sábado, 15 de septiembre de 2018

15 Septiembre. NUESTRA SEÑORA, LA VIRGEN DE LOS DOLORES. Memoria obligatoria


 PRIMERA LECTURA
Aunque somos muchos, formemos un solo cuerpo, porque comemos todos el mismo pan

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 10, 14-22a.

Amigos míos: No tengáis que ver con la idolatría.
Os hablo como a gente sensata, formaos vuestro juicio sobre lo que digo.
El cáliz de nuestra Acción de Gracias, ¿no nos une a todos en la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no nos une a todos en el cuerpo de Cristo ? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan.
Considerad al pueblo de Israel: los que comen de las víctimas se unen al altar.
¿Qué quiero decir? ¿Que las víctimas son algo o que los ídolos son algo? No, sino que los paganos ofrecen sus sacrificios a los demonios, no a Dios, y no quiero que os unáis a los demonios.
No podéis beber de las dos copas, de la del Señor y de la de los demonios.
No podéis participar de las dos mesas, de la del Señor y de la de los demonios.
¿Vamos a provocar al Señor? ¿Es que somos más fuertes que él?

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 115, 12-13. 17-18.
V/. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
R/. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.


V/. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho ? Alzaré el cáliz de la salvación, invocando su nombre. R/.


V/. Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. R/.

 



SECUENCIA
La Madre piadosa estaba
junto a la cruz y lloraba
mientras el Hijo pendía;
cuya alma, triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.


¡Oh cuán triste y cuán aflicta
se vio la Madre bendita,
de tantos tormentos llena!
Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.


Y ¿cuál hombre no llorara,
si a la Madre contemplara
de Cristo, en tanto dolor?
¿Y quién no se entristeciera,
Madre piadosa, si os viera
sujeta a tanto rigor?


Por los pecados del mundo,
vio a Jesús en tan profundo
tormento la dulce Madre.
Vio morir al Hijo amado,
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.


¡Oh dulce fuente de amor!,
hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.
Y que, por mi Cristo amado,
mi corazón abrasado
más viva en él que conmigo.


Y, porque a amarle me anime,
en mi corazón imprime
las llagas que tuvo en sí.
Y de tu Hijo, Señora,
divide conmigo ahora
las que padeció por mí.


Hazme contigo llorar
y de veras lastimar
de sus penas mientras vivo;
porque acompañar deseo
en la cruz, donde le veo,
tu corazón compasivo.


¡Virgen de vírgenes santas!,
llore ya con ansias tantas,
que el llanto dulce me sea;
porque su pasión y muerte
tenga en mi alma, de suerte
que siempre sus penas vea.


Haz que su cruz me enamore
y que en ella viva y more
de mi fe y amor indicio;
porque me inflame y encienda,
y contigo me defienda
en el día del juicio.


Haz que me ampare la muerte
de Cristo, cuando en tan fuerte
trance vida y alma estén;
porque, cuando quede en calma
el cuerpo, vaya mi alma
a su eterna gloria. Amén.

Aleluya
Feliz la Virgen María,
que, sin morir, 

mereció la palma del martirio
junto a la cruz del Señor.

EVANGELIO
Triste contemplaba y dolorosa miraba del Hijo amado la pena (Stabat Mater)

 +Lectura del santo evangelio según san Juan 19, 25-27
 
En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:
-«Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
Luego, dijo al discípulo:
-«Ahí tienes a tu madre.»
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
Palabra del Señor.

O bien:
A ti, una espada te traspasará el alma
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 33-35

 En aquel tiempo, el padre y la madre de Jesús estaban admirados por lo que se decía del niño.
Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: 
-«Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»
Palabra del Señor.