lunes, 1 de octubre de 2018

LUNES DE LA VIGÉSIMA SEXTA SEMANA

PRIMERA LECTURA
El Señor me lo dio, el Señor me lo quito; bendito sea el nombre del Señor

Lectura del libro de Job 1, 6-22

Un día fueron los ángeles y se presentaron al Señor; entre ellos llegó también Satanás.
El Señor le preguntó: ¿De dónde vienes? El respondió: De dar vueltas por la tierra.
El Señor le dijo: ¿Te has fijado en mi siervo Job? En la tierra no hay otro como él: es un hombre justo y honrado, que teme a Dios y se aparta del mal.
Satanás le respondió: ¿Y crees que teme a Dios de balde? ¡Si tú mismo lo has cercado y protegido, a él, a su hogar y todo lo suyo! Has bendecido sus trabajos, y sus rebaños se ensanchan por el país.
Pero extiende la mano, daña sus posesiones, y te apuesto a que te maldecirá en tu cara.
El Señor le dijo: Haz lo que quieras con sus cosas, pero a él no lo toques.
Y Satanás se marchó.
Un día que sus hijos e hijas comían y bebían en casa del hermano mayor, llegó un mensajero a casa de Job y le dijo: Estaban los bueyes arando y las burras
pastando a su lado, cuando cayeron sobre ellos unos sabeos, apuñalaron a los mozos y se llevaron el ganado.
Sólo yo pude escapar para contártelo.
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: Ha caído un rayo del cielo que ha quemado y consumido tus ovejas y pastores.
Sólo yo pude escapar para contártelo.
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: Una banda de caldeos, dividiéndose en tres grupos, se echó sobre los camellos y se los llevó, y apuñaló a los mozos.
Sólo yo pude escapar para contártelo.
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: Estaban tus hijos y tus hijas comiendo y bebiendo en casa del hermano mayor, cuando un huracán cruzó el desierto y embistió por los cuatro costados la casa, que se derrumbó y los mató.
Sólo yo pude escapar para contártelo.
Entonces Job se levantó, se rasgó el manto, se rapó la cabeza, se echó por tierra y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré a él.
El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó; bendito sea el nombre del Señor.
A pesar de todo, Job no protestó contra Dios.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 16, 1. 2-3. 6-7.
V/. Inclina el oído y escucha mis palabras.
R/. Inclina el oído y escucha mis palabras.

V/. Señor, escucha mi apelación, atiende a mis clamores; presta oído a mi súplica, que en mis labios no hay engaño. R/.

V/. Emane de ti la sentencia, miren tus ojos la rectitud.
Aunque sondees mi corazón, visitándolo de noche; aunque me pruebes al fuego, no encontrarás malicia en mí. R/.

V/. Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío, inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu misericordia, tú que salvas de los adversarios a quien se refugia a tu derecha. R/.

 

EVANGELIO
El más pequeño de vosotros es el más importante

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 9, 46-50

En aquel tiempo los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante. Jesús adivinando lo que pensaban, cogió de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo:
El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí, acoge al que me ha enviado.
El más pequeño de vosotros es el más importante.
Juan tomó la palabra y dijo:
Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir.
Jesús le respondió: No se lo impidáis: el que no está contra vosotros, está a favor vuestro.

Palabra del Señor.

viernes, 28 de septiembre de 2018

VIERNES DE LA VIGÉSIMA QUINTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Todas las tareas bajo el cielo tienen su momento

Lectura del libro del Eclesiastés 3, 1-11

Todo tiene su tiempo y su momento, todas las tareas bajo el cielo: Tiempo de nacer, tiempo de morir, tiempo de plantar, tiempo de arrancar, tiempo de matar, tiempo de sanar, tiempo de derruir, tiempo de construir, tiempo de llorar, tiempo de reír,
tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar, tiempo de arrojar piedras, tiempo de recoger piedras, tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse, tiempo de buscar, tiempo de perder, tiempo de guardar, tiempo de arrojar, tiempo de rasgar, tiempo de coser, tiempo de callar, tiempo de hablar, tiempo de amar, tiempo de odiar, tiempo de guerra, tiempo de paz.
¿Qué saca el obrero de sus fatigas? Comprobé las ocupaciones que encomendó Dios a los hombres, para afligirlos: Todo lo hizo hermoso y a su tiempo, les dio el mundo para que pensaran, y el hombre no abarca las obras que hizo Dios, del principio hasta el fin.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 143. 1a y 2abc. 3-4
V/. Bendito el Señor, mi Roca.
R/. Bendito el Señor, mi Roca.

V/. Bendito el Señor, mi Roca, mi bienhechor, mi alcázar, baluarte donde me ponga a salvo, mi escudo y mi refugio. R/.

V/. Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él? , ¿qué los hijos de Adán para que pienses en ellos? El hombre es igual que un soplo, sus días, una sombra que pasa. R/.


EVANGELIO
Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho

+Lectura del santo Evangelio Según San Lucas 9, 18-22

Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: ¿Quién dice la gente que soy yo? Ellos contestaron: Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
El les preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Pedro tomó la palabra y dijo: El Mesías de Dios.
El les prohibió terminantemente decírselo a nadie.
Y añadió: El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar al tercer día.

Palabra del Señor. 

sábado, 22 de septiembre de 2018

SÁBADO DE LA VIGÉSIMA CUARTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Se siembra lo corruptible, resucita incorruptible

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 15, 35-37. 42-49

Hermanos: Alguno preguntará: ¿Y cómo resucitan los muertos? ¿Qué clase de cuerpo traerán? Tonto, lo que tú siembras no recibe vida si antes no muere.
Y al sembrar, no siembras lo mismo que va a brotar después, sino un simple grano, de trigo, por ejemplo, o de otra planta.
Igual pasa en la resurrección de los muertos: se siembra lo corruptible, resucita incorruptible; se siembra lo miserable, resucita glorioso; se siembra lo débil, resucita fuerte; se siembra un cuerpo animal, resucita cuerpo espiritual.
Si hay cuerpo animal, lo hay también espiritual.
En efecto, así es como dice la Escritura: «El primer hombre, Adán, se convirtió en ser vivo».
El último Adán, en espíritu que da vida.
El espíritu no fue lo primero: primero vino la vida y después el espíritu.
El primer hombre, hecho de tierra, era terreno; el segundo hombre es del cielo.
Pues igual que el terreno son los hombres terrenos; igual que el celestial son los hombres celestiales.
Nosotros, que somos imagen del hombre terreno, seremos también imagen del hombre celestial.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 55, 10. 11-12. 13. 14
V/. Caminaré en presencia de Dios a la luz de la vida.
R/. Caminaré en presencia de Dios a la luz de la vida.


V/. Que retrocedan mis enemigos cuando te invoco, y así sabré que eres mi Dios. R/.


V/. En Dios, cuya promesa alabo, en el Señor, cuya promesa alabo, en Dios confío y no temo: ¿qué podrá hacerme un hombre? . R/.


V/. Te debo, Dios mío, los votos que hice, los cumpliré con acción de gracias: porque libraste mi alma de la muerte, mis pies, de la caída; para que camine en presencia de Dios a la luz de la vida. R/.



EVANGELIO
Los de la tierra buena son los que escuchan la palabra, la guardan y dan fruto perseverando

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 8, 4-15

En aquel tiempo, se le juntaba a Jesús mucha gente y, al pasar por los pueblos, otros se iban añadiendo.
Entonces les dijo esta parábola: Salió el sembrador a sembrar su semilla.
Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, y, al crecer, se secó por falta de humedad.
Otro poco cayó entre zarzas, y las zarzas, creciendo al mismo tiempo, lo ahogaron.
El resto cayó en tierra buena, y, al crecer, dio fruto al ciento por uno.
Dicho esto, exclamó: El que tenga oídos para oír, que oiga.
Entonces le preguntaron los discípulos: ¿Qué significa esa parábola? El les respondió: A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del Reino de Dios; a los demás, sólo en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan.
El sentido de la parábola es éste: La semilla es la Palabra de Dios.
Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la Palabra de sus corazones, para que no crean y se salven.
Los del terreno pedregoso son los que, al escucharla, reciben la Palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan.
Lo que cayó entre zarzas son los que escuchan, pero con los afanes y riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no maduran.
Lo de la tierra buena son los que con un corazón noble y generoso escuchan la Palabra, la guardan y dan fruto perseverando.

Palabra del Señor. 

jueves, 20 de septiembre de 2018

JUEVES DE LA VIGÉSIMA CUARTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 15, 1-11

Hermanos: Os recuerdo el Evangelio que os proclamé y que vosotros aceptasteis, y en el que estáis fundados, y que os está salvando, si es que conserváis el Evangelio que os proclamé; de lo contrario, se ha malogrado vuestra adhesión a la fe.
Porque lo primero que yo os transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los Apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí.
Porque yo soy el menor de los Apóstoles y no soy digno de llamarme apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios.
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy y su gracia no se ha frustrado en mí.
Antes bien, he trabajado más que todos ellos.
Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo.
Pues bien; tanto ellos como yo esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 1 17, 1-2. 16ab-17, 28
V/. Dad gracias al Señor porque es bueno.
R/. Dad gracias al Señor porque es bueno.


V/. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. R/.


V/. La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. R/.


V/. Tú eres mi Dios, te doy gracias, Dios mío, yo te ensalzo. R/.



EVANGELIO
Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 7, 36-50

En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él.
Jesús, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa.
Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume, y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume.
Al ver esto, el fariseo que lo había invitado, se dijo: Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora.
Jesús tomó la palabra y le dijo: Simón, tengo algo que decirte.
El respondió: Dímelo, maestro.
Jesús le dijo: Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta.
Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos.
¿Cuál de los dos lo amará más? Simón contestó: Supongo que aquel a quien le perdonó más.
Jesús le dijo: Has juzgado rectamente.
Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella en cambio me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo.
Tú no me besaste; ella en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies.
Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella en cambio me ha ungido los pies con perfume.
Por eso te digo, sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor: pero al que poco se le perdona, poco ama.
Y a ella le dijo: Tus pecados están perdonados.
Los demás convidados empezaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que hasta perdona pecados? Pero Jesús dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, vete en paz.

Palabra del Señor. 

miércoles, 19 de septiembre de 2018

MIÉRCOLES DE LA VIGÉSIMA CUARTA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Quedan la fe, la esperanza, el amor; pero la más grande es el amor

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12, 31─13, 13

Hermanos: Ambicionad los carismas mejores.
Y aún os voy a mostrar un camino mejor.
Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden.
Ya podría tener el don de predicción y conocer todos los secretos y todo el saber; podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada.
Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia; el amor no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.
Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites.
El amor no pasa nunca; ¿El don de predicar? se acabará.
¿El don de lenguas? enmudecerá.
¿El saber? se acabará.
Porque inmaduro es nuestro saber e inmaduro nuestro predicar; pero cuando venga la madurez, lo inmaduro se acabará.
Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño.
Cuando me hice un hombre, acabé con las cosas de niño.
Ahora vemos como en un espejo de adivinar; entonces veremos cara a cara.
Mi conocer es por ahora inmaduro, entonces podré conocer como Dios me conoce.
En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres.
La más grande es el amor.

Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 32, 2-3. 4-5. 12 y 22.
V/. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
R/. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.


V/. Dad gracias al Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas; cantadle un cántico nuevo, acompañando los vítores con bordones. R/.


V/. La palabra del Señor es sincera y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R/.


V/. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como heredad.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. R/.




EVANGELIO
Tocamos y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 7, 31-35

En aquel tiempo, dijo el Señor: ¿A quién se parecen los hombres de esta generación ? ¿A quién los compararemos? Se parecen a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros: «Tocamos la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis» Vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y dijisteis que tenía un demonio; viene el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: «Mirad qué comilón y qué borracho, amigo de recaudadores y pecadores». Sin embargo, los discípulos de la Sabiduría le han dado la razón.

Palabra del Señor. 

sábado, 15 de septiembre de 2018

15 Septiembre. NUESTRA SEÑORA, LA VIRGEN DE LOS DOLORES. Memoria obligatoria


 PRIMERA LECTURA
Aunque somos muchos, formemos un solo cuerpo, porque comemos todos el mismo pan

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 10, 14-22a.

Amigos míos: No tengáis que ver con la idolatría.
Os hablo como a gente sensata, formaos vuestro juicio sobre lo que digo.
El cáliz de nuestra Acción de Gracias, ¿no nos une a todos en la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no nos une a todos en el cuerpo de Cristo ? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan.
Considerad al pueblo de Israel: los que comen de las víctimas se unen al altar.
¿Qué quiero decir? ¿Que las víctimas son algo o que los ídolos son algo? No, sino que los paganos ofrecen sus sacrificios a los demonios, no a Dios, y no quiero que os unáis a los demonios.
No podéis beber de las dos copas, de la del Señor y de la de los demonios.
No podéis participar de las dos mesas, de la del Señor y de la de los demonios.
¿Vamos a provocar al Señor? ¿Es que somos más fuertes que él?

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 115, 12-13. 17-18.
V/. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
R/. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.


V/. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho ? Alzaré el cáliz de la salvación, invocando su nombre. R/.


V/. Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. R/.

 



SECUENCIA
La Madre piadosa estaba
junto a la cruz y lloraba
mientras el Hijo pendía;
cuya alma, triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.


¡Oh cuán triste y cuán aflicta
se vio la Madre bendita,
de tantos tormentos llena!
Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.


Y ¿cuál hombre no llorara,
si a la Madre contemplara
de Cristo, en tanto dolor?
¿Y quién no se entristeciera,
Madre piadosa, si os viera
sujeta a tanto rigor?


Por los pecados del mundo,
vio a Jesús en tan profundo
tormento la dulce Madre.
Vio morir al Hijo amado,
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.


¡Oh dulce fuente de amor!,
hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.
Y que, por mi Cristo amado,
mi corazón abrasado
más viva en él que conmigo.


Y, porque a amarle me anime,
en mi corazón imprime
las llagas que tuvo en sí.
Y de tu Hijo, Señora,
divide conmigo ahora
las que padeció por mí.


Hazme contigo llorar
y de veras lastimar
de sus penas mientras vivo;
porque acompañar deseo
en la cruz, donde le veo,
tu corazón compasivo.


¡Virgen de vírgenes santas!,
llore ya con ansias tantas,
que el llanto dulce me sea;
porque su pasión y muerte
tenga en mi alma, de suerte
que siempre sus penas vea.


Haz que su cruz me enamore
y que en ella viva y more
de mi fe y amor indicio;
porque me inflame y encienda,
y contigo me defienda
en el día del juicio.


Haz que me ampare la muerte
de Cristo, cuando en tan fuerte
trance vida y alma estén;
porque, cuando quede en calma
el cuerpo, vaya mi alma
a su eterna gloria. Amén.

Aleluya
Feliz la Virgen María,
que, sin morir, 

mereció la palma del martirio
junto a la cruz del Señor.

EVANGELIO
Triste contemplaba y dolorosa miraba del Hijo amado la pena (Stabat Mater)

 +Lectura del santo evangelio según san Juan 19, 25-27
 
En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:
-«Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
Luego, dijo al discípulo:
-«Ahí tienes a tu madre.»
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
Palabra del Señor.

O bien:
A ti, una espada te traspasará el alma
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 33-35

 En aquel tiempo, el padre y la madre de Jesús estaban admirados por lo que se decía del niño.
Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: 
-«Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»
Palabra del Señor.

jueves, 13 de septiembre de 2018

JUEVES DE LA VIGÉSIMA TERCERA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Al pecar contra los hermanos, turbando su conciencia insegura, pecáis contra Cristo

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 8,1b-7. 11-13

Hermanos: El conocimiento engríe, lo constructivo es el amor mutuo.
Figurarse que uno tiene conocimiento, es no haber empezado a conocer como es debido.
A uno que ama es a quien Dios reconoce.
Vengamos a eso de comer de lo sacrificado: Sabemos que en el mundo real un ídolo no es nada y que Dios no hay más que uno; pues aunque hay los llamados dioses en el cielo y en la tierra y son numerosos los dioses y numerosos los señores, para nosotros no hay más que un Dios, el Padre, de quien procede el universo y a quien estamos destinados nosotros, y un solo Señor, Jesucristo, por quien existe el universo y por quien nosotros vamos al Padre.
Sin embargo, no todos tienen ese conocimiento: algunos, acostumbrados a la idolatría hasta hace poco, comen pensando que la carne está consagrada al ídolo, y como su conciencia está insegura, se mancha.
Así tu conocimiento llevará al desastre al inseguro, a un hermano por quien Cristo murió.
Al pecar de esa manera contra los hermanos, turbando su conciencia insegura, pecáis contra Cristo.
Por eso, si por cuestión de alimento peligra un hermano mío, nunca volveré a comer carne, para no ponerlo en peligro.


Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 138, 1-3. 13-14ab. 23-24
V/. Guíame, Señor, por el camino eterno.
R/. Guíame, Señor, por el camino eterno.


V/. Señor, tú me sondeas y me conoces: me conoces cuando me siento y me levanto, de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. R/.


V/. Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias porque me has escogido portentosamente, porque son admirables tus obras. R/.


V/. Señor, sondéame y conoce mi corazón, ponme a prueba y conoce mis sentimientos; mira si mi camino se desvía, guíame por el camino eterno. R/.



EVANGELIO
Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 6, 27-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: A los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian.
Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica.
A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten.
Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman.
Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis ? También los pecadores lo hacen.
Y si prestáis sólo cuando esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores con intención de cobrárselo.
¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada: tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desagradecidos.
Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados; dad y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante.
La medida que uséis la usarán con vosotros.

Palabra del Señor.