San Pedro, apodado Crisólogo (de palabra de
oro), nacido en Imola y arzobispo de Ravena, en aquel entonces residencia
imperial, cultivó con valor infatigable la porción de la herencia del Señor que
el soberano pontífice Sixto III, por orden del Apóstol San Pedro, que se le
apareció, había confiado a su celo. Trató de extirpar en ella los vicios, los
abusos y los restos de idolatría, y de hacer florecer la fe y las virtudes
cristianas. Predicó con tanto ardor que muchas veces llegó hasta perder la voz.
Él fue quien, hablando contra los desórdenes de las fiestas populares, pronunció
esta frase que se ha hecho célebre: El que se divierte con Satanás no podrá
gozarse con Cristo. Murió hacia el año 450.
MEDITACIÓN - EL CRISTIANO SE PARECE A UN
CAMPO, A UNA VIÑA, A UN EDIFICIO
I. Somos un campo que Jesucristo ha
cultivado, que ha regado con sus sudores, con sus lágrimas y con su sangre, y
que el Espíritu Santo, con sus inspiraciones y el rocío celestial de la gracia,
trata de hacerlo fértil. ¿Cómo respondemos nosotros a tantos cuidados? ¿qué
frutos producimos? Dios espera que demos las rosas de la caridad, y el lirio de
la pureza; ¡Y nuestra alma, como una tierra ingrata, sólo produce espinas para
coronar a Jesucristo!
II. Nuestro Salvador compara a los justos con
una viña. Almas justas, vosotras sois la viña del Señor; si se os hace llorar y
gemir, señal es de que Jesucristo os destina a dar buenos frutos. En cuanto a
vosotros, perversos, árboles infructuosos, crecéis a vuestro antojo y sin sufrir
nunca; mas, tiempo llegará en que seréis cortados y arrojados al fuego; la
funesta prosperidad en la cual vivís, es el triste presagio de los males que os
asaltarán al salir de esta vida. ¿Cuál es, entre los sabios, aquél a quien no
cambia la prosperidad? ¿Cuál, cuyos vicios no se agrandan con la prosperidad?
(Salviano).
III. Cada uno de nosotros debe construir un
edificio espiritual con sus buenas acciones. La base de este edificio, es la fe;
la esperanza, su sostén, y la caridad, el coronamiento: porque la caridad es el
coronamiento de toda virtud. ¡Ah! ¡levantamos soberbios palacios en el mundo,
como si para siempre debiéramos permanecer en él, y descuidamos nuestro edificio
espiritual! ¡No estamos seguros del mañana, y edificamos como si debiésemos
vivir eternamente! (San Jerónimo).
La vigilancia Orad por los predicadores.
ORACIÓN
Oh Dios, que habéis designado
milagrosamente al ilustre pontífice Pedro Crisólogo para gobernar e instruir a
vuestra Iglesia, haced, os lo rogamos, que después de haberlo tenido aquí en la
tierra como doctor y guía, merezcamos tenerlo como intercesor en el cielo. Por
J. C. N. S. Amén.
|