martes, 5 de noviembre de 2024

MARTES DE LA TRIGÉSIMA PRIMERA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Se rebajó, por eso Dios lo levantó
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 2, 5-11
Hermanos: Tened entre vosotros los sentimientos propios de una vida en Cristo Jesús.
El, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre sobre todo nombre» ; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el Cielo, en la Tierra, en el Abismo, y toda lengua proclame: « ¡Jesucristo es Señor! », para gloria de Dios Padre.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 21, 26b-27. 28-30a. 31-32
V/. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.
R/. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.

V/. Cumpliré mis votos delante de tus fieles.
Los desvalidos comerán hasta saciarse, alabarán al Señor los que le buscan: viva su corazón por siempre. R/.

V/. Lo recordarán y volverán al Señor hasta de los confines del orbe; en su presencia se postrarán las familias de los pueblos.
Porque del Señor es el reino, él gobierna a los pueblos; ante él se postrarán las cenizas de la tumba. R/.

V/. Me hará vivir para él, mi descendencia le servirá; hablarán del Señor a la generación futura, contarán su justicia al pueblo que ha de nacer: todo lo que hizo el Señor. R/.



EVANGELIO
Sal por los caminos y senderos, e insísteles hasta que entren y se me llene la casa

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 14, 15-24

En aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús: ¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios! Jesús le contestó: Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó un criado a avisar a los convidados: Venid, que ya está preparado.
Pero ellos se excusaron uno tras otro.
El primero le dijo: He comprado un campo y tengo que ir a verlo. Dispénsame, por favor.
Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor.
Otro dijo: Me acabo de casar y, naturalmente, no puedo ir.
El criado volvió a contárselo al amo.
Entonces el dueño de casa, indignado, le dijo al criado: Sal corriendo a las plazas y calles de la ciudad y tráete a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos.
El criado dijo: Señor, se ha hecho lo que mandaste y todavía queda sitio.
Entonces el amo dijo: Sal por los caminos y senderos, e insísteles hasta que entren y se me llene la casa. Y os digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete.

Palabra del Señor.