5 de enero
SAN TELÉSFORO,
Papa y Mártir
Venid, benditos de mi Padre, a tomar posesión del
reino que os está preparado desde el principio
del mundo.(Mateo, 25, 34).
reino que os está preparado desde el principio
del mundo.(Mateo, 25, 34).
San Telésforo, griego de nacimiento, sucedió al Papa Sixto I, y fue el octavo
obispo de Roma. Tuvo el dolor de ver los estragos causados en la Iglesia por
la persecución del emperador Adriano. Sabemos, por San Ireneo, que terminó
gloriosamente su vida con el martirio, cerca del año 136; por espacio de diez
años había ocupado la cátedra de San Pedro.
MEDITACIÓN SOBRE
LA GLORIA DEL PARAÍSO
I. En el cielo se posee a Dios, y,
poseyéndolo, gózase de todos los bienes. Jamás estamos contentos en este
valle de lágrimas; lo estaremos en la mansión de los Bienaventurados.
Privémonos, pues, de estos placeres tan fugaces, tan poco capaces de
satisfacernos, a fin de que gocemos de las delicias del cielo. Placeres,
honores, riquezas, ¡cuán despreciables aparecéis para quien considera el
cielo! ¡Ah, Señor, yo puedo conseguir esta dicha, pero no puedo concebir su
inmensidad!
II. En el cielo, encontrarás todo
lo que deseas, y ya no volverás a hallar nada de lo que te disgusta. No más
lágrimas, ni suspiros, ni dolores, ni tristezas. En esta vida no hay placer
que no esté mezclado con amargura; allí habrá toda clase de bienes sin mezcla
de mal alguno. ¡Es, pues, muy razonable que sufra algo para gozar de tantas
delicias!
III. ¿Cuánto durará ese estado de
gloria? Toda una eternidad; y los santos tendrán la seguridad de que su
felicidad es eterna. ¡Oh eternidad bienaventurada! ¡Qué no harían los
cristianos para poseerte si te comprendiesen! Todo lo que es eterno es gran
de, lo demás pequeño. Trabajemos para la eternidad y despreciaremos todos los
bienes de esta vida. ¿Quién no sentirá que se desvanece su tristeza al pensar
que, por un momento de prueba..., tendremos una eternidad de dicha? (San Gregario).
El pensamiento del Paraíso
Orad por los pecadores.
ORACIÓN
Pastor eterno, mirad con
benevolencia a vuestro rebaño, y cuidadlo con protección constante por me dio
de vuestro bienaventurado Mártir y Soberano Pontífice Telésforo, a quien
constituiste pastor de toda la Iglesia. Por N. S. J. C. Amén
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