viernes, 9 de agosto de 2024

9 de agosto. SANTA TERESA BENEDICTA DE LA CRUZ, Virgen y Mártir, Patrona de Europa, Fiesta

PRIMERA LECTURA
Me casaré contigo en matrimonio perpetuo
Lectura de la profecía de Oseas 2, 16b. 17b. 21-22

Así dice el Señor:
«Yo me la llevaré al desierto, le hablaré al corazón.
Y me responderá allí como en los días de su juventud, como el día en que la saqué de Egipto.
Me casaré contigo en matrimonio perpetuo, me casaré contigo en derecho y justicia, en misericordia y compasión, me casaré contigo en fidelidad, y te penetrarás del Señor.»
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 44, 11-12. 14-15. 16-17 (R.: 11a)
R. Escucha, hija, mira: inclina el oído.


Escucha, hija, mira: inclina el oído, olvida tu pueblo y la casa paterna; prendado está el rey de tu belleza: póstrate ante él, que él es tu señor. R.


Ya entra la princesa, bellísima, vestida de perlas y brocado; la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes, la siguen sus compañeras. R.


Las traen entre alegría y algazara, van entrando en el palacio real. «A cambio de tus padres, tendrás hijos, que nombrarás príncipes por toda la tierra.» R. 



EVANGELIO
¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!
 +Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 1-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
-«Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas.
Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz:
“¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!”
Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas.
Y las necias dijeron a las sensatas:
“Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas. “
Pero las sensatas contestaron:
“Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis.”
Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.
Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo:
“Señor, señor, ábrenos.”
Pero él respondió:
“Os lo aseguro: no os conozco.”
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.»
Palabra del Señor.