25 de Mayo
SAN BEDA,
Confesor
SAN BEDA,
Confesor
Si alguno me ama, observará mi palabra,
lo amará, y vendremos a él,
y haremos en él nuestra morada.
(Juan, 14, 23).
(Juan, 14, 23).
San Beda, apodado el Venerable, desde la
edad de siete años fue confiado a San Benito Biscopio para que él lo educara.
Fuera del tiempo del Oficio divino, plúgole siempre estudiar, enseñar o
escribir, dedicándose sobre todo a la composición de comentarios sobre las
Sagradas Escrituras. El día de su muerte, el niño que le servía de secretario
le recordó que aún le faltaba componer una frase para acabar su tratado sobre
el Evangelio de San Juan. Dictóla el santo y, terminada su obra, recitando el Gloria Patri expiró. Corría el año 735.
I. No leas libros malos, ni siquiera
inútiles; éstos hacen perder el tiempo, aquellos inspiran impiedad o impureza.
Quieres aprender de ellos a hablar bien, y aprendes a vivir mal. Muchos libros
hay en los que aprenderás la ciencia y el talento unidos a la virtud. ¿No los
lees? Un mal libro es un tentador continuo, un demonio doméstico; échalo de tu
casa; de lo contrario él echará de ella la virtud.
II. Lee la vida de los santos; al decirte
lo que ellos han hecho, te enseñarán lo que tú debes hacer. Te desafío a leer
la vida de un santo sin experimentar el deseo de llegar a ser tú mismo un
santo. En fin, no dejes pasar ningún día sin hacer alguna lectura espiritual:
es el alimento de tu alma; hablas a Dios en la oración. Él te habla en la
lectura espiritual: escúchalo, y pon de inmediato en práctica lo que hayas
leído. Que tus lecturas o tus oraciones sean continuas; ora
dirígete a Dios, ora escucha su palabra. (San Cipriano).
III. Lee a menudo en el libro de tu
conciencia. Todos los otros libros serán inútiles si no conoces éste. Estudia
tus inclinaciones, tus defectos, conócete a ti mismo. Este libro será abierto
el día del juicio; ¿podrás darlo a conocer sin temor? ¡Cuán pocos hay que se
conozcan a sí mismos! Mira en el examen de cada día, y en el examen
preparatorio a la confesión, las faltas que has cometido; trae a tu memoria los
años transcurridos, y borra con tus lágrimas los pecados escritos en este libro
de tu conciencia, no sea que se lo condene a ser quemado. Levántate contra ti mismo en el
tribunal de tu conciencia. (San Agustín).
La lectura espiritual
Orad por vuestros enemigos.
Orad por vuestros enemigos.
ORACIÓN
Oh Dios, que ilustráis a vuestra Iglesia
por la ciencia del bienaventurado Beda, vuestro confesor y doctor, conceded a
vuestros servidores ser siempre ilustrados por sus méritos. Por J. C. N. S.
Amén.