14 de julio
SAN CAMILO DE LELIS,
Confesor
SAN CAMILO DE LELIS,
Confesor
Padre mío, si es posible, pase de mí este
cáliz; sin
embargo, no se haga como yo quiero sino como tú quieres.
(Mateo, 26, 39).
embargo, no se haga como yo quiero sino como tú quieres.
(Mateo, 26, 39).
Después de una juventud disipada, San
Camilo se convirtió a la edad de 25 años, y más tarde comenzó sus estudios para
llegar a ser sacerdote y poder así asistir más útilmente a los enfermos en
trance de muerte. Fue con este objeto que fundó la Orden de los Clérigos
regulares. soportó, a su vez, con inalterable paciencia, cinco enfermedades
sumamente penosas, que él llamaba las misericordias del Señor. A menudo se lo
oía repetir estas palabras de San Francisco de Asís: "Tan grande es la
felicidad que espero, que todas las penas se convierten para mí en motivo de
alegría". Se durmió en el Señor el 14 de julio de 1614, a la hora que él
mismo había predicho.
I. Dios nos envía a menudo
enfermedades para retirarnos del pecado, para hacer que llevemos una vida más
santa y, para que, mediante la meditación de la muerte, merezcamos una más alta
recompensa. Agradezcámosle, pues, la enfermedad tanto como la salud, porque las
aflicciones son presentes de Dios, menos agradables, sin duda, pero con
frecuencia más útiles que la prosperidad. Repitamos con Job: Si hemos recibido los bienes de
manos del Señor, ¿Por qué no habríamos de recibir también los males?
II. Dirijámonos a Dios, y roguémosle como
el mismo Jesucristo rogó al Padre eterno en el Huerto de los Olivos:
"Padre mío, si ésa es vuestra voluntad, si vuestra gloria y mi salvación
lo piden, cúrame, consuélame". Cuando así hayas invocado a Dios, déjalo
hacer y confórmate con lo que pueda sucederte. Por duras y penosas que sean
nuestras aflicciones, todavía sufrimos menos de lo que merecemos. (Salviano).
III. Si Dios te deja en ese estado de
sufrimiento, alábalo, agradécele, adora su amable Providencia; si te cura,
acuérdate de que es para que lo sirvas. Cuídate de no pecar más; es la
advertencia que daba Jesucristo a los enfermos que sanaba. Cumple todas las
buenas resoluciones que hiciste y no pagues con ingratitud a tu amable bienhechor.
La resignación
Orad por los moribundos.
Orad por los moribundos.
ORACIÓN
Oh Dios, que habéis adornado a San
Camilo con una caridad incomparable para las almas que luchan en la agonía,
dignaos en vista de sus méritos, infundir en nosotros el espíritu de vuestro
amor, a fin de que en nuestra hora postrera merezcamos triunfar del enemigo y
alcanzar la corona celestial. Por J. C. N. S. Amén.
Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J.