miércoles, 28 de noviembre de 2012

MIÉRCOLES DE LA TRIGÉSIMA CUARTA SEMANA




PRIMERA LECTURA

Cantaban el cántico de Moisés y el cántico del Cordero

Lectura del libro del Apocalipsis 15, 1-4
Yo, Juan, vi en el cielo otra señal, magnífica y sorprendente: Siete ángeles que llevaban siete plagas, las últimas, pues con ellas se puso fin a la ira de Dios.
Vi una especie de mar de vidrio veteado de fuego; en la orilla estaban de pie los que habían vencido a la bestia, a su imagen y al número que es cifra de su nombre; tenían en la mano las arpas que Dios les había dado. Cantaban el cántico de Moisés el siervo de Dios y el cántico del Cordero, diciendo:
«Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios soberano de todo; justos y verdaderos tus caminos, rey de las naciones. ¿Quién no te respetará?, ¿quién no dará gloria a tu nombre, si tú solo eres santo? Todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, porque tus justas sentencias han quedado manifiestas».
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 97, 1. 2-3ab. 7-8. 9

R.  Grandes y admirables son tus obras,
      Señor, Dios soberano de todo.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes. R.
Ante el Señor que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R.

EVANGELIO

Todos os odiarán por causa de mi nombre, pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá

+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 21, 12-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a los tribunales y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre: así tendréis ocasión de dar testimonio.
Haced propósito de no preparar vuestra defensa: porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá: con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.
Palabra del Señor.