miércoles, 26 de junio de 2024

MIÉRCOLES DE LA DECIMOSEGUNDA SEMANA


PRIMERA LECTURA
El rey leyó al pueblo el Libro de la Alianza encontrado en el templo y selló el Señor la Alianza

Lectura del segundo libro de los Reyes 22, 8-13; 23, 1-3

En aquellos días, el Sumo Sacerdote Helcías dijo al cronista Safán: He encontrado en el templo el Libro de la Ley.
Entregó el libro a Safán y éste lo leyó.
Luego fue a dar cuenta al rey Josías: Tus siervos han juntado el dinero que había en el templo y se lo han entregado a los encargados de las obras.
Y le comunicó la noticia: El sacerdote Helcías me ha dado un libro.
Safán lo leyó ante el rey; y cuando el rey oyó el contenido del Libro de la Ley se rasgó las vestiduras y ordenó al sacerdote Helcías, a Ajicán, hijo de Safán, a Akbor, hijo de Miqueas, al cronista Safán y a Asaías, funcionario real: Id a consultar al Señor por mí y por el pueblo y todo Judá a propósito de este libro que han encontrado; porque el Señor estará enfurecido contra nosotros, porque nuestros padres no obedecieron los mandatos de este libro, cumpliendo lo prescrito en él.
Ellos llevaron la respuesta al rey, y el rey dio órdenes para que se presentasen ante él todos los ancianos de Judá y de Jerusalén.
Luego subió al templo, acompañado de todos los judíos y los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, chicos y grandes.
El rey les leyó el Libro de la Alianza encontrado en el templo.
Después, en pie sobre el estrado, selló ante el Señor la Alianza, comprometiéndose a seguirle y cumplir sus preceptos, normas y mandatos, con todo el corazón y con toda el alma, cumpliendo las cláusulas de la Alianza escritas en aquel libro.
El pueblo entero suscribió la Alianza.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 118, 33. 34. 35. 36. 37. 40
V/. Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes.
R/. Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes.


V/. Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes, y lo seguiré puntualmente. R/.


V/. Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. R/.


V/. Guíame por la senda de tus mandatos, porque ella es mi gozo. R/.


V/. Inclina mi corazón a tus preceptos, y no al interés. R/.


V/. Aparta mis ojos de las vanidades, dame vida con tu palabra. R/.


V/. Mira cómo ansío tus decretos; dame vida con tu justicia. R/.




EVANGELIO
Por sus frutos los conoceréis

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 15-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis.
A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos.
Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos.
El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego.
Es decir, que por sus frutos los conoceréis.

Palabra del Señor. 

martes, 25 de junio de 2024

MARTES DE LA DECIMOSEGUNDA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Yo escudaré a esta ciudad para salvarla, por mi honor y el de David
Lectura del segundo libro de los Reyes 19, 9b-11. 14-21. 31-35a. 36
En aquellos días, Senaquerib, rey de Asiria, envió mensajeros a Ezequías, para decirle: Decid a Ezequías, rey de Judá: «Que no te engañe tu Dios en quien confías, pensando que Jerusalén no caerá en manos del rey de Asiria.
Tú mismo has oído cómo han tratado los reyes de Asiria a todos los países, exterminándolos, ¿y tú te vas a librar? » Ezequías tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó; después subió al templo, la desplegó ante el Señor y oró:
«Señor Dios de Israel, sentado sobre querubines: Tú solo eres el Dios de todos los reinos del mundo.
Tú hiciste el cielo y la tierra.
Inclina tu oído, Señor, y escucha; abre tus ojos, Señor, y mira.
Escucha el mensaje que ha enviado Senaquerib para ultrajar al Dios vivo.
Es verdad, Señor: los reyes de Asiria han asolado todos los países y su territorio, han quemado todos sus dioses, porque no son dioses, sino hechura de manos humanas, leño y piedra y los han destruido.
Ahora, Señor Dios nuestro, sálvanos de su mano, para que sepan todos los reinos del mundo que tú solo, Señor, eres Dios».
Isaías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías: Así dice el Señor Dios de Israel: «He oído lo que me pides acerca de Senaquerib, rey de Asiria.
Esta es la palabra que el Señor pronuncia contra él: «Te desprecia y te burla la doncella, ciudad de Sión; menea la cabeza a tu espalda la ciudad de Jerusalén.
Pues de Jerusalén saldrá un resto, del monte Sión los supervivientes.
¡El celo del Señor lo cumplirá! Por eso, así dice el Señor acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, no disparará contra ella su flecha, no se acercará con escudo ni levantará contra ella un talud; por el camino por donde vino se volverá, pero no entrará en esta ciudad oráculo del Señor.
Yo escudaré a esta ciudad para salvarla por mi honor y el de David, mi siervo.
Aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres.
Por la mañana, al despertar, los encontraron ya cadáveres.
Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, se volvió a Nínive y se quedó allí.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 47, 2-3a. 3b-4. 10-11
V/. Dios ha fundado su ciudad para siempre.
R/. Dios ha fundado su ciudad para siempre.

V/. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
Su Monte Santo, una altura hermosa, alegría de toda la tierra. R/.

V/. El monte Sión, vértice del cielo, ciudad del gran rey.
Entre sus palacios, Dios descuella como un alcázar. R/.

V/. Oh Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo: como tu renombre, oh Dios, tu alabanza llega al confín de la tierra; tu diestra está llena de justicia. R/.



EVANGELIO
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten
+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 6. 12-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la ley y los profetas.
Entrad por la puerta estrecha.
Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos.
Palabra del Señor

sábado, 22 de junio de 2024

DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
Aquí se romperá la arrogancia de tus olas

Lectura del libro de Job 38, 1. 8-11

El Señor habló a Job desde la tormenta: —«¿Quién cerró el mar con una puerta, cuando salía impetuoso del seno materno, cuando le puse nubes por mantillas y nieblas por pañales, cuando le impuse un límite con puertas y cerrojos, y le dije: "Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí se romperá la arrogancia de tus olas"?»
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 106, 23-24. 25-26. 28-29. 30-31 (R/.: 1)
R/. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
O bien:
Aleluya.

Entraron en naves por el mar, comerciando por las aguas inmensas. Contemplaron las obras de Dios, sus maravillas en el océano. R/.
Él habló y levantó un viento tormentoso, que alzaba las olas a lo alto; subían al cielo, bajaban al abismo, el estómago revuelto por el mareo. R/.
Pero gritaron al Señor en su angustia, y los arrancó de la tribulación. Apaciguó la tormenta en suave brisa, y enmudecieron las olas del mar. R/.
Se alegraron de aquella bonanza, y él los condujo al ansiado puerto. Den gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace con los hombres. R/.

SEGUNDA LECTURA
Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 14-17

Hermanos:
Nos apremia el amor de Cristo, al considerar que, si uno murió por todos, todos murieron.
Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos.
Por tanto, no valoramos a nadie según la carne.
Si alguna vez juzgamos a Cristo según la carne, ahora ya no.
El que es de Cristo es una criatura nueva.
Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.
Palabra de Dios.

Aleluya Lc 7, 16
Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.

EVANGELIO
¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!

 +Lectura del santo evangelio según san Marcos 4, 35-40

Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Vamos a la otra orilla.»
Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. Lo despertaron, diciéndole:
—«Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?»
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago:
—«¡Silencio, cállate!»
El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo:
—«¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aun no tenéis fe?»
Se quedaron espantados y se decían unos a otros:
—«¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!»
Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA UNDÉCIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Zacarías, a quien matásteis entre el templo y el altar
Lectura del segundo libro de las Crónicas 24, 17-25
Cuando murió Yehoyadá, los jefes de Judá fueron a postrarse ante el rey y éste siguió sus consejos.
Se olvidaron del templo del Señor, Dios de sus padres, y dieron culto a las estelas y a los ídolos.
Este pecado provocó la ira de Dios sobre Judá y Jerusalén.
Les envió profetas para que se convirtiesen, pero no hicieron caso a sus amonestaciones.
Entonces el Espíritu de Dios revistió a Zacarías, hijo del sacerdote Yehoyadá, que se presentó ante el pueblo y le dijo: Esto dice el Señor: ¿Por qué no cumplís los preceptos del Señor? Vais al fracaso.
Habéis abandonado al Señor y él os abandonará a su vez.
Pero ellos conspiraron contra él y lo apedrearon en el atrio del templo por orden del rey.
El rey Joás, sin tener en cuenta el bien que le había hecho Yehoyadá, mató a su hijo Zacarías, que murió diciendo: ¡Que el Señor te lo tome en cuenta! Al cabo de un año, un ejército de Siria se dirigió contra Joás, penetró en Judá, hasta Jerusalén; mataron a todos los jefes del pueblo y enviaron todo el botín al rey de Damasco.
El ejército de Siria no era muy numeroso, pero el Señor le entregó un ejército enorme, porque el pueblo había abandonado al Señor, Dios de sus padres.
Así se vengaron de Joás.
Al retirarse los sirios, dejándolo gravemente herido, sus cortesanos conspiraron contra él para vengar al hijo del sacerdote Yehoyadá. Lo asesinaron en la cama y murió.
Lo enterraron en la Ciudad de David, pero no le dieron sepultura en las tumbas de los reyes.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 88, 4-5. 29-30. 31-32. 33-34
V/. Le mantendré eternamente mi favor.
R/. Le mantendré eternamente mi favor.

V/. Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David mi siervo: Te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades. R/.

V/. Le mantendré eternamente mi favor y mi alianza con él será estable; le daré una posteridad perpetua y un trono duradero como el cielo. R/.

V/. Si sus hijos abandonan mi ley y no siguen mis mandamientos, si profanan mis preceptos y no guardan mis mandatos. R/.

V/. Castigaré con la vara sus pecados y a latigazos sus culpas; Pero no les retiraré mi favor ni desmentiré mi fidelidad. R/.


EVANGELIO
No os agobiéis por el mañana

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 6, 24-34

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Nadie puede estar al servicio de dos amos.
Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo.
No podéis servir a Dios y al dinero.
Por eso os digo: no estéis agobiados por la vida pensando qué vais a comer, ni por el cuerpo pensando con qué os vais a vestir.
¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta.
¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan.
Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos.
Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir.
Los paganos se afanan por esas cosas.
Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso.
Sobre todo buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura.
Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio.
A cada día le bastan sus disgustos.

Palabra del Señor. 

viernes, 21 de junio de 2024

VIERNES DE LA UNDÉCIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Ungió a Joás y todos aclamaron: ¡Viva el rey!

Lectura del segundo libro de los Reyes 11, 1-4. 9-18. 20

En aquellos días, cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo había muerto, empezó a exterminar a toda la familia real.
Pero cuando los hijos del rey estaban siendo asesinados, Joseba, hija del rey Jorán y hermana de Ocozías, raptó a Joás, hijo de Ocozías, y lo escondió con su nodriza en el dormitorio; así se lo ocultó a Atalía y lo libró de la muerte.
El niño estuvo escondido con ella en el templo durante seis años, mientras en el país reinaba Atalía.
Al año séptimo, Yehoyadá mandó a buscar a los oficiales de los Carios y de la escolta; los llamó a su presencia, en el templo, se juramentó con ellos y les presentó al hijo del rey.
Los centuriones hicieron lo que les mandó el sacerdote Yehoyadá; cada uno reunió a sus hombres, los que estaban de servicio el sábado y los que quedaban libres, y se presentaron al sacerdote Yehoyadá.
El sacerdote entregó a los oficiales las lanzas y los escudos del rey David, que se guardaban en el templo.
Los de la escolta se colocaron, empuñando las armas, desde el ángulo sur hasta el ángulo norte del templo, entre el altar y el templo, para proteger al rey.
Entonces Yehoyadá sacó al hijo del rey, le colocó la diadema y las insignias, lo ungió rey, y todos aplaudieron, aclamando: ¡Viva el rey! Atalía oyó el clamor de la tropa y se fue hacia la gente, al templo.
Pero cuando vio al rey en pie sobre el estrado, como es costumbre, y a los oficiales y la banda cerca del rey, toda la población en fiesta, y las trompetas tocando, se rasgó las vestiduras y gritó: ¡Traición, traición! El sacerdote Yehoyadá ordenó a los oficiales que mandaban las fuerzas: Sacadla del atrio.
Al que la siga, lo matáis (pues no quería que la matasen en el templo).
La fueron empujando con las manos y, cuando llegaba al palacio por la Puerta de las Caballerizas, allí la mataron.
Yehoyadá selló el pacto entre el Señor, el rey y el pueblo, para que fuera el pueblo del Señor.
Toda la población se dirigió luego al templo de Baal; lo destruyeron, derribaron sus altares, trituraron las imágenes, y a Matán, sacerdote de Baal, lo degollaron ante el altar.
El sacerdote Yehoyadá puso guardias en el templo.
Toda la población hizo fiesta y la ciudad quedó tranqui1a.
A Atalía la habían matado en el palacio.

Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 131, 11. 12. 13-14. 17-18
V/. El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella.
R/. El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella.


V/. El Señor ha jurado a David una promesa que no retractará: A uno de tu linaje pondré sobre tu trono. R/.


V/. Si tus hijos guardan mi alianza y los mandatos que les enseño, también sus hijos, por siempre, se sentarán sobre tu trono. R/.


V/. Porque el Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella: Esta es mi mansión por siempre; aquí viviré, porque la deseo. R/.


V/. Haré germinar el vigor de David, enciendo una lámpara para mi Ungido.
A sus enemigos los vestiré de ignominia, sobre él brillará mi diadema. R/.



EVANGELIO
Donde está tu tesoro, allí está tu corazón

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 6, 19-23

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No amontonéis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban.
Amontonad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los roen, ni ladrones que abran boquetes y roben.
Porque donde está tu tesoro, allí está tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo.
Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras.
Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!

Palabra del Señor. 

jueves, 20 de junio de 2024

JUEVES DE LA UNDÉCIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Elías fue arrebatado en el torbellino y Eliseo recibió dos tercios de su espíritu
Lectura del libro del Eclesiástico 48, 1-15
Surgió Elías, un profeta como un fuego, cuyas palabras eran horno encendido; les quitó el sustento del pan, con su celo los diezmó; con oráculo divino sujetó el cielo e hizo bajar tres veces fuego.
¡Qué terrible eras, Elías ! , ¿quién se te compara en gloria? Tú resucitaste un muerto, sacándolo del Abismo por voluntad del Señor; hiciste bajar reyes a la tumba y nobles desde sus lechos; ungiste reyes vengadores y nombraste un profeta como sucesor.
Escuchaste en Sinaí amenazas y sentencias vengadoras en Horeb.
Un torbellino te arrebató a la altura, tropeles de fuego hacia el cielo.
Está escrito que te reservan para el momento de aplacar la ira antes de que estalle, para reconciliar a padres con hijos, para restablecer las tribus de Israel. Dichoso quien te vea antes de morir y más dichoso tú que vives.
Elías fue arrebatado en el torbellino y Eliseo recibió dos tercios de su espíritu.
En vida hizo múltiples milagros y prodigios con sólo decirlo; en vida no temió a ninguno, nadie pudo sujetar su espíritu; no hubo milagro que lo excediera: bajo él revivió la carne; en vida hizo maravillas y en muerte, obras asombrosas.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 96, 1-2. 3-4. 5-6. 7
V/. Alegraos, justos, con el Señor.
R/. Alegraos, justos, con el Señor.

V/. El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y Nube lo rodean, Justicia y Derecho sostienen su trono. R/.

V/. Delante de él avanza fuego, abrasando en torno a los enemigos; sus relámpagos deslumbran el orbe, y, viéndolos, la tierra se estremece. R/.

V/. Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra.
Los cielos pregonan su justicia y todos los pueblos contemplan su gloria. R/.

V/. Los que adoran estatuas se sonrojan, y los que ponen su orgullo en los ídolos.
Ante él se postran todos los dioses. R/.


EVANGELIO
Vosotros rezad así

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 6, 7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuando recéis no uséis muchas palabras como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso.
No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis.
Vosotros rezad así: Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno.
Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros.
Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.

Palabra del Señor.


miércoles, 19 de junio de 2024

MIÉRCOLES DE LA UNDÉCIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Los separó un carro de fuego, y Elías subió al cielo
Lectura del segundo libro de los Reyes 2, 1. 6-14
Cuando el Señor iba a arrebatar a Elías al cielo en el torbellino, Elías y Eliseo se marcharon de Guilgal.
Llegaron a Jericó, y Elías dijo a Eliseo: Quédate aquí, porque el Señor sólo me envía hasta el Jordán.
Eliseo respondió: ¡Vive Dios ! Por tu vida, no te dejaré. Y los dos siguieron caminando.
También marcharon cincuenta hombres de la comunidad de profetas y se pararon frente a ellos, a cierta distancia. Los dos se detuvieron frente al Jordán; Elías cogió su manto, lo enrolló, golpeó el agua, el agua se dividió por medio, y así pasaron ambos a pie enjuto.
Mientras pasaban el río, dijo Elías a Eliseo: Pídeme lo que quieras antes de que me aparte de tu lado.
Eliseo pidió: Déjame en herencia dos tercios de tu espíritu.
Elías comentó: ¡No pides nada! Si logras verme cuando me aparten de tu lado, lo tendrás; pero si no me ves, no lo tendrás.
Mientras ellos seguían conversando por el camino, los separó un carro de fuego con caballos de fuego, y Elías subió al cielo en el torbellino. Eliseo lo miraba y gritaba: ¡Padre mío, padre mío, carro y auriga de Israel! Y ya no lo vio más.
Entonces agarró su túnica y la rasgó en dos; luego recogió el manto que se le había caído a Elías, se volvió y se detuvo a la orilla del Jordán; y, agarrando el manto de Elías, golpeó el agua, diciendo: ¿Dónde está el Dios de Elías, dónde? Golpeó el agua, el agua se dividió por medio y Eliseo cruzó.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 30, 20. 21. 24.
V/. Sed fuertes y valientes de corazón, los que esperáis en el Señor.
R/. Sed fuertes y valientes de corazón, los que esperáis en el Señor.

V/. Qué bondad tan grande, Señor, reservas para tus fieles y concedes a los que a ti se acogen a la vista de todos. R/.

V/. En el asilo de tu presencia los escondes de las conjuras humanas; los ocultas en tu tabernáculo, frente a las lenguas pendencieras. R/.

V/. Amad al Señor, fieles suyos: el Señor guarda a sus leales y paga con creces a los soberbios. R/.


EVANGELIO
Tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 6, 1-6. 16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente.
Os aseguro que ya han recibido su paga.
Cuando tú vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.
Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los farsantes que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan.
Os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.

Palabra del Señor.