domingo, 16 de agosto de 2015

DOMINGO XX DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA
Comed de mi pan y bebed el vino que he mezclado

Lectura del libro de los Proverbios 9, 1-6

La Sabiduría se ha construido su casa plantando siete columnas, ha preparado el banqucte, mezclado el vino y puesto la mesa; ha despachado a sus criados para que lo anuncien en los puntos que dominan la ciudad: «Los inexpertos que vengan aquí, quiero hablar a los faltos de juicio: "Venid a comer de mi pan y a beber el vino que he mezclado; dejad la inexperiencia y viviréis, seguid el camino de la prudencia."»
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 10-1 1. 12-13. 14-15 (R/.: 9a)

R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Todos sus santos, temed al Señor, porque nada les falta a los que le temen; los ricos empobrecen y pasan hambre, los que buscan al Señor no carecen de nada. R/.
Venid, hijos, escuchadme: os instruiré en el temor del Señor; ¿hay alguien que ame la vida y desee días de prosperidad? R/.
Guarda tu lengua del mal, tus labios de la falsedad; apártate del mal, obra el bien, busca la paz y corre tras ella. R/.

SEGUNDA LECTURA
Daos cuenta de lo que el Señor quiere

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 5, 15-20

Hermanos:
Fijaos bien cómo andáis; no seáis insensatos, sino sensatos, aprovechando la ocasión, porque vienen dias malos.
Por eso, no estéis aturdidos, daos cuenta de lo que el Señor quiere.
No os emborrachéis con vino, que lleva al libertinaje, sino dejaos llenar del Espíritu.
Recitad, alternando, salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y tocad con toda el alma para el Señor.
Dad siempre gracias a Dios Padre por todo, en nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.

Aleluya Jn 6, 56
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él
—Dice el Señor—.

EVANGELIO
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida

 +Lectura del santo evangelio segun san Juan 6, 51-58

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
—«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
Disputaban los judíos entre sí:
—«¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo:
—«Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último dia.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.»
Palabra del Señor.

viernes, 14 de agosto de 2015

VIERNES DE LA DECIMONOVENA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Tomé a vuestro padre del otro lado del río; os saqué de Egipto; os di una tierra

Lectura del libro de Josué 24, 1-13

En aquellos días, Josué reunió todas las tribus de Israel en Siquén y llamó a los ancianos, a los jefes, a los jueces y a los magistrados para que se presentasen ante Dios.
Josué dijo a todo el pueblo: —Así dice el Señor Dios de Israel: «Al otro lado del río Eúfrates vivieron antaño vuestros padres: Téraj, padre de Abrahán y de Najor, sirviendo a otros dioses.
Tomé a Abrahán vuestro padre del otro lado del río, lo conduje por todo el país de Canaán y multipliqué su descendencia, dándole a Isaac.
A Isaac le di Jacob y Esaú.
A Esaú le di en propiedad la montaña de Seir, mientras que Jacob y sus hijos bajaron a Egipto.
Envié a Moisés y Aarón para castigar a Egipto con los portentos que hice, y después os saqué de allí.
Saqué de Egipto a vuestros padres, y llegasteis al mar.
Los egipcios persiguieron a vuestros padres con caballería y carros hasta el Mar Rojo; pero gritaron al Señor, y él puso una nube oscura entre vosotros y los egipcios; después desplomó sobre ellos el mar, anegándolos.
Vuestros ojos vieron lo que hice en Egipto.
Después vivisteis en el desierto muchos años.
Os llevé al país de los amorreos que vivían en Transjordania: os atacaron, y os los entregué.
Tomasteis posesión de sus tierras, y yo los exterminé ante vosotros.
Entonces Balac hijo de Sipor, rey de Moab, atacó a Israel; mandó llamar a Balaán hijo de Beor, para que os maldijera; pero yo no quise oír a Balaán, que no tuvo más remedio que bendeciros, y os libré de sus manos.
Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó.
Los jefes de Jericó, los amorreos, fereceos, cananeos, hititas, guirgaseos, heveos y jebuseos os atacaron, pero yo os los entregué; mandé pánico ante vosotros, y expulsasteis a los dos reyes amorreos, no con vuestra espada ni con vuestro arco.
Y os di una tierra por la que no habíais sudado, ciudades que no habíais construido y en las que ahora vivís, viñedos y olivares que no habíais plantado y de los que ahora coméis.
Palabra de Dios
 
Salmo responsorial Sal 135, 1. 3. 16. 18. 21. 22. 24
V/. Dad gracias al Señor, porque es bueno, .
R/. Porque es eterna su misericordia.
V/. Dad gracias al Dios de los dioses. R/.
V/. Dad gracias al Señor de los señores. R/.
V/. Guió por el desierto a su pueblo. R/.
V/. El hirió a reyes famosos. R/.
V/. Dio muerte a reyes poderosos. R/.
V/. Les dio su tierra en heredad. R/.
V/. En heredad a Israel, su siervo. R/.
V/. Y nos libró de nuestros opresores. R/.

EVANGELIO
Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero al principio no era así

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 19, 3-12

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a prueba: ¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo? El les respondió: ¿No habéis leído que el Creador en el principio los creó hombre y mujer, y dijo: «Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne» ? De modo que ya no son dos sino una sola carne.
Pues lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.
Ellos insistieron: ¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse? El le contestó: Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero al principio no era así.
Ahora os digo yo que si uno se divorcia de su mujer─no hablo de prostitución─y se casa con otra comete adulterio.
Los discípulos le replicaron: Si esa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse.
Pero él les dijo: No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don.
Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el Reino de los Cielos.
El que pueda con esto, que lo haga.
Palabra del Señor

jueves, 13 de agosto de 2015

JUEVES DE LA DECIMONOVENA SEMANA

PRIMERA LECTURA
El Arca de la Alianza del Señor va a pasar el Jordán delante de vosotros

Lectura del libro de Josué 3, 7-10a. 11. 13-17

En aquellos días, el Señor dijo a Josué: Hoy empezaré a engrandecerte ante todo Israel, para que vean que estoy contigo como estuve con Moisés.
Tú ordena a los sacerdotes portadores del Arca de la Alianza que cuando lleguen a la orilla, se detengan en el Jordán.
Josué dijo a los israelitas: Acercaos aquí a escuchar las palabras del Señor vuestro Dios.
Así conoceréis que un Dios vivo está en medio de vosotros, y que va a expulsar ante vosotros a los cananeos.
Mirad, el Arca de la Alianza del Dueño de toda la tierra va a pasar el Jordán delante de vosotros.
Y cuando los pies de los sacerdotes que llevan el Arca de la Alianza del Dueño de toda la tierra pise el Jordán, la corriente del Jordán se cortará: el agua que viene de arriba se detendrá formando un embalse.
Cuando la gente levantó el campamento para pasar el Jordán, los sacerdotes que llevaban el Arca de la Alianza caminaron delante de la gente.
Y al llegar al Jordán, en cuanto mojaron los pies en el agua el Jordán va hasta los bordes todo el tiempo de la siega, el agua que venía de arriba se detuvo (creció formando un embalse que llegaba muy lejos, hasta Adam, un pueblo cerca de Sartán) , y el agua que bajaba al mar del desierto, el Mar Muerto, se cortó del todo.
La gente pasó frente a Jericó.
Los sacerdotes que llevaban el Arca de la Alianza del Señor estaban quietos en el cauce seco, firmes en medio del Jordán, mientras Israel iba pasando por el cauce seco, hasta que acabaron de pasar todos.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 113 A, 1-2. 3-4. 5-6.

V/. Aleluya
R/. Aleluya
V/. Cuando Israel salió de Egipto, los hijos de Jacob, de un pueblo balbuciente, Judá fue su santuario, Israel fue su dominio. R/.
V/. El mar, al verlos, huyó, el Jordán se echó atrás; los montes saltaron como carneros, las colinas, como corderos. R/.
V/. ¿Qué te pasa, mar, que huyes, a ti, Jordán, que te echas atrás? ¿y a vosotros, montes, que saltáis como carneros, colinas, que saltáis como corderos? . R/.

EVANGELIO
No te digo que perdones hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 18, 21-19, 1

En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó: Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces? Jesús le contesta: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Y les propuso esta parábola: Se parece el Reino de los Cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados.
Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos.
Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así.
El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo.
El Señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda.
Pero al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios, y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo: Págame lo que me debes.
El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré.
Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido.
Entonces el señor lo llamó y le dijo: ¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste.
¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti? Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.
Cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y vino a la región de Judea, al otro lado del Jordán.
Palabra del Señor

miércoles, 12 de agosto de 2015

MIÉRCOLES DE LA DECIMONOVENA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Murió Moisés, como había dicho el Señor, y ya no surgió otro profeta como él

Lectura del libro del Deuteronomio 34, 1-12

En aquellos días, Moisés subió de la estepa de Moab al monte Nebo, a la cima del Fasga, que mira a Jericó; y el Señor le mostró toda la tierra: Galaad hasta Dan, el territorio de Neftalí, de Efraín y de Manasés, el de Judá hasta el mar occidental, el Negueb y la comarca del valle de Jericó (la ciudad de las palmeras) hasta Soar; y le dijo: Esta es la tierra que prometí a Abrahán, a Isaac y a Jacob, diciéndoles: «Se la daré a tu descendencia». Te la he hecho ver con tus propios ojos, pero no entrarás en ella.
Y allí murió Moisés, siervo del Señor, en Moab, como había dicho el Señor.
Lo enterraron en el valle de Moab, frente a Bet Fegor; y hasta el día de hoy nadie ha conocido el lugar de su tumba.
Moisés murió a la edad de ciento veinte años: no había perdido vista ni había decaído su vigor.
Los israelitas lloraron a Moisés en la estepa de Moab treinta días hasta que terminó el tiempo del duelo por Moisés.
Josué hijo de Nun estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés le había impuesto las manos, los israelitas le obedecieron e hicieron lo que el Señor había mandado a Moisés.
Pero ya no surgió en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor trataba cara a cara; ni semejante a él en los signos y prodigios que el Señor le envió a hacer en Egipto contra el Faraón, su corte y su país; ni en la mano poderosa, en los terribles portentos que obró Moisés en presencia de todo Israel.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 65, 1-3a. 5 y 8. 16-17

V/. Bendito sea Dios, que nos ha devuelto la vida.
R/. Bendito sea Dios, que nos ha devuelto la vida.
V/. Aclama al Señor, tierra entera, tocad en honor de su nombre, cantad himnos a su gloria; decid a Dios: «Qué temibles son tus obras». R/.
V/. Venid a ver las obras de Dios, sus temibles proezas en favor de los hombres.
Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, haced resonar sus alabanzas. R/.
V/. Fieles de Dios, venid a escuchar, os contaré lo que ha hecho conmigo: a él gritó mi boca, y lo ensalzó mi lengua. R/.

EVANGELIO
Si te hace caso, has salvado a tu hermano

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 18, 15-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos.
Si te hace caso, has salvado a tu hermano.
Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos.
Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano.
Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.
Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo.
Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Palabra del Señor

martes, 11 de agosto de 2015

MARTES DE LA DECIMONOVENA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Sé fuerte y valiente, Josué, porque tú has de introducir al pueblo en la tierra

Lectura del libro del Deuteronomio 31, 1-8

Moisés dijo estas palabras a los israelitas: He cumplido ya ciento veinte años, y me encuentro impedido; además el Señor me ha dicho: «No pasarás ese Jordán».
El Señor tu Dios pasará delante de ti.
El destruirá delante de ti esos pueblos, para que te apoderes de ellos.
Josué pasará delante de ti, como ha dicho el Señor.
Señor los tratará como a los reyes amorreos Sijón y Og, y como a sus tierras, que arrasó.
Cuando el Señor os los entregue, haréis con ellos lo que yo os he ordenado.
¡Sed fuertes y valientes, no temáis, no os acobardéis ante ellos ! , que el Señor tu Dios avanza a tu lado, te dejará ni te abandonará.
Después Moisés llamó a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Sé fuerte y valiente, porque tú has de introducir a este pueblo en la tierra que el Señor tu Dios prometió dar a tus padres; y tú les repartirás la heredad.
El Señor avanzará ante ti.
El estará contigo: no te dejará ni te abandonará.
No temas ni te acobardes.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Dt 32, 34a. 7. 8. 9 y 12
V/. La porción del Señor fue su pueblo.
R/. La porción del Señor fue su pueblo.
V/. Voy a proclamar el nombre del Señor: dad gloria a nuestro Dios. R/.
V/. Acuérdate de los días remotos, considera las edades pretéritas, pregunta a tu padre y te lo contará, a tus ancianos y te lo dirán. R/.
V/. Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad, y distribuía a los hijos de Adán, trazando las fronteras de las naciones, según el número de los hijos de Dios. R/.
V/. La porción del Señor fue su pueblo, Jacob fue el lote de su heredad.
El Señor solo los condujo, no hubo dioses extraños con él. R/

EVANGELIO
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeñitos

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 18, 1-5. 10. 12-14

En aquel tiempo, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: ¿Quién es el más importante en el Reino de los Cielos? El llamó a un niño, lo puso en medio, y dijo: Os digo que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos.
Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los Cielos.
El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí.
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial.
¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.
Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.
Palabra del Señor.

sábado, 8 de agosto de 2015

DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
Con la fuerza de aquel alimento, caminó hasta el monte de Dios

Lectura del primer libro de los Reyes 19, 4-8

En aquellos dias, Elias continuó por el desierto una jornada de camino, y, al final, se sentó bajo una retama y se deseó la muerte:
—«¡Basta, Señor! ¡Quítame la vida, que yo no valgo más que mis padres!»
Se echó bajo la retama y se durmió. De pronto un ángel lo tocó y le dijo:
—«¡Levántate, come!»
Miró Elias, y vio a su cabecera un pan cocido sobre piedras y un jarro de agua. Comió, bebió y se volvió a echar. Pero el ángel del Señor le volvió a tocar y le dijo:
—«¡Levántate, come!, que el camino es superior a tus fuerzas.»
Elías se levantó, comió y bebió, y, con la fuerza de aquel alimento, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte de Dios.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 (R/.: 9a)
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R/.
Contempladlo, y quedaréis radiarntes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R/.

SEGUNDA LECTURA
Vivid en El amor como Cristo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 30-5, 2

Hermanos:
No pongáis triste al Espíritu Santo de Dios con que él os ha marcado para el día de la liberación final.
Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda la maldad. Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo.
Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entrego por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor.
Palabra de Dios.

Aleluya Jn 6, 51
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo
—dice el Señor—;
el que coma de este pan vivirá para siempre.

EVANGELIO
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo

 +Lectura del santo evangelio segun san Juan 6, 41-51

En aquel tiempo, los judíos criticaban a Jesús porque había dicho: «Yo soy el pan bajado del cielo», y decían:
—«¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?»
Jesús tomó la palabra y les dijo:
—«No critiquéis. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado.
Y yo lo resucitaré el último día.
Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios."
Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí.
No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre.
Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA DECIMOCTAVA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón

Lectura del libro del Deuteronomio 6, 4-13

Habló Moisés al pueblo y dijo: —Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es solamente uno.
Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas.
Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado; las atarás a tu muñeca como un signo, serán en tu frente una señal; las escribirás en las jambas de tu casa y en tus portales.
Cuando el Señor tu Dios te introduzca en la tierra que juró a tus padres -a Abrahán, Isaac y Jacob- que te había de dar, con ciudades grandes y ricas que tú no has construido, casas rebosantes de riquezas que tú no has llenado, pozos ya excavados que tú no has excavado, viñas y olivares que tú no has plantado, comerás hasta hartarte.
Pero cuidado: No olvides al Señor que te sacó de Egipto, de la esclavitud.
Al Señor tu Dios temerás, a él sólo servirás, sólo en su nombre jurarás.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 17, 28-3a. 3bc-4. 47 y 51ab

V/. Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza.
R/. Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza.
V/. Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza, Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R/.
V/. Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos. R/.
V/. Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador; tú diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu Ungido. R/.

EVANGELIO
Si tuvierais fe, nada os sería imposible

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 17, 14-19

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un hombre, que le dijo de rodillas: Señor, ten compasión de mi hijo que tiene epilepsia y le dan ataques: muchas veces se cae en el fuego o en el agua.
Se lo he traído a tus discípulos, y no han sido capaces de curarlo.
Jesús contestó: ¡Gente sin fe y perversa! ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo.
Jesús increpó al demonio, y salió; en aquel momento se curó el niño.
Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron aparte: ¿Y por qué no pudimos echarlo nosotros? Les contestó: Por vuestra poca fe.
Os aseguro que, si fuera vuestra fe como un grano de mostaza, le diríais a aquella montaña que viniera aquí, y vendría.
Nada os sería imposible.
Palabra del Señor