PRIMERA LECTURA
Aquí está la gente que no
escuchó la voz del Señor, su Dios
Lectura del libro de Jeremías 7, 23-28
Así dice el
Señor:
«Ésta fue la
orden que di a vuestros padres:
"Escuchad
mi voz.
Yo seré
vuestro Dios,
y vosotros
seréis mi pueblo;
caminad por
el camino que os mando,
para que os
vaya bien."
Pero no
escucharon ni prestaron oído,
caminaban
según sus ideas,
según la
maldad de su corazón obstinado,
me daban la
espalda y no la frente.
Desde que
salieron vuestros padres de Egipto hasta hoy
les envié a
mis siervos, los profetas,
un día y
otro día;
pero no me
escucharon ni prestaron oído:
endurecieron
la cerviz,
fueron
peores que sus padres.
Ya puedes
repetirles este discurso,
que no te
escucharán;
ya puedes
gritarles,
que no te
responderán.
Les dirás:
"Aquí está la gente
que no
escuchó la voz del Señor, su Dios,
y no quiso
escarmentar.
La
sinceridad se ha perdido,
se la han
arrancado de la boca."»
Palabra de
Dios.
Salmo responsorial Sal 94, 1-2.
6-7. 8-9 (R.:8)
R. Ojalá
escuchéis hoy la voz del Señor:
«No endurezcáis vuestro corazón.»
Venid,
aclamemos al Señor,
demos
vítores a la Roca que nos salva;
entremos a
su presencia dándole gracias,
aclamándolo
con cantos. R.
Entrad,
postrémonos por tierra,
bendiciendo
al Señor, creador nuestro.
Porque él es
nuestro Dios,
y nosotros
su pueblo,
el rebaño
que él guía. R.
Ojalá
escuchéis hoy su voz:
«No
endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día
de Masá en el desierto;
cuando
vuestros padres me pusieron a prueba
y me
tentaron, aunque habían visto mis obras.» R.
Versículo
antes del evangelio Jl 2, 12-13
Ahora
–oráculo del
Señor–
convertíos a
mí de todo corazón,
porque soy
compasivo y misericordioso.
EVANGELIO
El que no está conmigo está
contra mí
+ Lectura
del santo evangelio según san Lucas 11, 14-23
En
aquel tiempo, Jesús estaba echando un demonio que era mudo y, apenas salió el
demonio, habló el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos
dijeron:
–
«Si echa los demonios es por arte de Belcebú, el príncipe de los demonios.»
Otros,
para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. El, leyendo sus
pensamientos, les dijo:
– «Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba
casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su
reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belcebú; y, si
yo echo los demonios con el poder de Belcebú, vuestros hijos, ¿por arte de
quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo
los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a
vosotros.
Cuando
un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros.
Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se
fiaba y reparte el botín.
El
que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.»
Palabra del
Señor.