DOMINGO VII
DEL TIEMPO
ORDINARIO
PRIMERA
LECTURA
Por mi cuenta
borraba tus crímenes
Lectura del libro de
Isaías 43, 18-19. 21-22. 24b-25
Así
dice el Señor:
«No
recordéis lo de antaño,
no
penséis en lo antiguo;
mirad
que realizo algo nuevo;
ya
está brotando, ¿no lo notáis?
Abriré
un camino por el desierto,
ríos
en el yermo,
para
apagar la sed
del
pueblo que yo formé,
para
que proclamara mi alabanza.
Pero
tú no me invocabas, Jacob,
ni
te esforzabas por mí, Israel;
me
avasallabas con tus pecados
y
me cansabas con tus culpas.
Yo,
yo era quien por mi cuenta borraba tus crímenes
y
no me acordaba de tus pecados.»
Palabra
de Dios.
Salmo
responsorial Sal 40, 2-3. 4-5. 13-14
(R.: 5b)
R.
Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.
Dichoso
el que cuida del pobre y desvalido;
en
el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
El
Señor lo guarda y lo conserva en vida,
para
que sea dichoso en la tierra,
y
no lo entrega a la saña de sus enemigos. R.
El
Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará
los dolores de su enfermedad.
Yo
dije: «Señor, ten misericordia,
sáname,
porque he pecado contra ti.» R.
A
mí, en cambio, me conservas la salud,
me
mantienes siempre en tu presencia.
Bendito
el Señor, Dios de Israel,
ahora
y por siempre. Amén. Amén. R.
SEGUNDA
LECTURA
Jesús no fue
primero «sí» y luego «no»; en él todo se ha convertido en un «sí»
Lectura de la segunda
carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 18-22
Hermanos:
¡Dios
me es testigo!
La
palabra que os dirigimos no fue primero «sí» y luego «no».
Cristo
Jesús, el Hijo de Dios, el que Silvano, Timoteo y yo os hemos anunciado, no fue
primero «sí» y luego «no»; en él todo se ha convertido en un «sí»; en él todas
las promesas han recibido un «sí». Y por él podemos responder: «Amén» a Dios,
para gloria suya.
Dios
es quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros.
Él
nos ha ungido, él nos ha sellado, y ha puesto en nuestros corazones, como
prenda suya, el Espíritu.
Palabra
de Dios.
Aleluya Lc 4, 18
El
Señor me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a
los cautivos la libertad.
EVANGELIO
El Hijo del
hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados
+Lectura del santo
evangelio según san Marcos 2, 1-12
Cuando
a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron
tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les proponía la palabra. Llegaron
cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío,
levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y
descolgaron la camilla con el paralítico.
Viendo
Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico:
–
«Hijo, tus pecados quedan perdonados.»
Unos
escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros:
–
«¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de
Dios?»
Jesús
se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo:
–
«¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus
pecados quedan perdonados" o decirle levántate, coge la camilla y echa a
andar"?
Pues,
para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar
pecados ... »
Entonces
le dijo al paralítico:
–
«Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa.»
Se
levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se
quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo:
–
«Nunca hemos visto una cosa igual.»
Palabra
del Señor.