14 de septiembre
EXALTACIÓN DE
LA SANTA CRUZ
EXALTACIÓN DE
LA SANTA CRUZ
Y cuando haya sido levantado
de la tierra,
todo lo atraeré a Mí.
(Juan, 12, 32).
de la tierra,
todo lo atraeré a Mí.
(Juan, 12, 32).
Cosroes, rey de Persia, se llevó de
Jerusalén la Cruz de Jesucristo, y Heraclio, emperador de Oriente, le declaró
la guerra. Después de tres victorias debidas a la Santísima Virgen, Heraclio
volvió a Jerusalén con la verdadera Cruz. Quiso llevarla en triunfo sobre sus
hombros, pero una fuerza invisible lo detuvo a las puertas de la ciudad. El
patriarca Zacarías le observó que sus suntuosas vestiduras contrastaban con la
pobreza y humildad de Jesucristo. El emperador entonces se quitó su púrpura, su
corona y su calzado, para vestir hábito de penitente. Así pudo entrar en la
ciudad y llevar la Cruz hasta la cumbre del Calvario, el año 629.
I. El amor a la Cruz nos levanta
sobre las creaturas. Un hombre que ame los sufrimientos está al abrigo de los
azares de la fortuna: la enfermedad, la pobreza o la deshonra no podrían turbar
su paz. ¿Por qué? Porque él desea las aflicciones y las sufre con alegría por
amor a Jesucristo. Todo lo que para ti es motivo de temor y de tristeza para él
es una dicha. El cristiano puede parecer desdichado, nunca lo es. (Minucio Félix).
II. El que ama la Cruz está por sobre si
mismo. No es ya un hombre sometido a sus pasiones, tiranizado por la
concupiscencia, afeminado por las delicias. No tiene más que un solo deseo, el
de sufrir; y como en esta vida las ocasiones de sufrir se encuentran a cada
paso, siempre está contento y gozoso.
III. El que ama la Cruz se asemeja a
Jesús crucificado; lo contempla, y se alegra viendo que los sufrimientos lo
hacen fiel imagen del Salvador. Está crucificado para el mundo, y muerto para
sí mismo. Sujétame a la cruz, oh Jesús mío, sin tener en cuenta las
repugnancias de mi carne; porque os debo mi alma y mi cuerpo, como a mi
Redentor. ¡Que mi cuerpo sea, pues, crucificado, coronado de espinas y
semejante a ese Cuerpo adorable que Vos ofrecéis al eterno Padre por mí! Si debes tu cuerpo a Jesús dáselo,
si puedes, tal como Él te ha dado el suyo. (Tertuliano)
El amor a la cruz
Orad por las almas del Purgatorio.
Orad por las almas del Purgatorio.
ORACIÓN
Oh Dios, que todos los años
nos proporcionáis un nuevo motivo de gozo con la solemnidad de la Exaltación de
la Santa Cruz, haced, os lo suplicamos, que después de haber conocido su
misterio en la tierra, merezcamos ir al cielo a gustar los frutos de su
Redención. Por J. C. N. S. Amén.