8 de febrero
SAN JERÓNIMO EMILIANO,*
Confesor
SAN JERÓNIMO EMILIANO,*
Confesor
Sed sobrios y vigilad, porque vuestro
adversario el
diablo ronda como león rugiente buscando a quién
devorar. Resistidle firmes en la fe.
(1 Pedro, 5, 8-9).
devorar. Resistidle firmes en la fe.
(1 Pedro, 5, 8-9).
Jerónimo siguió primero la carrera
militar. Siendo gobernador del castillo de Castelnuovo, fue tomado prisionero y
cargado de cadenas. En su infortunio, invocó a la Santísima Virgen, y esta
bondadosa Madre rompió sus hierros y lo condujo, a través de los enemigos,
hasta Trevisa. Una vez entrado en la ciudad suspendió sus armas ante el altar
de su libertadora. Después de haber sido alcalde de Trevisa, volvió a Venecia,
su ciudad natal, donde se consagró muy especialmente al cuidado de los
huérfanos. Estableció para ellos hospicios en Venecia, Bérgamo y en Brescia.
Asoció a su obra algunos abnegados laicos y echó así las bases de la Orden de
los Somascos. Murió el 8 de febrero de 1537, de una enfermedad que había
contraído cuidando enfermos.
I. Dios permite al demonio que nos
tiente, a fin de probar nuestra virtud y aumentar nuestra recompensa; pero
nunca permite que seamos tentados más allá de nuestras fuerzas. Podemos
resistir, si lo queremos; el demonio puede inducirnos al mal, pero no puede
constreñirmos a cometerlo; conservamos siempre la libertad y las gracias
necesarias para resistirle. El demonio puede muy bien ladrar, excitar, pero no
puede mordernos; nos tienta por la persuasión y no por la violencia; no fuerza
nuestro consentimiento, lo pide. (San Agustín).
II. Nosotros mismos nos tentamos
concediendo toda clase de libertades a nuestros sentidos, halagando a nuestro
cuerpo y dejándolo en la ociosidad y las delicias. Tentamos a los demás,
incitándolos al pecado con nuestras palabras y nuestros ejemplos. Forzamos al
demonio a que nos tiente proporcionándole las ocasiones de hacerlo: porque él
se sirve de lo que hemos visto, dicho u oído, para llevarnos al pecado. ¿Por qué habremos de oír lo que no
se puede hacer sin pecado? (Tertuliano).
III. San Pedro nos indica tres medios
para resistir las tentaciones: la sobriedad, la vigilancia y la fe. Sé
sobrio. y alejarás casi todas las tentaciones contra la castidad; vigila, tus
acciones, y fácilmente descubrirás las asechanzas que el demonio te arma; en
fin, sé hombre de la fe y la fe te dará la victoria sobre todos tus enemigos:
porque no puede ser vencido quien cree en el infierno, que es castigo del pecado, y en el cielo, que es recompensa de la virtud.
La fortaleza y la generosidad
Orad por los que sufren tentación.
Orad por los que sufren tentación.
ORACIÓN
Oh Dios Padre de las misericordias,
por los méritos e intercesión del bienaventurado Jerónimo que disteis como
sostén y padre a los huérfanos, concedednos la gracia de conservar fielmente el
espíritu de adopción, en virtud del cual nos llamamos, y en efecto lo somos,
hijos vuestros. Por J. C. N. S. Amén.
- * Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo III, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)