28 de diciembre
LOS SANTOS INOCENTES,
Mártires
LOS SANTOS INOCENTES,
Mártires
Herodes mandó matar a todos los niños que
había
en Belén y en toda su comarca, de dos años abajo.
(Mateo 2, 16).
(Mateo 2, 16).
Había Jesús nacido en Belén, y los magos
vinieron de Oriente a la corte de Herodes para averiguar dónde acababa de nacer
"el rey de los judíos". Turbóse Herodes, y, habiendo convocado a los
príncipes de los sacerdotes, les preguntó donde debía nacer el Cristo. Llamó
después a los magos en secreto y les dijo: "Id, informaos con cuidado
acerca de este niño, y cuando lo hayáis encontrado, hacédmelo saber, para que
yo también vaya a adorarlo". Pero los magos, advertidos por el Cielo, no
volvieron. Se enfureció Herodes e hizo degollar a todos los niños de Belén y
sus alrededores, hasta la edad de dos años. Este bautismo de sangre envió
muchos ángeles al cielo.
I. Estos niños vertieron su sangre por Jesucristo
antes de conocerlo. Hace ya tantos años que tú conoces a Dios y los beneficios
con que te ha colmado, y ¿cómo lo has servido? Dale la flor de tu vida,
conságrale a su servicio tus mejores años, como los santos inocentes. ¡Dichosos niños, no pueden aún pronunciar
el nombre de Cristo, y ya merecen morir por Él! (San Eusebio).
II. No es hablando, sino sufriendo y
muriendo, como estas primicias de los mártires, estas flores de la naciente
Iglesia confesaron la fe de Jesucristo. A menudo Dios pide que tú lo confieses
callándote y sufriendo. Te calumnian, te persiguen: sufre, cállate. ¡Ah! ¡cuán
elocuente testimonio de tu fidelidad es esta paciencia muda! En vano dices que
eres totalmente de Dios: corresponde que lo digan tus acciones; trabaja por
Dios, sufre por amor suyo.
III. Debes ser inocente como estos niños
si quieres entrar en el cielo: Si perdiste la inocencia bautismal, es preciso
que laves tu alma en las amargas aguas de la penitencia. Ojos míos, derramad
vuestras lágrimas para extinguir el fuego del infierno y aun del purgatorio, y
para lavar mis pecados; porque nada que esté sucio entrará en el reino de los
cielos. ¡Dichoso si a semejanza de estas santas almas, podemos obtener la
corona del martirio! Esta edad, todavía no apta para la lucha, está ya
madura para la victoria.
La pureza
Orad por los niños de China.
Orad por los niños de China.
ORACIÓN
Oh Dios, cuyos Inocentes mártires
publican hoy la gloria no con sus palabras sino con su sangre, haced morir en
nosotros los vicios todos, a fin de que la santidad de nuestra vida venidera
proclame la fe que confiesan nuestros labios. Por J. C. N. S. Amén.