26 de julio
Por el fruto se conoce el árbol.
(Mateo, 12, 33).
(Mateo, 12, 33).
Santa Ana, después de veinte años de
infecundidad, obtuvo del Cielo, por sus lágrimas, sus ayunos y oraciones, el
favor de ser madre. Educó a la Virgen María como a hija que le había concedido
el Cielo para algún gran destino. Cuando la niña cumplió tres años, Ana la
condujo al Templo y la ofreció al Señor. Poco tiempo después murió con la
muerte de los justos, tan preciosa siempre ante los ojos de Dios.
I. Sólo después de veinte años de súplicas y de
mortificaciones, Santa Ana fue escuchada. No te desanimes si Dios no te concede
de inmediato lo que le pides: persevera en la oración, obtendrás, siempre que
pidas cosas buenas y que lo pidas con humildad y confianza. Aplazas el
escuchar, oh Dios mío, a fin de enseñarnos a pedir; finges no oír, a fin de que
perseveremos. (San Anselmo) .
II. Un ángel vino a anunciar a Santa Ana
que su oración había sido acogida, y ella creyó sin titubear. Nuestro Señor
mismo ha dicho que todo lo que pidieres en su nombre, te será concedido; ¡y
todavía lo dudas! Dios puede y quiere concederte las gracias que le pides; no
carece de Poder ni de voluntad para esto, puesto que es omnipotente y más
vivamente quiere hacernos don de sus mercedes que lo que nosotros mismos
queremos tenerlas. Ruega, pues, pero hazlo con fe viva e inquebrantable; pide
por los méritos de Jesucristo. ¿No es verdad, acaso, que te diriges a Dios sólo
después de haber agotado todos los medios mundanos?
III. Santa Ana, agradecida por el favor
que el cielo le había acordado, ofreció a Dios en el Templo, a la hija que le
había dado. ¿Has agradecido tú las gracias que de Él has recibido? ¿Tal vez las
has olvidado, acaso has abusado de ellas para ofender a Dios tu bienhechor? No
es digno de recibir nuevos beneficios quien no agradece los que ha recibido.
(San Bernardo).
La mortificación
Orad por la perseverancia de los buenos.
Orad por la perseverancia de los buenos.
ORACIÓN
Oh Dios, que os dignasteis conceder a Santa Ana la
gracia de dar al mundo a la Madre de Vuestro Unigénito Hijo, haced, por vuestra
misericordia, que nos ayude junto a Vos la intercesión de aquélla cuya fiesta
celebramos. Por J. C. N. S. Amén.