1917
Apariciones de Nuestras Señora en Cova de Iria.
En la segunda aparición se les comunica el primer secreto. 
En la tercera aparición, tiene lugar la visión del infierno y se les comunica el segundo secreto.
En la séptima aparición tiene lugar el milagro del Sol, y aparecen en el cielo el Niño Jesús y San José, vestidos de rojo, que vienen para traer la paz al mundo. 
04-04-1919
Muere Francisco Marto en Aljustrel.
28-04-1919
Se inicia la construcción de la Capilla de las Apariciones.
20-02-1920
Muere Jacinta Marto en el hospital de D. Estefania, en Lisboa
Mayo de 1921
Lucía va a vivir a un convento. 
13-10-1921
Se autoriza por primera vez la celebración de la misa junto a la Capilla de las Apariciones.
06-03-1922
Es destruida la Capilla. Se restaura un año más tarde
03-05-1922
El Obispo de Leiria ordena la apertura de un proceso sobre los acontecimientos de Fátima.
13-10-1922
Comienza la publicación de "La Voz de Fátima".
10-12-1925
Se le aparece a la hermana Lucía la Santísima Virgen con el Niño Jesús, en Pontevedra (España), pidiendo al mundo la devoción de los primeros sábados. 
26-06-1927
El Obispo de Leiria preside por primera vez una ceremonia oficial en Cova de Iria, tras bendecir las estaciones de la Vía Sagrada.
13-05-1928
Se coloca la primera piedra de la Basílica.
Año 1929
La Virgen vuelve a aparecerse a Lucía para pedirle la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón.
13-10-1930
El Obispo de Leiria declara dignas de crédito las Apariciones y autoriza oficialmente el culto de Nuestra Señora de Fátima mediante la resolución "la Divina Providencia".
13-05-1931
Peregrinación nacional y consagración de Portugal al Inmaculado Corazón de María, hecha por el Episcopado portugués.
12-09-1935
Traslado de los restos mortales de Jacinta desde el cementerio de Vila Nova de Ourém al de Fátima.
13-05-1942
Pío XII, hablando por radio en portugués, consagra el mundo al Inmaculado Corazón de María.
13-05-1946
Coronación de la imagen de Nuestra Señora de Fátima de la Capilla de las Apariciones por el cardenal Masella, legado pontificio.
01-05-1951
Traslado de los restos mortales de Jacinta desde el cementerio de Fátima a la Basílica del Santuario.
13-10-1951
Clausura de Año Santo en Fátima por el cardenal Tedeschini, legado pontificio.
13-03-1952
Traslado de los restos mortales de Francisco del cementerio de Fátima a la Basílica del Santuario.
07-07-1952
Consagración de los pueblos de Rusia al Inmaculado Corazón de María por el Papa Pío XII.
07-10-1953
Consagración de la iglesia del Santuario de Fátima.
12-11-1954
Pío XII concede el título de Basílica Menor a la iglesia del Santuario.
13-05-1956
El cardenal Roncalli, patriarca de Venecia, preside la peregrinación internacional.
01-01-1960
Comienza la Sagrada Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento en el Santuario de Fátima.



NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA



   13 de Mayo
NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA


FÁTIMA APARICIONES DE NUESTRA SEÑORA


     En 1917, Portugal estaba al borde del totalitarismo después de la revolución de 1910. Ésta había decretado la separación de la Iglesia y el estado, la propiedad de la Iglesia había sido confiscada, y se había ordenado la disolución de las congregaciones religiosas. Los intelectuales y los gobernantes eran antirreligiosos y decisivamente anticlericales. Sostenían que las creencias católicas tradicionales eran supersticiones y así lo indicaban en semanarios y diarios. Aún las áreas rurales normalmente inmunes a las novedades intelectuales de los centros cosmopolitas se vieron afectadas por el cierre de las iglesias y una cautelosa advertencia contra cualquier expresión externa de creencias religiosas. A pesar de esto, una sólida fe religiosa estaba arraigada en los sencillos campesinos del país. En esta atmósfera, tuvieron lugar una serie de apariciones de la Santísima Virgen a tres pequeños niños del villorrio rural de Fátima.
   Las apariciones de la Santísima Virgen comenzaron el 13 de mayo de 1917, pero habían sido precedidas por las de un Ángel. 
   En 1915, tres pequeños: Lucia dos Santos, de nueve años, y sus dos primos menores, Francisco y Jacinta Marto, estaban haciendo pastar a un rebaño de ovejas en las afueras de Fátima, cuando Lucía vio una nube translúcida que parecía tener una forma humana. Esta se movió a través del cielo y finalmente se posó sobre unos pinos.
   Un año después, en el verano de 1916, los niños llevaban su rebaño hacia  una pradera
llamada Couza Velha y  fueron sorprendidos por una súbita tormenta. Guareciéndose en el refugio de una cueva cercana, decidieron comer y esperar hasta que la lluvia cesara antes de reagrupar sus manadas. Después de completar un breve Rosario, la lluvia paró repentinamente y, luego se levantó un fuerte viento. Entonces vieron nuevamente la nube transluciente que Lucía había visto el año anterior. Esta vez la nube se movió hacia ellos y finalmente tomó la forma de un " Joven " de cerca de catorce años de edad, que les dijo: "No teman. Soy el ángel de la Paz. Recen conmigo". "Entonces se arrodilló e inclinándose hacia adelante hasta apoyar la frente en la tierra, y rezó : "Dios mío, creo en ti,  te adoro y te amo. Te pido perdón por todos aquellos que no creen, no te adoran y no te amanRepitió esta oración tres veces. Luego se levantó diciéndoles a los niños: "Recen de esta manera. Los corazones de Jesús y María están atentos a las voces de sus suplicas". Diciendo esto, desapareció. Los niños estaban rebosantes de gozo y en estado de éxtasis. 

LUNES DE LA SÉPTIMA SEMANA DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
¿Recibisteis el Espíritu Santo al aceptar la fe?

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 19, 1-8

Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó la meseta y llegó a Éfeso. Allí encontró unos discípulos y les preguntó:
—«¿Recibisteis el Espíritu Santo al aceptar la fe?»
Contestaron:
—«Ni siquiera hemos oído hablar de un Espíritu Santo.»
Pablo les volvió a preguntar:
—«Entonces, ¿qué bautismo habéis recibido?»
Respondieron:
—«El bautismo de Juan.»
Pablo les dijo:
—«El bautismo de Juan era signo de conversión, y él decía al pueblo que creyesen en el que iba a venir después, es decir, en Jesús.»
Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús; cuando Pablo les impuso las manos, bajó sobre ellos el Espíritu Santo, y se pusieron a hablar en lenguas y a profetizar. Eran en total unos doce hombres.
Pablo fue a la sinagoga y durante tres meses habló en público del reino de Dios, tratando de persuadirlos.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 67, 2-3. 4-5ac. 6-7ab (R/.: 33a)
R/. Reyes de la tierra, cantad a Dios.

Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos, huyen de su presencia los que lo odian; como el humo se disipa, se disipan ellos; como se derrite la cera ante el fuego, así perecen los impíos ante Dios. R/.

En cambio, los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebosando de alegría. Cantad a Dios, tocad en su honor, su nombre es el Señor. R/.

Padre de huérfanos, protector de viudas, Dios vive en su santa morada. Dios prepara casa a los desvalidos, libera a los cautivos y los enriquece. R/.


Aleluya Col 3, 1
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios.

EVANGELIO
Tened valor: yo he vencido al mundo

 +Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 29-33

En aquel tiempo, dijeron los discípulos a Jesús:
—«Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que saliste de Dios.»
Les contestó Jesús:
—«¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo.»
Palabra del Señor.