PRIMERA LECTURA
Cielos, destilad el rocío
Lectura del libro de Isaías 45, 6b-8. 18. 21b-26
«Yo soy el,
Señor, y no hay otro:
artífice de
la luz, creador de las tinieblas,
autor de la
paz, creador de la desgracia;
yo, el
Señor, hago todo esto.
Cielos,
destilad el rocío;
nubes,
derramad la victoria;
ábrase la
tierra, y brote la salvación,
y con ella
germine la justicia;
yo, el
Señor, lo he creado.»
Así dice el
Señor, creador del cielo
–él es
Dios–,
él modeló la
tierra,
la fabricó y
la afianzó;
no la creó
vacía,
sino que la
formó habitable:
«Yo soy el
Señor, y no hay otro.
No hay otro
Dios fuera de mí.
Yo soy un
Dios justo y salvador,
y no hay
ninguno más.
Volveos
hacia mí para salvaros,
confines de
la tierra,
pues yo soy
Dios, y no hay otro.
Yo juro por
mi nombre,
de mi boca
sale una sentencia,
una palabra
irrevocable:
"Ante
mí se doblará toda rodilla,
por mí
jurará toda lengua";
dirán:
"Sólo el Señor
tiene la
justicia y el poder."
A él vendrán
avergonzados
los que se
enardecían contra él;
con el Señor
triunfará y se gloriará
la estirpe
de Israel.»
Palabra de
Dios.
Salmo responsorial Sal 84, 9ab-10.
11-12.
13-14 (R.: cf. Is 45, 8)
R. Cielos,
destilad el rocío;
nubes, derramad al justo.
Voy a
escuchar lo que dice el Señor:
«Dios
anuncia la paz
a su pueblo
y a sus amigos.»
La salvación
está ya cerca de sus fieles,
y la gloria
habitará en nuestra tierra. R.
La
misericordia y la fidelidad se encuentra
la justicia
y la paz se besan;
la fidelidad
brota de la tierra,
y la
justicia mira desde el cielo. R.
El Señor nos
dará la lluvia,
y nuestra
tierra dará su fruto.
La justicia
marchará ante él,
la salvación
seguirá sus pasos. R.
Aleluya
Is 40, 9-10
Alza fuerte
la voz, heraldo;
mirad, el
Señor Dios llega con poder.
EVANGELIO
Anunciad a
Juan lo que habéis visto y oído
+ Lectura del santo evangelio según
san Lucas 7, 19-23
En
aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar al Señor:
–«¿Eres
tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?»
Los
hombres se presentaron a Jesús y le dijeron:
–«Juan,
el Bautista, nos ha mandado a preguntarte: "¿Eres tú el que ha de venir, o
tenemos que esperar a otro?"»
Y
en aquella ocasión Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos
espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista.
Después
contestó a los enviados:
–«Id
a anunciar a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los inválidos
andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a
los pobres se les anuncia el Evangelio. Y dichoso el que no se escandalice de
mí.»
Palabra del
Señor.