18 de febreroSAN SIMEÓN*
Obispo y Mártir
La cruz de Jesucristo es la puerta del paraíso.
(San Juan Crisóstomo).
(San Juan Crisóstomo).
Este santo, que era pariente de Jesucristo según la carne, y que tuvo el honor de morir en una cruz como Él, nos enseña que las cruces son favores con que Jesús honra a los que ama. Sucedió el santo a Santiago como obispo de Jerusalén, y después de haber dado admirables pruebas de su celo por la salvación de las almas, rubricó su paciencia padeciendo el suplicio de la cruz.
I. Nos atraemos cruces y aflicciones por
nuestra imprudencia o por nuestros pecados; debemos soportar con
paciencia esas aflicciones, puesto que nosotros somos su causa. Entra en
ti mismo cuando estés afligido: pregúntale a tu alma por qué está
triste,
y a menudo encontrarás que tus cruces no son sino castigo de tu orgullo
y de tu avaricia, o de algún otro pecado. Acúsate entonces a ti mismo
por
tus sufrimientos; cesa de ser pecador, y cesarás de ser desgraciado. En
todas
tus penas pregúntale a tu alma; interrógala: ¿No te sucede esto sino porque has abandonado al Señor tu Dios? (San
Jerónimo).
II. A veces soportamos cruces que no hemos merecido;
nos asemejamos entonces al santo
varón Job. Si tus enemigos te calumnian, si tus amigos te traicionan,
si la pobreza, la enfermedad
o la deshonra te hacen gemir y pasar la vida en la tristeza, agradece a
Dios de que te haya hecho partícipe de sus sufrimientos y de su cruz.
¿De qué te quejas, si te trata
como trató a sus mejores amigos, como su Padre Eterno lo trató a El
mismo? Sufre con Jesús y como
Jesús.
III. Los santos no esperan los sufrimientos; los piden y los buscan, corren a ellos como el avaro a su tesoro;
¡Y tú, por lo contrario, los huyes! No te engañes, nunca entrarás en el cielo sin la cruz;
porque la cruz de Jesucristo es la puerta del paraíso. (San Juan Crisóstomo).
El amor a la cruz
Orad por los afligidos.
Orad por los afligidos.
ORACIÓN
Dios todopoderoso, mirad nuestra debilidad, ved
cuán agobiados estamos bajo el peso de nuestros pecados, y fortificadnos por la intercesión de San
Simeón, vuestro pontífice mártir. Por J. C. N. S. Amén.
* Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo I, (Ed. ICTION, BuenosAires, 1982)
* Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo I, (Ed. ICTION, BuenosAires, 1982)