3 de noviembre
SAN MARTÍN DE PORRES,
(1639 P. C.)
El Santo Martín de Porres nace
en Lima el 9 de diciembre de 1579, hijo de Juan de Porres, caballero español de
la Orden de Calatrava y de Ana Velázquez, negra libre panameña. Martín fue
bautizado en la iglesia de San Sebastián, en la misma pila bautismal en que
siete años más tarde lo sería Santa Rosa de Lima. Juan de Porres marcha a
Guayaquil, Ecuador, comisionado por el Virrey Don García Hurtado de Mendoza.
Allí reclama a sus dos hijos que salen para Ecuador. Años más tarde, Don Juan
Porres es nombrado Gobernador de Panamá por lo que los niños, Martín y Juana,
regresan con su madre a Lima; es el año 1590, Martín tiene once años. A los doce Martín está de aprendiz de peluquero, y asistente dentista. La fama de su
santidad corre de boca en boca por la ciudad de Lima.
Son misteriosos los caminos del
Señor: no fue sino un santo quien lo confirmó en la fe de sus padres. Fue
Santo Toribio de Mogrovejo, primer Arzobispo de Lima, quien hizo descender el
Espíritu sobre su moreno corazón, corazón que el Señor fue haciendo manso y
humilde como el de su Madre.
Conoce a Fray Juan de Lorenzana,
famoso dominico como teólogo y hombre de virtudes. Le invita a entrar en el
Convento de Nuestra Señora del Rosario.
La legislación de entonces impedía
ser religioso por el color y por la raza, por lo que Martín de Porres ingresa
como Donado, pero él se entrega a Dios y su vida está presidida por el
servicio, la humildad, la obediencia y un amor sin medida.
San Martín tiene un sueño que
Dios le desbarata: “Pasar desapercibido y ser el último”. Su
anhelo es seguir a Jesús de Nazaret. Se le confía la limpieza de la casa; su
escoba será, con la cruz, la gran compañera de su vida.
Sirve y atiende a todos, pero no
es de todos comprendido. Un día cortaba el pelo y hacía el cerquillo a un
estudiante: éste molesto ante la mejor sonrisa de Fray Martín, no duda en
insultarle: ¡Perro mulato! ¡Hipócrita! La respuesta fue una generosa sonrisa.
San Martín lleva dos años en el
convento, hace ya seis que no ve a su padre, éste le visita y… después de
dialogar con el P. Provincial, éste y el Consejo Conventual deciden que Fray
Martín sea hermano cooperador.
El 2 de junio de 1603 se consagra
a Dios por su profesión religiosa. El P. Fernando Aragonés testificará: “Se
ejercitaba en la caridad día y noche, curando enfermos, dando limosna a españoles,
indios y negros, a todos quería, amaba y curaba con singular amor”. La
portería del convento es un reguero de soldados humildes, indios, mulatos, y
negros; él solía repetir: “No hay gusto mayor que dar a los pobres”.
San Martín de Porres es un amor
desbordante y universal. Su hermana Juana disfruta de buena posición social,
por lo que, en una finca de ésta, da cobijo a enfermos y pobres. Y en su patio
acoge a perros, gatos y ratones.
Los religiosos de la Ciudad
Virreinal van de sorpresa en sorpresa. El Superior le prohibe realizar nada
extraordinario sin su consentimiento. Un día, cuando regresaba al Convento, un
albañil le grita al caer del andamio; el Santo le hace señas y corre a pedir
permiso al superior, éste y el interesado quedan cautivados pos su docilidad.
Su vida termina en olor de multitudes el 3 de noviembre de 1639.
San Martín ve confirmado en su
persona el Evangelio: “El que se humilla será ensalzado”. Este
hombre que sintonizaba con la oscuridad de su piel y que disfrutaba en Dios al
verse humillado y postergado, pasados los siglos será un Santo que centre en su
persona los dos continentes: Europa y América, San Martín es querido por
todos, invocado por ricos y pobres, enfermos y menesterosos, por hombres de
ciencia y por ignorantes. Su imagen o su estampa va en los viajes, está en las
casas y en los hospitales, en los libros de rezo y en los de estudio. A nadie
extraña que sea Patrono de los Hermanos Cooperadores Dominicos, del Gremio de
los Peluqueros, de la Limpieza Pública, Farmacéuticos y Enfermeros. Una
Congregación sudafricana le tiene por abogado: Son las Hermanas Dominicas de
San Martín de Porres y muchos más. Todos ellos se gozan de que “Fray
Escoba” sea su patrono y su ejemplo.