26 de abril
SANTOS CLETO y MARCELlNO,(*)
Papas y Mártires
Haced, pues, penitencia y convertíos,
a fin de que se borren vuestros pecados.
(Hechos de los Apóstoles, 3,19).
a fin de que se borren vuestros pecados.
(Hechos de los Apóstoles, 3,19).
San Cleto, discípulo de San Pedro,
murió mártir después de un pontificado de doce años. Fue el primer Papa
que utilizó en sus cartas la fórmula: Salud y bendición apostólica.
San Marcelino, sucesor de San Cayo, gobernó a la Iglesia con tanto celo como sabiduría. "Junto con otros tres cristianos, Claudio, Cirino y Antonino, fue decapitado", por confesar la fe de Cristo, después de haber sufrido calumnias e innúmeras angustias, bajo la persecución de Diocleciano.
San Marcelino, sucesor de San Cayo, gobernó a la Iglesia con tanto celo como sabiduría. "Junto con otros tres cristianos, Claudio, Cirino y Antonino, fue decapitado", por confesar la fe de Cristo, después de haber sufrido calumnias e innúmeras angustias, bajo la persecución de Diocleciano.
I. Nada hay más frágil que el hombre; abandonado a su debilidad, es capaz de cometer los mayores crímenes. San Pedro
prometió al Salvador que habría de morir antes que abandonarlo y, por unas
palabras de una sirvienta, por tres veces renegó de
su divino Maestro. ¿Qué más apto para hacernos temblar y para inspirarnos una
saludable desconfianza en nosotros mismos? ¿Si han caído las columnas de la
Iglesia, qué no nos sucederá a nosotros, que somos débiles como cañas? Señor,
he caído por mi propia flaqueza; sólo por vuestra bondad me he levantado. (San Agustín).
II. Si has caído en alguna falta, aunque
fuese el más horrible de todos los crímenes, no te desanimes por ello; la
bondad de Dios sobrepuja infinitamente a tu malicia. Vuelve a tu Padre; Él te
espera, te llama y está preparado para recibirte; antes te cansarías de
ofenderle que Él de perdonarte.
III. ¿Quieres corregirte de tus faltas?
Prevé y huye de las ocasiones en las cuales has sucumbido; si no lo haces, las
mismas causas producirán los mismos efectos. Examina tu vida y verás que las
ocasiones y las compañías peligrosas son las que, todos los días, te hacen
recaer en los mismos pecados. Un piloto no se acerca sino temblando al escollo
donde antes naufragó; un convaleciente no se atreve siquiera a tocar el fruto
que lo enfermó; solamente el pecador busca las ocasiones en las que se perdió.
¿Qué necesidad hay de ir a tal parte, donde cada día es preciso vencer
o perecer? (San Jerónimo).
ORACIÓN
Pastor eterno, considerad con benevolencia a
nuestro rebaño y guardadlo con protección constante por vuestros
bienaventurados mártires y soberanos pontífices Cleto y Marcelino, a quienes
constituisteis pastores de toda la Iglesia. Por J. C. N. S.
*Santoral
de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION,
Buenos Aires, 1982)