PRIMERA LECTURA
Un solo cuerpo, un Señor, una fe, un bautismo
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 4, 1-6
Hermanos: Yo, el prisionero por Cristo, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados.
Sed
siempre humildes y amables, sed comprensivos; sobrellevaos mutuamente
con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu, con el vínculo
de la paz.
Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la meta de la esperanza en la vocación a la que habéis sido convocados.
Un Señor, una fe, un bautismo.
Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 23, 1-2. 3-4ab. 5-6
V/. Este, Señor, es el grupo que busca tu presencia.
R/. Este, Señor, es el grupo que busca tu presencia.
V/.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus
habitantes: él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos.
R/.
V/. ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar
en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no
confía en los ídolos. R/.
V/. Ese recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación.
Este es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.
EVANGELIO
Si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?
+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 12, 54-59
En
aquel tiempo, decía Jesús a la gente: Cuando veis subir una nube por el
poniente, decís enseguida: «Chaparrón tenemos» , y así sucede.
Cuando sopla el sur decís: «Va a hacer bochorno» , y lo hace.
Hipócritas:
si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no
sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros
mismos lo que se debe hacer? Cuando te diriges al tribunal con el que te
pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras
vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez y el juez te
entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel.
Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo.
Palabra del Señor.