19 de Junio
LOS SANTOS HERMANOS
GERVASIO Y PROTASIO,
Mártires
LOS SANTOS HERMANOS
GERVASIO Y PROTASIO,
Mártires
Habiendo descubierto san Afubrosio
por divina revelación
los sepulcros de estos santos mártires de Milán, halló a la cabecera una
escritura con estas palabras: "Yo, Filipo, siervo de Cristo, en compañía
de
mi hijo hurté los cuerpos de estos santos, y dentro de mi casa los
sepulté. Su madre se llamó
Valeria, y Vital su padre. Nacieron de un parto, y llamáronlos Gervasio y
Protasio. Siendo ya difuntos sus padres, y habiendo sucedido ellos
abintestato en sus bienes, vendieron la casa propia en que habían nacido
y toda su
hacienda, y repartieron el precio de ella a los pobres y a sus esclavos,
dándoles
libertad. Diez años vacaron a solo Dios, dándose a la lección y
a la oración, y al
onceno, alcanzaron la corona del martirio. A esta sazón pasó por Milán
el general Astasio que iba a la guerra contra los .bárbaros: saliéronle
al
camino los sacerdotes de los ídolos, y dijéronle que si quería alcanzar
victoria de sus enemigos apremiase a Gervasio y Protasio, que eran
cristianos, para que sacrificasen a los dioses inmortales, los cuales
estaban de
ellos tan enojados, que no querían hacer a los pueblos el favor que
solían
con sus oráculos. Mandóles Astasio buscar y prender, y rogóles que le
hiciesen placer de ofrecer con él sacrificio a los dioses, para que
prosperase su jornada y tuviese buen suceso
aquélla guerra: a
lo que respondió Gervasio: «la victoria ¡oh Astasio! la da del cielo el
Dios verdadero y no las
estatuas vanas y mudas de los dioses». Enojóse Astasio sobremanera, con
esta
respuesta, y mandóle luego azotar y herir con plomadas fuertemente hasta
que
allí muriese; y con este tormento Gervasio dio su espíritu al Señor.
Quitado de aquel lugar el cadáver, hizo llamar a Protasio y díjole:
«¡Desventurado
y miserable! mira por ti, y no seas loco como tu hermano». Respondió
Protasio «¿Quién de los dos es miserable, tú que me temes a mí, o yo que
no te temo a ti, ni hago caso de tus dioses ni de tus amenazas?» Al oír
el
general estas palabras mandóle moler a palos con unos bastones
nudosos, y le dijo: «¿Quieres perecer como tu hermano?» El santo
respondió:
«No me enojo contigo porque mi Señor Jesucristo no abrió su boca contra
los
que le crucificaron: te tengo lástima y te perdono porque no sabes lo
que
haces. Finalmente el general le hizo degollar, y mandó arrojar los
sagrados
cadáveres de los dos hermanos en un muladar. Y yo Filipo, siervo de
Cristo, con
mi hijo tomé de noche los cuerpos de estos santos y los llevé a mi casa y
siendo Dios solo testigo los puse en un arca de piedra ".
REFLEXIÓN
Habiéndose aparecido los santos a san
Ambrosio, arzobispo de Milán, convocó éste a todos los obispos
comarcanos, y cavando la tierra en el lugar señalado que estaba en la
iglesia
de san Nábor y san Félix, hallaron el arca de piedra. La abrieron, y
vieron
los cuerpos de los mártires, y el fondo del se pulcro lleno de
sangre, exhalando un maravilloso olor que se extendió por toda la
iglesia, e ilustrándoles el Señor con estupendos milagros, señaladamente
dando vista a un ciego muy conocido en toda aquélla ciudad de Milán.
Roguemos
al Señor que estos auténticos prodigios referidos largamente por san
Ambrosio que los presenció, abran los ojos
de nuestra
alma para ver con mayor luz del cielo la divinidad de la fe por la cual
dieron
sus vidas tan ilustres mártires.
¡Oh Dios! que cada año nos alegras con
la festividad de tus bienaventurados mártires Gervasio y Protasio; asístenos
con tu gracia para que nos inflamen con sus ejemplos estos santos de cuyos méritos
nos alegramos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Flos Sanctorum
de la Familia Cristiana, P Francisco De Paula Morell, S. J., Ed. Difusión,
S. A., Buenos Aires, 1943.